Escribir
Fecha
21-5-2012 8:19:46
Tema:
Poemas
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Soy un mago de la palabra, de sentimientos un alquimista, capaz de transformar mis tristeza en hermosa alegría, capaz de transformar una lagrima en una bella sonrisa, aprendí a transmutar en ganas de avanzar esa desidia, aprendí a convertir las cadenas que me atan en los rieles sobre los que avanza mi tren, y no cualquiera podría comprender, pero no es necesario, porque para mí el escribir es mágico.
No nací con una pluma en la mano pero si con letras en el corazón y no importa el sentimiento que sea, el plasmarlo en un poema se ha vuelto mi pasión, he escrito en las noches más oscuras de mi vida, convirtiendo así mis letras en la luz que me guía y me permite avanzar, han sido mis letras apoyo cuando apenas me puedo levantar.
Y es que la poesía es parte ya de mi anatomía, es como el agua que al cansado devuelve energías, y es como el viento que te refresca la mente, y cada que llama a mi puerta esta está abierta, cada que me atrapa la inspiración dejo volar la imaginación y mi pluma plasma todo en el papel, haciéndolo tan mío que lo siento cual mi piel.
Me levanta del suelo, me lleva a elevar el vuelo y alcanzar el cielo, y nada me detiene cuando escribo y sueño, porque de mis sueños soy dueño y los moldeo para hacerlos tan hermosos como puedo, y en los días más brillantes es la sonrisa, es aquella suave brisa que te hace sonreír, y siempre me acompaña, está mi lado y es mi confidente, pues sabe de todas mis emociones desde que están latentes.
Me impulsa a seguir cuando siento que no consigo nada y si mi mirada se pierde en las lejanías es porque en mi mente está mi alma hilando poesías, a veces no son más que un par de versos, otras tantas un párrafo, una prosa, o quizás por ambos lados una hoja, pero está presente a cada día.
Está ahí si la oscuridad está al acecho y si hay dolor en mi pecho, si sonrió al ver a un amigo o si mis ojos brillan por estar con un ser querido, ya sea que me tome desprevenido o que venga porque se lo he pedido, siempre está ahí, aguardando el momento perfecto, aguardando por el instante correcto, y entonces me llena, tanto que desde mi interior se desbordan las letras, y comienzo a escribir.
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