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Día de la resistencia 12 de octubre de 1492
Descubrimiento de América, para los navegantes invasores Suplicio y angustia, para los de las tierras vírgenes, la mortificación de sus dolores Hallazgo y gloria para los blancos usurpadores Desgracia y llanto para los ancestros legendarios, llenos de miedos y temores Despojo y muerte de pueblos hermosos, de sus civilizaciones, pisoteando sus honores
Exterminio de nativos, de sus razas originarias de las Américas, sus aniquilaciones Saqueo de sus oros, las minas de sus riquezas, que laten en sus cuerpos y corazones Resistencia de los aborígenes, llenas de caos y preocupaciones Tierras inexploradas de sus montañas y valles, llenas de bellezas y de agradables sensaciones
Esplendor de climas ardientes, el sudor de sus fortalezas Oraciones y ritos a sus dioses, llenas de bailes de sus purezas De flechas y arcos, la caza de animales, el vivir de sus destrezas De sus ranchos y bohíos, la felicidad de sus caciques y sus grandezas
Llegó el día del asalto y del saqueo por mar, de sus aguerridas incursiones Venían en naos y carabelas, perdidos el terror de sus imaginaciones Extraviaron sus brújulas, las angustias y miedos de sus desesperaciones Cubiertas y mástiles, atiborrados de asaltantes y ladrones De riñas y peleas, la muerte presagio de sus embarcaciones
Descubrieron tierra para la alegría y gozo de sus horribles temores Se abalanzaron sobre los nativos, con fiereza de aniquiladores Exterminio de aborígenes, sin piedad ni misericordia, la cobardía de sus terrores Genocidio y matanza, la raza pura y virgen de sus esplendores Caciques y tribus primitivas se defendían de las lanzas y hachas de sus cazadores Curas de otras tierras lejanas, proclamando ser sus salvadores Holocausto y masacres, sin rastro de pudor de llantos conmovedores Exterminio y destrucción de una raza, llena de riqueza y alegría de soñadores Para los historiadores día de la raza, la vergüenza de sus adefesios horrores Violación de mujeres y niñas, el botín de sus macabras depravaciones Cercenaron su lengua vernácula, con espadas y fusiles amenazadores Saquearon y se robaron sus innumerables riquezas, con el beneplácito de reyes inquisidores Celebramos por siempre el día de la resistencia, enarbolando la bandera de sus fervores Para recordar y nunca jamás olvidar, el exterminio de una raza guerrera de vencedores Doblegada y humillada por las atrocidades, de los terribles usurpadores
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga octubre 12-2020
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Poeta
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Sólo amigos
Amigos, que valen más que el oro y el dinero que la mente imagina Transparentes como riachuelo, de sus aguas puras cristalinas Amigos como los míos, que guían y guardan mi sombra y mi camino Amigos de la vida, amigos de verdad, de andares de posadas de peregrino Amigos, que nunca nos dan la espalda, ni son miserables ni mezquinos Alegran la amistad, llenando la estancia, las alegrías de mi destino Amigos de risas y carcajadas, de oasis, que calman la sed en remolino
Amigos, que nunca se les nota un ápice de melancolía, ni de tristeza Que siempre irradian sonrisas, de júbilos, de energías y fortalezas Amigos únicos e indisolubles, indispensables, de Dios, toda su grandeza Amigos como los míos, que siempre os llevaré y serán por siempre, mi única riqueza Amigos, que se llevan en el alma y en el corazón con toda nobleza Amigos de esos, que su presencia se nota en toda la naturaleza Amigos por siempre, sin manchas, claros en sus ideas y purezas Amigos, que Dios los puso en nuestro camino, para engrandecer nuestras proezas
Amigos sin intereses, sin apegos, ni secretos por esconder Con ellos siempre seré el mismo, el de hoy y el de ayer Mis poesías las arrastra el viento y los amigos las recogerán, sin duda al amanecer Me llevaré de mis amigos, los aplausos en los albores del atardecer Le reclamarán a mi tumba y su amistad, tardará en desaparecer A mis amigos les dejaré mi pensamiento, cuando oscurezca y empiece el anochecer Amigos por siempre amigos, fáciles de comprender y de entender Amigos, que se alejan de abrazos y saludos, el brindis de reconocer Amigos del alma y del espíritu, por siempre han de permanecer Amigos de esos, que van por la vida, de Dios por siempre, en mi corazón agradecer
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga agosto 01-2020
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Poeta
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La velocidad de tu amor
Llevas una prisa enorme, que recorre tu vida Vas a una velocidad de crucero desconocida Me dejas estancado, de sus enaguas desaparecidas No existe sosiego, te veo y te siento desconocida Voy buscando el atardecer y tú ya vienes de amanecida El pabilo se apaga y aún tu llama continúa encendida Mis risas se las llevó el viento y tus carcajadas son estremecidas Mis emociones te impacientan y ya no son como las tuyas divertidas Pareces un vendaval, que arrecias y acaba destruida Llevas una premura, que tú misma te sientes sorprendida
Vas en una travesía sin darse cuenta, lo bello de la naturaleza Apuras el paso, como si no te alcanzara la trinchera de tu fortaleza Mi sosiego no te da tregua, para compartir un ron y una cerveza Es tanto el afán que llevas, que no hay espacio para la felicidad, ni la tristeza Vas tan de urgencia, que no alcanzo a contemplar, tu figura y tu belleza La parsimonia no existe, proclamando mi torpeza, con tu nobleza
Vas tan rápida por la vida, que no existe sosiego, sino aceleración La moderación de mis latidos, contribuyen al agite de tu corazón Mi sobriedad no tiene cabida en la velocidad de tu imaginación La celeridad lleva vientos huracanados, que no dejan oír la conversación Mi calma es tu gran problema, que te lleva al caos y a tu preocupación No existe paz, ni tranquilidad, sino recelos y desesperación
La velocidad, que llevan tus caminos polvorientos, es de aventura No te dejas palpar y apreciar de cerca tu bella hermosura Llevas un viaje de travesía, sin dejar ver la debilidad de tu armadura Las tardanzas dejan subir las temperaturas, llenándose de pánicos y amarguras Tu impaciencia no deja que te contemple, la desnudez de tu dulzura Como si hubiera echado candado, a tu bella cerradura
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga agosto 17-2020
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Poeta
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La casa del diablo
De guerras y batallas, de civiles, de soldados y generales De gobierno centralista conservador, contra insurgentes liberales Donde el más avezado, se atrincheraba rompiendo los cristales Guerra de los mil días, muerte de humildes y de otros criminales Batalla de Palonegro, sudores de perdigones, de llantos infernales Campos bañados en sangre, de lágrimas de terrores fantasmales
Casa de teja, convertida en foso y guarida, de artillería y cañones En hospital de paso, de masacres, de curaciones y operaciones Localizada en la loma de los muertos, de gritos desgarradores de sus desesperaciones En tierra de nadie, enarbolando la bandera del bullicio y sus revoluciones Donde el diablo atiza el fuego, la envidia y el poder, crueldad de sus traiciones
Casa de teja, convertida en el tiempo como tierra de camposanto Llena de miedos y alaridos, de lucifer que arrastra su espanto Edificación en ruinas, pero que aún conserva su belleza y encanto Mansión colonial antigua, de dolores y quejidos de sus quebrantos
Casa del diablo, de paredes anchas de tapia pisada Techo de tejas de barro y pisos de ladrillo cocido. manchada y sangrada De corredores y zaguanes amplios, de sombras y temores extrañada De aposentos lúgubres, de terrores y pánicos, de sepulturas de lucifer visitadas Puertas y ventanas que chirrean escalofríos, de silencios de ultratumba rodeada De entierros y guacas, de tumbas, de sacrilegios profanadas Donde lucifer hace presencia, de estremecimientos de ruegos, de llantos exclamada
Casa del diablo, de cocina de leña, de tizones y carbones En la loma de los muertos, pidiendo sus almas que nunca las abandonen De ruidos extraños que agitan y paralizan de infarto los corazones Monumento al pavor, al terror, llena de horrores, sorpresas y revelaciones Donde satanás, con su demonio de carcajadas y adefesios burlones
Casa del diablo, monumento en ruinas, que se cae a pedazos Donde aún se escucha en las noches, los puñetazos y uno que otro balazo Donde se divisa a lo lejos en la loma de los muertos a lucifer sentado y cabizbajo De la cocina de leña, en las noches de luna llena, salen llamaradas y fogonazos Los que visitan la casa grande de lucifer, sienten en sus espaldas arañazos y latigazos Es el mismísimo diablo y su demonio, que lleva a rastras los muertos y sus almas en su espinazo.
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla- Bucaramanga sep 15-2020
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Poeta
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La venganza Dios nos dio la vida, llena de amores y benevolencias Nos regó de generosidades, de afectos y de inteligencias Nos inundó de dulzuras, de pasiones, de emociones y prudencias Nos dio la gracia del perdón, del querer en complacencia
No todo en la vida son felicidades, regocijos y tranquilidades Ni satisfacciones, ni ilusiones, ni tampoco oscuridades Afloran los conflictos, los disgustos que arrecian las soledades Aparecen resentimientos con sus venganzas, que vislumbran dificultades Surgen las discusiones, la maldad que acecha al interior de las sociedades Cercenan el progreso, acabando con la paz y oportunidades Aparece la balanza, para equilibrar la acción cometida de las debilidades Venganza maldita del desquite, que persigue sin clemencia las vecindades Tormenta cargada de odios y rencores, la revancha de sus tempestades
Venganza de aquel que toma represalias contra sus agresores Desde la antigüedad y de todos los tiempos, cargada de sospechas y temores Detonante emocional poderoso, que moviliza la conciencia de sus pánicos y horrores Maldita venganza, que acompaña el comportamiento humano, de sus temibles cazadores
Deseos de crueldades, que impulsan las soberbias de los corazones Deseos de venganza de aquel amor infiel, que rompe el alma y las relaciones Deseos de escarmientos al pagar con la misma moneda, que impulsa la maldad de sus intenciones Deseos que llevan sangre en la herida, con desprecios que matan y acribillan las pasiones Lenguas de fuego, que laceran y carcomen el pensamiento, inundándolo de preocupaciones Venganza dañina, que corroe el espíritu, oscureciendo la mente, llenándola de confusiones
La venganza es una arma mortal, peligrosa, mortífera y destructiva Al culminar su sed de venganza, se siente peor de satisfacciones oscuras y espantosas Porque la venganza, solo genera más ansias de venganza, de lágrimas dolorosas La victima se libera de una molestia, pero queda en su interior, la falta temerosa La venganza no trae nada bueno, ni es valiente y mucho menos valerosa
La venganza solo trae odios y rencores, cóleras e indignaciones La vida está llena de amores y perdones, con aplausos y explicaciones La venganza se acaba con tolerancia, con indultos llenos de consideraciones No hay necesidad de equilibrar la balanza, ni gritos, ni malestar en las discusiones Si todos somos humanos, con yerros de pecadores Dialogando se alegran los corazones y se sanan heridas, sacando con amor e inteligencia verdaderas conclusiones
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla- Bucaramanga sep 23-2020
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Poeta
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El amor y la amistad
El amor es sinónimo de cariños, de afectos y ternuras De adoraciones, de pasiones y de predilecciones Va cargado de quereres, de aficiones y de muchas emociones La amistad, es sinónimo de hermandad y camarería Forrada en lealtad, de cariños, de aprecios y simpatías De devociones, de entregas sin compromisos, ni habladurías
Desde que nacemos, llegamos a la vida, llenos de amor y sentimientos Llegamos arropados de afectos, de bondad y del amor maternal con sus calostros y alimentos Crecemos y vamos andando por la vida, llenándonos de sabiduría y conocimientos Rodeados de amor espiritual a Dios, del cerebro y sus razonamientos
El amor es un deseo, es una pasión carnal, llena de emociones Es una devoción profunda, que late a rabiar en los corazones Es una sensación encantadora, agradable, que agita las relaciones El amor es una felicidad llena de placeres, que alegran con júbilo de sensaciones Es un regocijo, es una simple realidad, llena de valores de consideraciones El amor es una bondad, de actuar bien en la vida, arropada de Dios con sus bendiciones
El amor debe ser compasivo, altruista e incondicional Amor de amistad hacia el prójimo, sincero y natural Empatizar y tolerar, llamaradas que arden sin juez ni tribunal Es un estado del alma, del cerebro y de la mente sentimental
El amor por el sexo debe ser espiritual, lleno de uniones carnales Expresión máxima de sacralidad de la vida, creaciones originales Es un encantamiento de los enamorados, el idilio de los umbrales Donde se empieza a vivir en el otro, de los placeres sexuales Donde el tiempo se detiene, compartiéndolo todo con razones fundamentales Donde el cuerpo y el alma se vuelven uno solo, de pasiones terrenales
El amor tiene enemigos acérrimos, el odio, el desprecio y el egoísmo Los celos, el ego, la ira y el sufrimiento que afectan el organismo Se combate con sentimientos de pureza, fidelidad y dinamismo Viviendo intensamente en forma apasionada, sin crueldad, ni despotismo Pleno de éxtasis, de lujurias, sin cerraduras, ni llaves de su hermetismo
El amor tiene corazón, para la pareja y para las amistades Lleno de lealtad y solidaridad incondicional, de compromiso y voluntades Que se cultiva y se riega todos los días, en amaneceres claros y en las noches de penumbras con sus oscuridades Son como los jardines florecidos que lucen esplendorosos, llenos para complacer felicidades
El amor y la amistad son como las flores bonitas llenas de colores Huelen a fragancias y perfúmenos de olores sublimes y encantadores Qué bonito regalárselas a la mujer linda y hermosa de mis amores Las rosas y orquídeas, para la amante querida, llenan de rayos y sus esplendores Los tulipanes, azucenas y margaritas, para la que me tiene loco, del interior de sus pudores “Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga sep 19-2020
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Poeta
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El jinete fantasma
Una tarde a lomo de la mula rucia, atravesaba la quebrada de los acostados Pisó una piedra resbaladiza y nos fuimos de bruces al remolino formado La bestia no volvió a salir y el pánico de gritos sin ecos escuchados Empecé a serpentear el camino hacía la colina de los buitres soñados Se hizo de noche y llegué a la cima de un monumento en ruinas, por nadie visitado Un castillo de piedra y de muros alargados, de épocas coloniales recordados Sus zaguanes y pasillos entre malezas, de refugio raro, de sombras espeluznantes extrañados Me recosté sobre un inmenso árbol de ceiba y el sueño me acogió de pesadillas, imaginados
Me despertó el relincho de un caballo, cerca donde me encontraba dormido Un corcel azabache, tan negro como la oscuridad de la noche, sin tragos de amanecido De sus patas y cascos salían chispas de llamas y de fuegos encendidas Y sobre su lomo, un jinete sin cabeza, de miedos y espantos estremecidos Blandía una espada al rojo vivo, desafiando al intruso escondido Quedé inmóvil y paralizado, mudo y asombrado, de pavores y sustos invadido Caballo y jinete fantasma, recorrían las ruinas del castillo, de albores desaparecidos Buscando al que le cercenó la cabeza, en las oscuridades de trincheras permanecidos
Castillo olvidado de fantasmas, en la colina de los buitres, lleno de gritos y dolores De batallas y guerras, de épocas remotas de la historia de sus escritores Llenas de anécdotas, de mitos y leyendas de habladurías y rumores Donde un soldado jinete, fue decapitado por una turba de energúmenos cazadores Y el caballo fue atravesado por una lanza, que atravesó su garganta, la sangre de sus interiores Convirtiéndose en fantasmas, que arrastran los dolores de sus traidores Y en noches de luna nueva, reclaman justicia de la cobardía de sus estupores Buscando su cabeza cercenada y perdida, el demonio de sus horrores
Corcel y jinete sin cabeza, envueltos en llamas de fuego, con pazos de diablo endemoniado Les daban vueltas a las ruinas y se dirigieron a la ceiba, donde yo estaba cabizbajo y recostado Una brisa fría y una neblina oscura me rodearon y quedé agonizando y de los estertores, paralizado Con la espada en llamas, cortó una rama y cayó a mis pies, de su furia blandiéndola anunciado Los relinchos estremecedores del caballo eran muy cerca, estaba atónito, temblando de miedos tétricos asombrados
Sentí en el pecho una coz, que me levantó y por la colina de los buitres fui rodando El dolor era inmenso y los quejidos aterradores, escuché bullicios de gentes que venían hacía mi caminando Me dijeron, que eran las tarascas del mismísimo demonio, que venían por almas y cuerpos, pero a mí, por lo que veían, no me estaban buscando
Caballo y jinete sin cabeza, fantasmas que deambulan helando la sangre de intrusos y mirones A los avezados, que cruzan en las noches caminos, desafiando y retando sensaciones Demonios, que abandonaron el infierno, la maldad de sus intrigas e imaginaciones Colina de los buitres, de miedos y pánicos, que agitan y paralizan del miedo los corazones Jinete sin cabeza, que anda buscando al que lo decapitó, por zaguanes, aposentos y rincones Experiencia nunca vista, ni vivida, sin palabras ni explicaciones Solo el rumor de experiencias, de habladurías y de imaginaciones
“Joreman” Jorge Enrique mantilla – Bucaramanga sep 18-2020
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Poeta
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El tapabocas
Qué placentero, contemplar la naturaleza hermosa Qué grandioso, escuchar a solas los sonidos del silencio Qué bonito, ver el firmamento y de sus estrellas misteriosas Que agradable, ver los jardines florecidos de pétalos maravillosas Que esplendidas se ven y lucen las mujeres, de quereres amorosas
Qué nos llevó a ocultarla verdad, los miedos y sus enfermedades Qué nos arrastró a vivir en medio de temores en las oscuridades Qué nos llevó a sobrestimar las voluntades y sus seguridades Qué nos condujo a tapar el rostro, las alegrías y los gritos de felicidades Qué nos llevó a perder la integración, las reuniones y las amistades Qué nos llevó a la voracidad de riquezas y poderes, de los gobiernos y autoridades Qué nos condujo a quedar ciegos y no ver las nuevas oportunidades Qué nos llevó a cambiar de hábitos y el resurgir de otras actividades Qué nos llevó a distanciarnos de Dios, de sus bendiciones y sus dignidades Qué nos llevó a usar un trapo, ocultando el rostro, acabando las tranquilidades
Tapabocas que ocultas las caras, los rostros cargados de tristezas Disfraza la rabia, la ira, las intrigas y sus atenuantes pobrezas Cercena de un solo tajo, la belleza de la humanidad y sus noblezas Recorta las soberbias, ocultando el fragor de sus torpezas Tapabocas, que escondes y mutila las risas y las delicadezas Silencia los labios, el saludo y el abrazo de sus franquezas Esconde el abrir de la boca, que el hambre acecha y del estómago bosteza
Tapabocas, que evita las pandemias de corona virus transmitidas Barbijo, que protege del salpicado, de toses del enfermo, en partículas diminutas convertidas Tapabocas, que protege la vida, de estornudos dolorosos y salivas desconocidas Barbijo, que tapa el rostro, de seres iguales sin distingo de todos parecidas Tapabocas, que acabó con la vanidad, con el orgullo, de élites revestidas Barbijo, que dejó atrás los escrúpulos de clases sociales combatidas Tapabocas, que cambió las normas, los trabajos y leyes establecidas Barbijos blancos, de colores, de modas de avatares, de resplandores encendidas Tapabocas, esencial para nuestra existencia y para otros la vida resistida Barbijo, que filtra el aire de pulmones sanos, de normas acatadas y obedecidas
Tapabocas, que oculta el rostro al delincuente clandestino Al atracador, al asaltante y al miserable bandido Barbijo, que cambia el rostro sin cirugías a escondidas conseguido Disfraza la maldad, atravesando la humanidad, el puñal del asesino Tapabocas, que cubre la faz de la cara, en facineroso convertido Y se aprovechan del transeúnte inocente y desprevenido Barbijo, que encubre las comisuras de los labios, del amor querido No se conoce entre la muchedumbre y en la distancia se ha perdido
Tapabocas esencial para la vida, mientras llega la vacuna añorada El que lo usa bien, se roba de todas las elocuentes miradas Amenaza latente para el que no lo usa, de muerte anunciada y asfixiada Barbijo bendito, que acabó con el maquillaje de la mujer linda recordada Tapabocas, que cercenó el labial y la estampa del beso de aquella hermosa apenada Tapabocas, que no deja apreciar la belleza de la mujer, consentida y amada
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla -Bucaramanga sep 16-2020
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Poeta
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Vendedora de café Mujer de delantal rojo y pañoleta de colores
Una mañana opaca, fría y de nubarrones lluviosa De despertar pesado, de pereza sin levantar espantosa Es hora de subir las energías y ponerle ánimo a la vida preciosa Y de paso contemplar por instantes, aquella chica del café preciosa
Cafetería, de olores y aromas de café caliente, exquisito y burbujeante Me atiende la mujer de vestimenta impecable y deslumbrante La del delantal rojo y pañoleta de colores, vivos y brillantes La de la sonrisa alegre y ojos saltones, de mirada pícara exuberante La de cuerpo hermoso y rostro angelical fascinante De cabellera ondulante y trenzas de aretes colgantes Mujer de delantal rojo, que oculta su belleza de piropos susurrantes La de la bandana, que agita mi palpitar extenuante de caminante Se me pasa el frío, al contemplar a esta mujer rozagante y emocionante
Mujer de delantal rojo y diadema de arcoíris, llenos de perfumes y sabores Me ofrece el café negro mate, capuchino, el caramelo machiato, lleno de olores O el de mi tierra espresso, el moca de aromas de los mejores Degustarlo con una trufa esponjosa, de sabores encantadores Aprecio su rostro hermoso, que hueles a perfúmenos de sus interiores Quedo anonadado de su belleza, con la imaginación de soñadores Saboreo su burbujeante y exquisito café, elixir de sus clamores Me inunda su pasión, que atrae del café la multitud de admiradores Mujer de delantal rojo y pañoleta de colores, de emociones agotadores Se llena la cafetería, con los aromas y el deleite de sus perseguidores
Quisiera conquistar su corazón, la tormenta que me envenena Quisiera tomarme todo el café, en las manos de esta adorable morena Quisiera arrancarle el delantal rojo, que me desordena y me condena Quisiera estrecharla hacía mí con su bandana, de su hermosa melena Quisiera que compartieras mi bebida energizante, en esta cuarentena Quisiera robarte y acariciar su cuerpo, en las noches de luna llena Quisiera amanecer contigo, de su aire que me asfixia y a la vez me oxigena Mujer del delantal rojo y pañoleta de colores, la que relampaguea En mi alma y con rayos y centellas, en mi corazón por siempre truena
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga sep 14-2020
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Poeta
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La diabla De vestimenta negra y capa roja
Una noche de luna llena, de rayos luminosos brillantes Iba raudo y presuroso por la calle real, de sudores sofocantes De repente divisé en la mitad de la vía, una figura de mujer fascinante Toda vestida de negro, con una capa roja y zapatillas brillantes Cubría su rostro con un velo blanco, manchado y sangrante Entré en miedos y pánicos, me paralicé al ver esa figura escalofriante Quedé mudo, los cabellos se me crisparon en forma espeluznante Ella se movía de un lado a otro, en torno de reto amenazante Los ojos se me brotaron, nunca había visto algo igual o semejante Se movía como si estuviera bailando, todo era miedoso y desconcertante
De un momento a otro desperté de la pesadilla, me hice a un lado y seguí caminando Apresuré el paso, miré hacía atrás y me seguía de cerca, en mis espaldas observando Me igualó la marcha y el caminar, el viento soplaba de su capa roja la estaba levantando Se me adelantó, me fue acorralando y orillando, de mis respiraciones silenciando
Mi cuerpo temblaba y sudaba, el corazón latía como si se quisiera salir de su compostura Esta mujer sacó su rastrillo en forma de trinche y lo levantó con su empuñadura De sus zapatillas salían chispas, de jinete sin cabalgadura El viento soplaba fuerte, de su vestimenta negra, sacudiendo su fantasmal figura Se contorsionaba dejando entrever, su esquelética armadura Blandía su rabo con su flecha, direccionando su curvatura Se levantó el velo que cubría su cara, dejando ver las cuencas de su amargura Quedé nuevamente del horror paralizado, como muerto sin sepultura Mostraba su dentadura, como si se estuviera riendo, del demonio su fantasmal travesura
Diabla vestida de negro y capa roja, del mismísimo lucifer del inframundo De mis andares de mujeres y placeres, de cantinas de muladares de vagabundo Buscando otros quereres de amores, encontré esta mujer de alaridos de ultratumba profundos Me rodeo con su vestimenta y capa roja, de olores de perfúmenos de azufre y chivos nauseabundos Succionó la savia de mi vida, dejándome esquelético de estertores de moribundo Sin entierros, sin velorios, sin cenizas, sin despedidas quedé allí tirado Agonizante y muerto, en horas que no llevan minutos, ni segundos
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga sep 06-2020
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Poeta
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