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SALVÁNDOSE DEL HAMBRE
El amado empeño arroya la corriente. Desbaratando la cortina. Antes de querer___¡Ser invisible!.
Pañuelos panales abejorros deudos, ventanales enlamados ríos desplomados, hora y hora, reza abrazada incapaz, la gabardina dejada como prenda, en la tienda de las velas barcos, y demás, están las cortinas invisibles.
¡Comer!___Si antes, posteriores hambres, lo premian apremiantes, después de desnutrirlos. ¡Representeros encementados!. Carcomidos harapientos inflamantes. ¡Otra vez ayeres mejores!. Descomiéndose los huesos ilusos. De cavernícolas arrullos secos. ¡Sin son ni ton!.
Salvo al alba. Y canto al sol. ¡Obscurecido!. Y... ¡Ya!.
Ya descansados y de fácil uso, absoluto in culpa, pleno y matemático, becerro y llanura la blancura, verbigracia acerado el velo flamea.
Del hambre salvado empeñado. Todo... ¡Hasta el hambre!. En la tienda tiende y extiende.
Y como de milagro. Mil campos sueñan encampanadosss.
Por un allá de cualquier parte. Al co-razonable. Y ¡Oh!___De milenios conocidos. Esenios luego desconocidos encarnan.
Por ...El huso la rueca móvil. ...Enmienda inmundos subterráneosss. ...Y modificaciones algebráicas. ...¡Prolongados cauterios!. ...Corriente. ...Acuosa de básico contexto. ¡Coco, dátil, insólito, inconsútil!.
Aquí, también, hay, ya llamas, falamas, jirafas, camellos y caballos.
Delfines inequívocas sardinas. ¡Lenición de macrolengua!. Proxémico y protónico. Desnutridos insalvables sepulturas. Monturas montañas leños añejos.
El amor enova doestrella lejana Puesque... Con una mano ama dice, y mata luego con la otra silencio. ¡Todo el apetito pequeñito!.
Amorido hombreado por la espalda. ¡Es mejor amarse satisfecho!. El hambre, alambre hiela. Cualquier fuegooo.
Amores herraduras cerrojos, encadenadas restas multiplicaciones, divisiones humos diplomáticos, periódicos inventos auténticos, imperdibles genitales lacónicos.
Por amor del alba. Salvaje viaja el vientre. Y Mañana En la mañana morirá ante, el naciente sol de la noche tardía. La luna del espejo que refleja. ¡Ése, éste, aquél!. Tiempo, tiempo.
Tiempo De Relojes paralíticos. Como lirios, nardos, azucenas. Y claveles sin los cielosss.
Hambre, hombre, el hambre. En los hombros lleva el vientre.
Y siente, sálvate consciente. Cien consciencias en la mente. Ya no lamentos.
Deja ese caudal, puntual, redondo, de la superficie lánguida. que allá halla insensible. Y... ¡Termina como sombra su caballo!.
Y no fabricándose. La pobreza cadavérica del alma. ¡En la luz del ataúd!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Pequeño réquiem
Tuvo un instante un poco enterrado. Amanecer imposible Del sol, ocaso, hambriento. Nada, era ya libre, de alberca. Barca de vidrios viajeros ¡Vamos, de los nuncas, a los tal vez!.
¡Pequeño, pequeño, réquiem!. Réquiem. Réquiem... ¡Muy pequeño!.
En el invierno que arde. Nieve a nieve en cada faro encallado... Con el silencio enfrente Con los muros transmutados Inmensamente momentáneos ¡Quemados los fuegos!
¡Pequeño, pequeño, réquiem! Réquiem Réquiem... ¡Muy pequeño!
Otra vez, y muchas más ¡Helados los hielos! ¡Quemados los fuegos! Tuvo un bailarín su turbio amanecer de alberca hambrienta La falda, el volcán, la espuma. Del sol viajero-De lo mismo ¡De viejo a nuevo réquiem!. Pequeño requiem, pequeño Tan pequeño de nuevo.
Pequeño, réquiem y viejo. Del anónimo inocente ¡Débil chispa sin más pasado!. ¡Quemada flama!. ¡Hilo deshilado!. Imposiblemente. Desenterrarse.
Réquiem. Pequeño réquiem. ¡Muy pequeño!
Del Sol ¡Qué tuvo un tubo! En la nuca... Del nunca volverá..
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Viaje solar
Entero el sol. En mi vieja choza. Entra y sale.
Se queda esta mañana. Con la nevada. Como florido árbol.
Y azul hermoso. El cielo afuera. Ve los gansos.
Que se esfuman. Sobre las montañas. Y el sol se oculta.
Después en la choza. Pienso en el mañana. Y en la nevada.
Y en el árbol. Como el sol. Entra y sale.
Por la vida el hombre. Como en mi choza. Se esfuma azul.
Más allá de las montañas. Del oculto más allá. Y más allá, tal vez.
Tal vez más allá del más allá. Para nunca regresar. Y ser un absoluto jamás.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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"Dulce Mentira"
Te amo dulce mentira que brota de tus labios de mujer, donde con desde siempre apasiguo las dudas que por mi afloran. Mentira de la luz de luna donde el sol bricos diera por a lejarte de mi laguna, mentira del cielo verde que crece en la tierra como pasto que intenta rovarme segundo a segundo la vida tuya que me pertenece, amo a la dulce mentira y a la cruenta soledad que han puesto tu vida en mi camino. Temerarias olas que por ti pelean, indomables huracanes que te distraen, siniestras tormentas que te desmoronan en dulces mentiras que me apasionan..."
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Poeta
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Silencio o sol sobre una espiga de pasto. A veces una brisa arranca un inaudible sonido que apenas dura lo que la sombra al mediodía. No hay otra espera que la del crecer para secarse y morir, pero la espiga es tan simple que renace idéntica en cada temporada. Vive tanto al sol que la noche no tiene significado: muere sin temor al final del día como una forma de dormir. Así el olvido viene en cada despertar ante un sol que resulta eterno.
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Poeta
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