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Negra noche, negra muerte no vas a poder conmigo te he vencido, no en una, ni dos, ni tres… has sido vencida las veces que he querido. ¡Mírame bien la cara somos viejos conocidos! algunas te las debo porque no han sido mías pero la mía, las he luchado y te he vencido. Negra noche, negra muerte no te llevarás mi corazón, llegas parca con silente movimiento cuando ves felicidad… No te atrevas a mirar... desbarataré tu absurda osamenta cremaré tu cráneo, tus huesos y tu manto aunque sea lo último que haga. Delalma
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Poeta
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¿A quién escribiré ahora sabiendo que tu corazón… ya no me espera? En mi alma fenece el rocío de la vida, que un día me entregaras en tus besos. Tal vez te vea en otro tiempo en otra estrella… o en una lejana estela, y pensaré en tus ojos amorosos, en tus labios rojos y tus dulces besos. De esos mismos labios que una vez me dieran los candorosos te amo… y los mil te quiero y los apasionados… ¡hazme tuya amor!... y en extasiada calma… ¡más... corazón!...
Por lo que vivimos no me olvidarás me vas a encontrar en el sol del nuevo día y en la oscuridad de cada anochecer seré tu karma, seré tu estigma, seré tu fin…
En tu paso por éste mundo de contradicciones de alegrías y tristezas, de amor y desamor de placeres humanos, de sufrimientos sobrehumanos dejas huellas. Imborrable. Amor. Delalma Lunes, 22 de noviembre de 2010 http://ligcueva.blogspot.com
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Poeta
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¡Qué difícil vivir sin ella!, fui una sombra, un alma en pena vagando por los rincones, sin paz, sin consuelo… se había marchado mi mayor anhelo.
Pero ahora, cuando creía todo olvidado… alguien llamó a mi puerta. Al acudir al llamado… me quedé helado, Allí estaba, ella
Sin la lozanía en su cara ni los colores que antes tuvo, con el mismo vestido que se marchó algo raído ya, por el tiempo.
No quería ver más… negros recuerdo se agolparon en mi mente y la miré a los ojos, con odio la miré hasta quebrar su mirada.
“¡Parece que no soy bienvenida!… ¿Me invitas una tacita de agua caliente?... ¡Ya veo, te has vuelto mudo… y no es para menos… ya sé que parezco un fantasma!”
“¡Bueno… me voy, tal vez un día!… ¿Me regalas un par de monedas? ¡Ya van dos días que no como… y aquí, hasta el perro tiene comida!”
¡Un billete puse en sus manos y le cerré la puerta, después… lloré! no podía dejar que volviera… ella, como la lluvia, era.
Delalma
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Poeta
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Cuando yo muera, no quiero ser olvidado en un cementerio, quiero que mi carne y mis huesos… se purifiquen con fuego… Quiero que mis cenizas las lleve el viento por los caminos que nunca anduve, pero que alguna vez en mis sueños, suelos míos yo los pensé. Quiero viajar por los mares y las montañas y volver como rio, abriendo caminos nuevos… con la libertad de mi pensamiento… Quiero que nadie llore, porque he encontrado felicidad, y voy a hablar con mis muertos… porque ya los vivientes no hablan conmigo.
Delalma
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Poeta
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Desde que te has ido, en mi habitación sólo hay un sonido de soledad, de hastío; de risa hueca y de vacío… todo se ha desvanecido, casi todo lo he perdido esperando al amor que ya es olvido. Los caminos cubiertos de flores y de sueños que antes me vieran pasar como tu dueño, quedaron tirados y marchitos, ya no pasaremos por allí, tú te has ido y el amor partió contigo. ¡Me he quedado solo, sin amor… y sin alma! como quedan los muertos allá en el campo santo con los ojos cerrados, cubriendo mi dolor y los puños crispados por la rabia. El trinar de un pajarillo en primavera me recuerda que estoy vivo y que aun siento, siento un año más de mi desdicha y tú abandono, y ésta realidad brutal de quererte y no tenerte. Más de pronto… mi mente tiende un puente entre el ayer y el presente, y todo pasa nuevamente tu cara, tu sonrisa y los rizos de tu pelo cayendo suavemente por tu níveo y terso cuello. Y sonrío… como cuando recordaba junto a ti el día que te conocí hasta el día en que me dijiste: ¡sí! … Con rictus de dolor miro al infinito, ¡Deseando ver tu rostro!... ¿Olvido?... no hay olvido, hay soledad y melancolía, y la ilusión perdida de saberte ¡siempre mía!… ¡y éste dolor que llevaré hasta la muerte! por haberte dejado partir… ¡sin detenerte!
Delalma Enero, 11 del 2010
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Poeta
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