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Nostalgia
Cayó el aterciopelado manto, Multicolor de la noche sobre la ciudad. El aroma de tu recuerdo Penetraba mi alma
El recuerdo de tu fría mirada Carcomía mis entrañas. El fantasma de tus besos Tiritaba mis quijadas.
Trate de recordar en mi soledad, ¿Hace cuanto partiste? Una hora, un año, un siglo. Se me escapa el tiempo.
Hoy solo cargo lo puesto. Y el recuerdo de tus besos, Mi cuerpo y tu despedida. Mi soledad y mi tristeza.
La nostalgia de tu recuerdo Penetra tan profundo en mi alma Que en el manto aterciopelado De la noche.
Espero el sonoro timbre De tu llamada, Tu dulce voz, Espero la presencia de mi amada.
Nilo
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Poeta
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Desautoestimarse dúctil
El autor del final es. Deber desnudo del alma. ¡Anudada!. De la ropa, del cuerpo, de la consciencia. ¡Morir de las mil máscaras!. Cada mañana, de noche, caparazón, día cualquiera. De tierra, después. Rutina. Divina. De sudor, de fatiga, del enmarañado. ¡Construirse!. A cada momento, solo dentro. Sí, por el espejo, se refleja. El mismo, eterno, instante.
Y de la diaria vida, se corta leña, y se perfila, profundo. Debe y comprende, cada vacío. ¡Estar frente al tiempo!. Preparado y extinto. Para la verdad absoluta. Todo presente, de realidad ausente.
No de sombras insondables. ¡Esperar indescriptibles sustancias!. Nada de la forma subjetiva. De significado difuso. Nadie, por el siempre, humano. Todo. Hacer de la pureza material, lo menos, necesario, y fundamental inexpresable.
Sin Aplaudirse Infernalmente Ensimismado, ensimismado.
Perplejo Ante El Magma Humano Del Desamparo__¡Desdiosado!. Entre petttrificadddos grittos. De.La.Sangre.Seca. (Del espíritu y el alma). ¡De la lógica sin médula!. Ver.¡Otra vez!. ____Lo que ya no hay____ Lo que a diario matan, y escriben con risa. Entre sonrisas sangrientas y bromas tétricas.D... ...esautoestimando toda vida, toda infancia. Sembrando muerte y desconsuelo, al mismo suelo y cielo. Dúctil, dúctil, fracaso de corbata.
¡Diseñando, repintando!. Mil veces repitiendo en un segundo. ¡Los mismos huecos de las pieles que recubre!. Por Las Cadenas envejecidas de los años. Los Dos cocodrilos comiéndose las entrañas propias. Bajo la piel versátil. (Con lenguas dobles). ¡Del olvido, sucesivo y camuflado!.
¿Pesadillastillas?. Sí,astillas, pesadas noches alfombras enrojecidas. En los cuerpos desalmados que barnizan mesas. Que vomitan escritorios y libros que les aplauden. Plumas prostituidas, tinieblas ostentosas, con sonrisa de reptiles, y gusanos hambrientos del bolsillo infame de la fama, del infecto infausto.
De las tinieblas. El corazón ahogado. En luz...Amor-dazado. En paz...Des-trozado. Las sombras recreando. (Entre cada vena y aliento). Indestructiblemente. ¡Encarnadas!.
Solo De La... ¡Soledad egoistacompañado!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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HiPoCaMpOs DeRrAmAdOs La calle. Cruza callada. La casa. La fuente. ¡Lágrima!. Derramando. Hipocampos.
En la cólera de la solitaria noche. La telúrica derrota, palidece, palidece. La ultrajante vejación, elogio y alabanza. ¡Hay qué matar piedras para vivir!. El grito temeroso del pescado. Al asalto de rayos huracanados. La vía, la calle, cruzada. Sí, lo sabes. Ahora seguro y mañana hipocampo.
Derramado. En la calle. Cruz del día siguiente. Rojo sangre. Luz extinta. Sin aliento. Hipocampo derramado.
Y al día siguiente solo fúnebre, el año era pasajero de guitarras. ¡Galería de infantería, vapor estático!. Ocaso. La cizaña. Latiendo uvas avellanas. ¡Vidrios!. Lirios lindos, corceles mortecinos. ¡Cristal!. Lenguas. Muertos. Tumbas. ¡Delfines ahulando yertos huertos!. En El Vientre Del Candado.
¡Derramados, derramados hipocampos!.
Más De cerca. ¡Toda pipa respiraba!. Toneladas infantiles y disculpas. ¡Grumos, grumos!. Grumos de gusanos. Bandoleros a torrentes Lentos cálices amargos. !En cada vena!. Bajo Cada Reptil essccamoso. ¡Sombras conchas y fracaso ennnvejecido!.
¡Derramados hipocampos!. En la noche. De la solitaria. ¡Cólera volcánica!. En la pálida. Memoria del pelícano. En la calle. Azulada del molusco. ¡En la noche y en el día!. Infestado Con Los Hipocampos sepulcrales derramados.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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CASCABELES NOCTURNOS
Por la noche circular cuando vuelve. El hombre de cascabeles corredores. Y por el día contrarios, cascabeles. Son los miedos. Verticales bajo suelo. ¡Sideral!. Por la noche cripta.
Por las estrellas lápidas. Resplandor de blanco abismo. Ya se palpa la fragancia. Ya se siente resonante. ¡El hombre del ayer y el mundo!.
¡Qué pañuelos arenosos, lo envuelven, en colores!. ¡Colores circulares, nocturnos cascabeles!.
Cascabeles___En un alegre canto. Nocturnos. Nocturnos___Del contento sumergirse. Cascabeles. Al fondo dulce del crepúsculo.
Espera la punzante arena. Por la noche de círculos colgados. ¡Vienen y se van los cascabeles!. ¡Oh, inspiradas pisadas encantadas!.
Mármoles ardientes y sol de playa. Es perla serena. Espacio horizontal y tiempo. Tiempo de espirales. Ya veloz la carne danza. Danza ya la historia madrugada. Cascabel.
Nace por las noches. Cascabel a cascabel. En el mundo qué fosfórico se vuelve. Silvestre. El ayer de pañales y pañuelos. Arenoso cascabel.
En la red de placeres y dolores. El ayer de diademas fulgurantes. ¡Ya vuelven, ya vuelven, los nocturnos cascabeles!. Con el destino vibrante de espejismos. ¡Arboleda infiltrada de sorpresas!.
Cascabel de cascabeles, en el féretro que muere. En la danza de las tumbas. Nocturnos cascabeles. Íntimos acordes de la fosa. Amor de incertidumbre.
En la noche de belleza inevitable. Muerte. Muerte apasionada, profunda, perdón eterno. Amargo cascabel de noche a noche. ¡En el dulce sumergirse!. ¡En el canto del crepúsculo!.
En los féretros punzantes, en la fúnebre belleza. Desolación adorada. Miel de miedo. Miedo entre frascos frescos. Y fresas formas. Desfila el vértigo. ¡Preso presa fácil!. En el féretro qué muere, solo, metálica alegría. Cascabel en el fondo. ¡De belleza sumergida!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Amarilla espera... No ballena
Estaba el viejo eco sentado, atrás de un dátil marinero.
Tan siglo en un segundo campanario El canario.Me dices.¡Lo veía!.
En la bahía.En la noche. Reflejo airado del arado Por el campo musical verdor Viejo campanear del futuro trigo.
Una vez___Cien días___Otra vez Tal vez___Una noche___Esa vez ¡¿ Cómo ?!... ¡El eco nocturno...! No es un viejo sueño... El solo da Tilín, tilín... Un tilde al ritmo Del Mover Al aire Un dedo... ¡Una vez de muchas!.
Y otras de pocas... Épocas opacas. Ecos del raquítico futuro... Dónde arena esa playa del milenio ¡Suelo frágil del olvido fácil!.
Cántico una vez del pasado Me lo dices...Amarillo...Campanario En la noche... Un siglo de canarios Eco en la bahía. Del desierto.
Alucinando El trigal En las luciérnagas Pez... Paz... ¡Pez de paz un sueño solo!.
Pez de luz del fondo oceánico vivir.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PASTOR DE ROCA...
Hace a la orilla de las rocas. Mucho eco. Tiempo, entre extrañas palabras. Un estrepitoso embudo. Pastor, de musical, círculo encantado.
Un Pastor Hace mucho tiempo. Un pastor hace. ¡Tiempo!.
Estaba en calma el mar. En ramo verde seco el pozo. De pasar ha todo, se decía, En la mar, que... ¡Va!... A dar su voz. ¡Vivimos mientras andamos!
¡Olas de nubes!. Soles de hielo. Luz negra... Aves peces, vigoroso, firme y recio. Ostras nueces, lánguidos, lacio y frágil.
De Roca Porosa A veces____ ¡Todo cambia!. Siempre____ ¡Lo mismo es!.
Y tras la sombra vana, el sol, empero, va. Hasta el precipicio hallar, sin, correr, siendo. De los altos montes y frondosos, rodeado. Los que con asombro miran, solo, luz, íntima. A donde los pasos inciertos, encaminan. ¡Desfigurados!. Preguntábase. Rocoso. El mar junto. ¡El pastor a sí!.
¿Qué se hicieron los fuegos encendidos?. ¿Qué las verduras y las ternuras?. ¿Qué se hicieron?.
¡Sus olores desvestidos!. Con. ¡Sus amores investidos!.
¿Las músicas, a dónde, se fueron?. ¿A buscarlos, dónde, iremos?.
¡Oh!____ Pastor, pastor, de rocas. El cielo rocoso y tormentoso, a veces del paisaje, oleaje, solo es el boscaje.
Un carruaje, una montaña, mañana en la playa de una rena y reno del invierno entre una roca nevada en la orilla de los segundos y últimos minutos, rocas al pastor.
Carne de roca en el alma, luz del vaivén y nublado, doblando tiempos encarnados.
Llevaba ya ingenuos deseos por las mejillas el corazón empedrada popa macilentos , barcos en los pantalones, alzando. En el tiempo ecos y rocas... El vuelo meditaba con recio ánimo el ritmo lento de los vapores y el glaciar del divino estribor y mundos novelescos obeliscos.
En las rodillas, una fiera rezaba buscando la llave con el horizonte bajo las bonanzas idas devoradas bañadas islas torpes violetas balanceos en las albas desoladoras.
Un Pastor Hace mucho tiempo Un pastor hace. ¡Tiempo!. En las rocas y de rocas. ¡Tiempo!.
En las rocas ovejas, abejas embalsa madas, húmedas ó menos todo él, día, roca, millares en masa mes a mes más locura y más enferma las almas al borde ingratas noches, quemaduras, vértigos, habitación de snudas trenzas las espaldas crudas tristezas crepusculares, huracán en rojecido por el gemir embalado de sus corderos y ataduras frágiles.
El Pastor de roca Entre la rueca Rueda por las orillas y los huecos. Hilos, ecos, piedras y más piedras. Recordando.Los relojes del boscaje. Moviendo de los árboles las copas. Qué...De fatal impulso siguen el destino. ¡Aborregados!.Del río claro verde sobre, él, margen. ¡Carbonizados!. Las cenizas entre flores ocultas. ¡Enlapidados!. Por la rápida tormenta uno mismo. ¡Apedreado!.
Hace Mucho Ese pastor Miró los dentros En él Sinfín De ¡Sombras y escombros!. En La Historia de su pueblo. Encorderadas piedras. Y Ahora Seguirá como ese día. Por el eco ¡Trepidando!. Estos tiempos Lo han... D e j a d o. ¡Para siempre... Petrificado!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ESENCIAS EXISTIÉNDONOS
Ardiente por la tarde lujo galardón, de noche. Morena dirección del frío luz amada. De pies ágil. También sigo. ¡Dando flores la oliva!. Los furores afloja. Por las tardes ardientes invisibles. Por las noches galardones amados.
Vistiendo luz llorosa con la vida núbil. Lentos los días tristes ardiente luna. ¡Breve leve trotas!. ¡Plácido ensueño!. Del ancho mar las olas aquietas. Ardid tan veloz de vuestros pechos. ¡Oigo el eco!. ¡Núbil vida!.
Ardiendo por la Venus madre luz amada. El mar me mueves en dirección del frío ya. ¡Buenos fuimos por la vida!. Malos nunca por la muerte. Luna cándida las ocho veces. Del abril florido besándonos. ¡Por la vida malos nunca!. Por la muerte fuimos buenos.
Vida...Vida. ¡Te vas huyendo al día!. Muerte...Muerte. ¡Te quedas por la noche!. Vida, noche, muerte, día. ¡Te vas, te quedas!. Te quedas, te vas. ¡Vida muerta... Muerte viva!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Por la mañana, al despertar, como siempre, puedo ver, rostros, rostros y más rostros, sin cesar.
Necesito dormir, cuando llega la noche, yo no quiero sentir, y no quiero mirar, rostros en cada lugar.
Pero aún así, en mi cama, surgen restos de las caras, vacíos rostros en mi soñar.
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Poeta
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ODA A UNA MANSIÓN DE PAJA
Si Pudiese... De las nubes. Haría Una ¡Gran mansión!. De la paja. ¡Qué son!. Son de lágrimas, los ojos. ¡Del tiempo!. Donde moriremos. Todos, dónde y dónde. ¡Duende!. ¿Duende?. Están las risas.
Sólidas, de piedras. ¡Dulces!. Y la paja. Huye con la boca. Seca y dura. ¡Dónde ya nadie, no puede, ni acostarse, ni soñar!. Ni Dormir. ¡La noche!. ¡Qué despierta, con el sol!.
Si pudiese. Ésa... ¡Mansión haría!. Como sueño. Y río, y lago, y las nubes. ¡Usaría!. Secando, cada vez. ¡Cada lágrima!. Que por el tiempo, de los ojos... ¡Han llorado!. Gotas. ¡Como nubes!.
Donde. ¡Son dulces, las piedras!. ¿Dónde la paja ríe?. Con la boca seca. De la noche, nubes empedradas. ¡Muriendo todos!.
Todos, y... Donde ninguno. ¡Dónde ninguno, puede huir!. Ni soñar. Al sol, siquiera, una sola. ¡Noche!. De lágrimas mansión.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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*** LLUVIOSO RECUERDO ***
Una noche lluviosa murió tranquilamente. Entre mis luchas, en el olvido aquél, hoy pienso. Del astro, melancólico, bajo la lumbre. De su boca, de fuego, con la fiebre ardorosa.
Lluviosa de fuego. Lucha melancólica. De su boca. Una noche. Bajó el olvido.
Iba topando con ella a cada paso, de mis consuelos y la reja, asomaba.
Bajo la lumbre, del astro, sin par, era brisa, en su hermosura. ¡Sentí en el pecho, nubes y sol!. Y hablar al viento, del perfume, ése...
La mirada, cruzaba, por un velo. Y encima el alba, de mí, corazón herido. Esa noche, lluviosa vive. Desde aquél, hermoso día. En la aurora nace... ¡Pienso, siento, recuerdo!. Venturoso, feliz, fui al encontrarla.
En el camino. Áspero de perlas y espinas. ¡La vida!. Y Recordar... Lluvioso, ésa noche.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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