Poemas :  Sin título
Llegué a mi destino
y comencé a caminar la calle.
El desértico asfalto
se extendía lejano
por todos lados.
No podía decir que
todo estaba inmóvil
puesto que ni siquiera había
algo que así lo indicara.
Miré las nubes grises
y casi noto descender
un chorro de viento
que se esparció fresco
por todas partes.

Frente a mí, sorpresivo,
vertical y automático,
creció al instante
un árbol que agitó sus hojas
para sacudir el cielo.
Brillantes sus hojas esmeraldas
se ofrecieron a mi vista
y casi lo veo inclinarse
haciendo una reverencia
como saludo.

De repente los movimientos
cesaron,
creí que todo había terminado,
Pero no,
pronto me di cuenta
que el silencio
era su forma de presentarme
a sus hermanos.
A lo largo de la calle,
a la velocidad del viento,
fueron apareciendo árboles
de tupido follaje
o visibles ramas.

Uno a otro van estirándose
con asombro.
Los fui dejando nacer
y pronto noté con agrado
que sus movimientos
no eran otra cosa
que la única forma de lo invisible.
Poeta

Poemas sociales :  Romance chilote
Cuando los remos entendieron el frío

se hundió su madera redonda

en los acerados nudillos

de un chilote

Las islas se enlazaron

de botes furtivos

Engalanadas de procesión y chichas

subieron como átomos altivos

al canto inaugural de borracheras

La sidra generosa tupida de sueños

blasfemó la lejanía de los hombres

alargados de pampa y hielo

en la trasquila

Crepitaban las piedras rojas

sus milcaos

Las almejas eran castañuelas errantes

transitando su fuerza pendenciera

Dos acordeones morenos

comenzaron a saltitos

a despertar los raulíes

y cincuenta mujeres solas

aplaudieron el corrido

Para bailarlo y descubrirlo

voló mi poncho hasta las zarzas

Desafiando miradas clericales

abracé la tímida cintura

de mi viuda

hasta encallar mi bote

en su tersura

Luego, por largos años,

ella remó para mí

los crepúsculos

y yo buceé las entrañas

de Calbuco

en un diálogo muy simple

que en diez hijos se plasmó

La silenciosa raíz de los ostrarios

alimentó diez fuertes emigrantes

La música resuena en sus talones

como pálida postal de sus romances

Vuelven siempre en los otoños

en pascua de resurreccón

En corridos y mistelas

a buscar resignación

Noviarán por los inviernos

y de nuevo partirán

A la esquila y a la pampa

Otros hijos dejarán

En alforjas de garúa

llevarán tozos de mar

Con sus botas y sus lanas

otra viuda llorará

Es el ciclo de mis islas

Saturado de llover

Es la historia de mi abuelo

De mi padre y de estos diez

Sin querer que se repita

Pero qué se puede hacer

Chiloé con sus varones

desplazados por Neuquén

Chiloé para los pijes

un rincón sin conocer

Chiloé p’a los chilotes

yerba amarga que sorber.
Poeta