Poemas :  Aliento de música
Aliento de música

Con ese perfume perdido ayer
en el espejo
de los íntimos arroyos
encima de amantes diamantes
regresa el interior. Transformado.
Ennn.
En los corazones del sonido
Ennn.
El
Paisaje de perpendiculares latidos. ¡Dos, dos en uno!
Una fusión de claveles
Y margaritas qué azucenas rebelan
En un trono de ternuras ligeras
Catarata coloreada por siglos
En otras alfombras
¡Mezcla de ángeles y claridad!
Sideral...
En sí mismo
Brota ésa verdad ondulada
¡Valle del más allá!
Inutilmente temido.

En sí mismo
Intacto jirón de faroles
De libre frescura
Bello saboreo
Despacio jardín con estrellas
Y algunas veces. El tiempo.
El
Tiempo
¡Se detiene, se reabosorbe!.

En sí mismo
Obra de homenaje
Amoroso
¡Espejo íntimo del cielo!
De musical aliento
Sí, sí... ¡Musical, musical!
El musical aliento eterno
¡Cada minuto en un siglo!
¡Cada siglo en un latido!.


Autor: Joel Foertunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas sensuales :  Cantos blancos
Cantos blancos

Blancas están la rosa y tú.
En mi corazón al cantar.
Al cantar y cantar.
Y al soñar el cielo.

El cielo bajo el agua.
Agua de luz, agua de sed.
Orilla blanca...Blanca y verde.
Y como blanco el jardín.

Blanca tú...Blanca, blanca.
Y la rosa juntas cantan.
En mi corazón.
De luz cuando llueve.

Y la llave lleva sueños.
Y el cielo en agua baja.
Gotas...Gotas...Gotas de rocío.
Pulpa de lucero y acero.

Manto de ilusión y de distancia.
Estancia y constancia.
En extraña circunstancia.
Cuna, candado y cerrojo.

De mis besos...Luceros tus senos.
Alfombra callada y jardín.
La luz que llueve.
Lleva llaves de sueños.

Sueños distantes, sueños y sueños.
La rosa y tú...Blancos...Blancos.
Cantos en mi corazón.
Cantos blancos de orilla verde.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de amor :  Arcana primavera
ARCANA PRIMAVERA

En la cúpula de un trueno brillan.
Lienzos de gotas amantes.
Desde granos antiquísimos.
Por la brisa laberíntica de tierra.
Y el regreso verdoso verdadero.
Y la blanca belleza con su nieve.

Hormiga la hoja cada migaja.
En la noche que las estrellas tejen.
En el molino de sollozos acurrucados.
Con las pajas movedizas de pestañas.
Con el hechizo, miel, flauta y polen.
¡Abrazando con el cielo girasoles!.

Cada golondrina descansa su distancia.
Anudando desconocidos barros.
En las frágiles horas entrelazadas.
En el fondo refugio de su vuelo.
Donde nacen vientos como brasas.
¡Y la esfera burbujeante del anhelo!.

Más allá de las cáscaras sangrientas.
Hay pájaros agricultores de colmenas.
Y los oasis redimen penas y agobios.
¡Qué abren jardines en las nubes!.
¡Qué acompañan la vida tras la muerte!.
Y el timón del orden infinito llega.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de amor :  Manual de amor
*** MANUAL DE AMOR ***

En las manos vacías están mejores.
Los peces que los dedos tejen.
Las redes que los aires atrapan.
Las ausencias destruidas.¡Sin jaulas!.

Inocentes conciertos en gotas urgentes.
Pueden con la lluvia de cien espejos.
Dejar las ausencias de las nubes.
Paisajes inmemoriales, túneles, túnicas.
Mientras bordadas alfombran las lágrimas.
¡Secan relojes esféricos al alba!.

Creo amor, amarte y en Venus bañarte.
Escultural y musical pintura escrita.
En la lira de los años. ¡Qué no importan!.

Creo de corazón a corazón. ¡Un nuevo rubí!.
Con el espacio insaciable de distancias.
Con el jardín enjoyado. ¡Caricia y latido!.
Sitio sin pretexto.
¡Campo qué ondula infinitos!.
Amor, amor. ¡Sin retórica cadera!.
Solo latidos, encuadernados, de libro abierto.
¡Al tiempo de péndulas ediciones!.

En las manos el tiempo se escurre.
Amor, sin amarte. ¡Inexorables burbujas!.
Los siglos cierran las puertas.
De signos, sierras y valles.
Amor, amándonos. ¡Las cadenas son libres!.
Corazón, corazón. ¡Qué nada traiciona!.
Amor. ¡Amando la cáscara y el fruto!.
El terciopelo sinfónico. ¡De un momento!.

Momento transparente.
¡Eco palpitante cultivado entre dioses!.
Amor... Amor... Amor...
¡Amor más allá de la muerte!.

Amor que... ¡En las manos tenemos!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de pasíon :  Buscándote
Con piedras redondas escribí sobre la arcilla
tu nombre rimaba mariposas
Escudriñé las mansiones de Neptuno
siguiendo tu rastro de luciérnaga

Te supe extraviada en las arenas
levantando jardines de contramano
Cautivaste a los colibríes con tu voz entonada
Alfombras de verdor rebelde tendiste en Atacama

Por fin, llegué a tu orilla
con las manos sedientas
esperando un remedo de amor
que sellara mis ojos con un beso

Difusa te encontré
hilando el huso de la primavera
entre cactus agradecidos
que cercaban tu aura, protegiéndote

He recuperado la vida
en este agitado correr tras de ti
atiborrado de frutas y vinos
para seducirte una vez más
como a una crédula doncella
de los atardeceres
de Caldera.
Poeta