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¿Estás dentro? ¿O estás fuera? las palabras son piedras en la boca, silencio mi niña, calla un minuto. La verdad se reduce, me llama la atención, paso a paso, déjate seducir por las sombras. Así que te encontré, has encontrado un camino, a lo largo de este universo, el frío silencio de la oscuridad interior, y ahora que estás aquí, se vuelve tan claro. Es la luna quien nos guía, hacia las noches de silencio, noches infinitas, que se vuelven quietas. En todo lo ancho de este universo, infinito y repleto de estrellas, que brillan en la profunda oscuridad, hasta llegar el alba. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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Espacio y tiempo, barrotes de la jaula en que el ánima, princesa encantada, está hilando, hilando cerca de las ventanas de los ojos (las únicas aberturas por donde suele asomarse, lánguida).
Espacio y tiempo, barrotes de la jaula; ya os romperéis, y acaso muy pronto, porque cada mes, hora, instante, os mellan, ¡y el pájaro de oro acecha una rendija para tender las alas!
La princesa, ladina, finge hilar; pero aguarda que se rompa una reja... En tanto, a las lejanas estrellas dice: «Amigas tendedme vuestra escala de la luz sobre el abismo.»
Y las estrellas pálidas le responden: «¡Espera, espera, hermana, y prevén tus esfuerzos: ya tendemos la escala!»
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Poeta
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Cada rosa gentil ayer nacida, cada aurora que apunta entre sonrojos, dejan mi alma en el éxtasis sumida ¡nunca se cansan de mirar mis ojos el perpetuo milagro de la vida!
Años ha que contemplo las estrellas en las diáfanas noches españolas y las encuentro cada vez mas bellas. Años ha que en el mar conmigo a solas, ¡y aún me pasma el prodigio de las olas!
Cada vez hallo la naturaleza más sobrenatural, más pura y santa, Para mí, en rededor, todo es belleza: y con la misma plenitud me encanta la boca de la madre cuando reza que la boca del niño cuando canta.
Quiero ser inmortal con sed intensa, porque es maravilloso el panorama con que nos brinda la creación inmensa; porque cada lucero me reclama, diciéndome al brillar: "Aquí se piensa, también aquí se lucha, aquí se ama."
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Poeta
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Esta noche al oído me has dicho dos palabras Comunes. Dos palabras cansadas De ser dichas. Palabras Que de viejas son nuevas.
Dos palabras tan dulces que la luna que andaba Filtrando entre las ramas Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento Moverme para echarla.
Tan dulces dos palabras ?Que digo sin quererlo? ¡oh, qué bella, la vida!? Tan dulces y tan mansas Que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.
Tan dulces y tan bellas Que nerviosos, mis dedos, Se mueven hacia el cielo imitando tijeras. Oh, mis dedos quisieran Cortar estrellas.
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Poeta
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Firmamentos de emoción Súbase al mundo de la emoción donde las palabras se dibujan entre sonrisas; donde las miradas abren puertas que le invitan a pasar; y donde nada escapa al equilibrio natural del cosmos donde se hacen verdad tres letras que llenan el mundo de PAZ.
No detenga su callado por incomprendido deseo, no reprima su inusitada ilusión, sepa que este segundo que llegó ya pasó; y crea que es y existe en el punto justo donde pasado y futuro hacen otro ahora.
Súbase al mundo de la emoción, al que le espera ignorado tras cada aurora; a ese que pintan los que sueñan con colores, al que cantan también los ruiseñores; súbase al mundo donde aún queda un hueco, donde el poeta inventa y vive un verso, y otro…y otro.
Suba al mundo de la vida, al que se lucha y se gana, al que llega vestido de mañana, al que marcha con su pena y la convierte en estrella en la noche plateada.
Firmamentos de emoción instantes donde sentir la vida; momentos para ser Tu.
Autor: (Jpellicer) [email protected] www.los4murosdejpellicer.com
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Poeta
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CONSUELO DEL CIELO
Suelo soñar cielo en el suelo. Del cielo asombrado entre estrellas. Del sueño que duerme. Del cielo el suelo. ¡Y suelo pensarlo consuelo!.
Y Suelo Pensarlo... ¡Consuelo!. Del dormir entre estrellas. Del despertar entre nubes. ¡Consuelo de nubes solo!.
En el suelo donde duermo nubes. Nubes que me sueñan. Creo. Un suelo nuevo cada día de consuelo. En el alba de la tarde tarde. Con la noche relámpago de médanos.
¡Consuelo del cielo!. Del cielo... ¡Consuelo!.
Médulas elementales de la nada. Demasiado poco un rato roto. Y ruedo al suelo de mi cielo. En el sueño del suelo y su consuelo. ¡Una vez asombrada nube!.
Consuelo, consuelo, del cielo.
Otra vez, solo nube que tuve. Otra solo nublado. ¡Solo suelo del cielo soñado!. En el mí, que contengo De ti, cielo, de mi suelo.
Mi consuelo. En el que suelo soñar. Durmiendo, nubes y estrellas. Y cielos de consuelo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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