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El vigoroso desaliento
Es como el aire si lo leyeras____sacaría sus letras secas de polvo__húmedo del fuego del hielo del hilo hiel hoguera con la espina que rebana el lirio transparente, el ópalo orgulloso tímido maíz, trigo temeroso.
Por aquella cumbre amante de los ecos, donde la puerta descubre a las ventanas, el fondo del espejo escondido en las rocas, paredes, indemnes, entre un sabor verdoso, como la espuma anaranjada del primer sol.
El vigoroso desaliento es. Esto, eso, y otro tanto más.
Ahora que el vino se fue y regresó solo, el lino fino con el llanto vano, sin encontrar dados en la mano, sin encuadrar círculos en el triángulo, sin encubrir obscuridades en la noche, desnudando sombras temerosas rosas, desnudando nudos mudos rudos.
Como el aire es, si lo escucharas_______voz de polvos, de tiempos perdidos___ momentaniedad, mil veces____ ¡Manto de oro!. Trémulo invisible cuando el color resbala, allá en el fondo de los valles enardecido, el aliento florecido es un cisne destruido, por el vigor de marioneta consumido.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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AL ÚLTIMO PINTÓ
Y el fuego amó el lecho de humo por el mar de las hojas entregadas al otoño bajo la última sonrisa de esa tarde.
Porqué sus ojos de gorrión leyeron en el agua los sueños campesinos de una concha, en la incógnita viajera de una perla, en el rumor de la arena y el aroma fresco... La madrugada se despidió de las primeras estrellas, ignorando sus anhelos, como tiernos vidrios en una uva.
Luego amansando el manantial caminaba transparente en el lírico transporte abriendo el silencio con la soledad sonriendo al cerrar la noche aquella luna en la fugitiva pincelada.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ANÉCDOTA INEFABLE
Esto pasó cuando menos lo esperaba. La piedra me soñó petrificado. Nada sabía el aire ni el agua. El cincel, el martillo, la campana, la tarde, el tiempo... Todos dormían. Menos yo.
Y en ese sueño era piedra. Frontera de nube y almohada. Desperté de noche sobre la luna. Siendo piedra, siendo sueño, sin saberlo. Dormí en el fondo del mar... Sin color. Frontera de roca y esponja.
¿Para qué decirlo?. Nadie lo creería. Y menos cuando se enteran que uno, es un sueño de una piedra.
Y sin embargo, se puede. Aunque solo enamorado, de los ídolos, del amor. Y de las flores de acero. Se puede sentir. Se puede imaginar. Se puede soñar, incluida a la piedra que sueña.
Pues ésto pasa en los sueños. De otras piedras. Cuando nos sueñan. Sin saberlo. Y el aire se humedece de alegría. Y lo que parece deja de serlo. Y al final no puedes contarlo. Completamente... ¡Solo lo inefable, como aquí!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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M.O.R.T.I.N.A.T.O.
.....Deshuesa que deshuesa.....
Por el silencio más obscuro, donde la ausencia brilla sola, en una gota de viento, dónde el tiempo duerme blando, en una cueva de nubes...
¡Porqué deshuesan tiernas las cunas!.
Por el vacío que las paredes llueven, en la casa embotellada, de los platos comiendo hambre, y las almohadas soñando, y las sillas sentadas...
¡En aquéllo que hubieron desosado osadas!.
Porqué existe la creencia unánime, de los océanos inmediatos al cepillo, más intenso del agua triste y pastosa, perturbada, esperando la próxima vida, del siglo en un angustiado hidroplano...
¡Cómo desosaren al calcio los dientes!.
Al destrabarse, finalmente, el cielo, recuperando su forma ya desplazada, alguna vez terremoto satisfecho lío, donde nacen los muertos alegres, con un gesto altivo y maternal abrazo...
¡Cómo si siempre hubieren desosado!.
En el mundo que no existe con cabellera, entre caballerosos los viejos domingos, en el cuerpo de una noche irritada, en la frente candorosa de una rana, en la rama reptando la vida rastrera...
¡Entre aquéllo que desosarían mil pestañas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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C.A.L.I.G.I.N.O.S.O.
Si ves al gris una vez. Sin voz baja el viento. Del sol hasta el helecho. ¡No hay problema, todo es verde!. Con la tierra que al agua irrumpe. ¿Piensa acaso la hoja?. En los otoños, que le dejan su cariño pétreo.
¡No hay problema, todo pasa!. Nada por la orilla de esa mirada. Y en el granero guarda el jarro. Con la voz del gris que ves. Tal vez en el tiempo cada eternidad vuele. Y sueñes como nadie ha dormido. Al rojo verde al azul rosado.
Caliginoso y caliginoso coinciden. En un café plateado. En una nube dorada. ¡Porque nada importa de la amargura al agua!. Y todo cae del olvido implacable. Por el renacer de la memoria. Donde si ves al gris una vez.
¡Gris será y sólo gris!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Cefalópodo Intrépido
No huyas fuga en los insomnios sin rostro, húmedas las distancias estremeces, en las ramas de las noches, por la voz de los espejos, en la calle rencorosa, un incendio llama, al agua ebria, del beso libre, al polvo preso.
No te quedes en la eternidad paralítico. Dicen las encrucijadas espinosas. Al atrapar la garganta yerma. Dicen los astros a tientas. En el sopor del jardín afiebrado. Tan decapitado en el viento alegre. Por el higo inexorable del nombre. En la obscuridad que duerme un lecho.
¡Arrastrando invectivas!. Arrostrando reprimendas. En la ordinariez inasible. En la entibiada accesoria. Tal vez el furor intoxique. ¡La flaqueza del susurro!.
No huyas fuga. ¡Embaucándote atónita!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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CÍCLICA DESMAÑANADA
Eterna vuelve cada mañana, en la esperanza dormida en la noche, como cambia el verde en las hojas, el afán amarillento del otoño, donde se pierde cada verano. ¡En la blancura de la nieve áurea!. ¡En el rumor que corre en el agua!. ¡En el valle de calles de lunas crecientes!.
Cíclica desmañanada cíclica. Desmañanada cíclica desmañanada. Cíclica. Desmañanada. Cíclica.
Por la sonrisa de espumas de brisas. De olvidos de llamas de pianos. De gotas de campos de vientos. Agobiante desahogo indignante. Revivificante extrínseco núcleo. Diligente trajín y pigricia. En lo ingrávido con largueza regio. En lo efectista hinchado espiritoso.
Cíclica. Desmañanada. Cíclica. Desmañanada desmañanada. Cíclica cíclica.
Derramando al espejo reflejos vacíos, en la tarde magra y fría del detalle. ¡Soñador destello de extraña entraña!. Por la mirada temblorosa del embeleso, en las cúpulas sin límites de pájaro,s voraces, volátiles, fabricantes de pobreza, en racimos de palomas lavando ropas, por los aires de las culpas colectivas.
¡Cíclica desmañanada cíclica desmañanada!.
En los trenes repletos de preguntas, de panes acuñados con el hambre, con el vientre de los ojos lleno, en las manos que se decuelgan del suelo, del cielo poblado de serpientes y gusanos, de la oquedad mas cercana y purpurina, por la obscuridad que frenéticos cultivan, por la mañana incesante del agua seca.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Del Onirismo Cronogénico
Porque ahí el tiempo duerme agua viento fuego y tierra y no desaparece nunca el pasado y no perece siempre el futuro y no permanece inmóvil el presente es vapor provisional humo latente y fulgurante cadena de momentos, esencia y forma carencia permanente, eterna e infinita...
Del Onirismo Cronogénico Porque ahí el tiempo sueña cuerpo mente espíritu y materia y aparece siempre atrapado en su presente y desaparece con rapidez esperando su futuro y reposa fortificándose abrigado en su pasado es eterno transitorio unidad y ruptura, consecuencias y niveles matriz invisible, fuente de vida despertar y renacer, causa y efecto.
Del Onirismo Cronogénico Porque ahí El tiempo Duerme sus sueños Y Solo es Un sueño que duerme Omnipresente Ignoto Origen Esencia de toda forma.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ESPUMAS MUSICALES
Entre los pájaros que encienden, al sol naciente, sus lejanos muros, y a las vegetales nubes de sus alas, solo la memoria acude, cual infernal serpiente, donde el vuelo aguarda, el cansancio prematuro de las cosas, por el abanico de su brisa. Al mundo infiel cual preciosas piedras. Del núbil fuego al fondo. Del día enervante de ráfagas brumosas. Al último adiós de una mirada. Al camino de lúgubres cortejos. ¡Espumas, espumas, musicales son!. Cuerdas sin trino ni voz desnuda, por la sombra que se agrieta, en los precipicios de la soledad marmórea. Por los versos que acompañan.
Las estrofas con el rostro De cometas, en las tintas, de los pálidos papeles, en el alma de un anhelo. ¡Son las dichas altas en el suelo!. ¡Son los sinsabores sus corrientes!. Ya espumas de florida primavera. Ya burbujas con la suerte del otoño. ¡Musicales, musicales!.
¡Oh, espumas de la pluma prófugas!. Vuelan, vuelan como llaves, los cantos tristes, por los espejos que renacen, en las mástiles del agua, en los desnudos mañanas, abriendo las hojas, de los frutos deseados, de las noches del tiempo, espumas de una amarga sonrisa, espumas del tedio y del clamor insano, son musicales por la senda tortuosa, son musicales del delirio entusiasta.
Son lo que son por el ámbito del mundo dónde sueños y pesadillas despliegan sus alas por igual en el seno bizarro del seno que brotan notas de pasiones derramando el desencanto notas de ilusiones cultivando el espejismo.
Son lo que son ¡Sólo espumas moribundas en la esencia genuina del claustro, en flor del halago dulce, del corazón mendigo, una manzana del cielo hirsuto, una mano que aclama la dulzura acariciar, la virtud germinadora, palpitante y trémula, del crepúsculo que entona su ritmo en las ánforas de arcilla!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ODA AL TORBELLINO
Sin coraza el aire hirviente bajó nublados en torrentes del océano juntó al relámpago al verde fuego de selva y primavera y brillantes noches y ardores soñadores irresistible al blanco en la flecha en el centro agua de estrella labriego del viento.
En verano inflama la hoguera encanta la pasión contempla la indiferencia manantiales de ira sincera de furia pura tiene su piel de hielo hierro franco hoy quiere los tiempos guardar sedeños los espacios desmanchados los ramajes enlunados vibrando del anverso al reverso en cada verso inverso y beligerante labrando al aire.
Destructor higiénico hoy mañana constructor que quiere anidar tejiendo mis latidos de ígnea tierra de leve aliento de caminar torpe para hacernos compañía en el silencio de la ausencia dónde somos iguales sangres llorando. ¡Iras puras!. Incendiando al desaliento.
Somos iguales volcanes cuando el techo muerde al cielo falso al suelo afilado al hueco grueso. ¡Avivando!. La sangre fundiendo embalsamada por el ayer que va delante que va sembrando más mañanas. ¡Insepultas!. Derritiendo al mismo tiempo el acero con las nubes.
Gladiador de incertidumbres destructor de los muros del olvido de memorias misteriosas indefensas eternidades simultáneas al desamparo del injusto y sonriente encorbatado de la lengua de mil reptiles que ocultan desnudo en las cenizas el aliento infinito con los metales hambrientos con los ínfimos poderes siendo lo que son los escarabajos en el drama de la bruma.
Y tú. ¡Oh, torbellino!. Sigues siendo lo que eres ondulante látigo del cielo sin someterse a su yugo sin la condición de esclavo eres el azote. ¡Del sentir que se rebela!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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