[img width=300]http://1.bp.blogspot.com/-anokuzCVFhY/UeQwVv8WHUI/AAAAAAAAGIQ/ns3_-aia8c0/s640/Poema+en+las+noches+te+recuerdo.jpg[/img] Todo comenzó como un juego muy bello, al decirme me gustas, un tanto confuso y con ojos de ciego te dije, perdona pero me asustas.
Luego proseguí que hace meses atrás, percibí tu fina coquetería, la cual se repetía por varias veces sin imaginar que el amor a mi llegaría.
Me parecía nuestro amor una utopía no por falta de pasión o atributos sino más bien pensaba en la lejanía de los años y sus posibles frutos.
Luego, sin importar tus años vividos decidí darle al amor una oportunidad; los días pasaban y seguíamos unidos gozando de los frutos de la libertad.
Debo decir que no logro olvidarte y en las noches siempre te recuerdo, creo amor mío, que llegué a amarte aquella noche que dejé de ser cuerdo.
Fue una linda velada llena de pasión de besos y arrebatos, que robaron mi corazón, bajo la tenue habitación en que tus labios los míos callaron.
Siéntete feliz mi bella y experta madurita que ninguna mujer me ha dado tanto placer, que sólo con recordar me eleva y excita y anhelo profundamente volverte a comer.
[img width=300]http://2.bp.blogspot.com/-gHcMarE5CBo/Ud3sq7DybJI/AAAAAAAAGG0/D8eydbRpnqU/s1600/Te+amo.gif[/img] Dije no creer en el amor pero presiento que mentí, no fue cuestión de orgullo sino la tristeza de un profundo y temeroso desengaño que tanto daño le hizo a mí tierno y amoroso corazón. Durante muchos años prescindí del cariño de una ninfa seductora, no por falta de calor o pasión, más bien por el dolor de una profunda herida del ya enmohecido pasado. Ahora veo la luz de un nuevo día que me invita a caminar por sus verdes praderas, respirando el aire puro y con el alma gritando al viento la alegría de la libertad, libertad que sólo tú eres capaz de darme. En mi caminar por el campo vuelvo a escuchar la danza de las aguas del río, que al unísono aplauden mi gozo; percibo los pájaros saltar de rama en rama, cantándole al amor que se fragua en mí ser. Gracias por colmar de color mis días grises, sin duda le has dado un nuevo sentido a mi vida, ante esto debo hacerte una sublime confesión, no temas, se trata de mi corazón, sí, tal como lo imaginas, te amo y quiero pedirte una oportunidad, que me permita amarte para siempre como mi única deidad.
Revolotean las hojas de mis cuadernos. Vuelan y sueñan, tu nombre lo acecha, tu corazón lo obliga. Eres bendita, mi amor la preferida, la bienaventurada de ser la más idolatrada, aunque mi alma, no sienta el calor de tus manos, puedo decir que tu valor de nacer me ha revelado el sentir de mi vida, y el son de enamorarme y morir en un laberinto de sueños…
Las letras cobran vida, mojando mis pestañas, inundando mi pecho, callando mi pasado, sufriendo aunque quiero, porque esto me hace sentirte aquí, en mí, en todo lo que soy, y en todo lo que tendré. Tu valor de nacer, de respirar, de caminar, y de rozar con tu sombra mi cuerpo, me ha cautivado, y me han acreditado la verdad; verdad insondable de vivir como poeta, y morir como hombre.
Autor: José A. Monnin Limpio-Paraguay Derechos reservados. 07/04/2013
Ella tiene la piel color del sol Fundida en una sola con su pelo Con brillo transparente leonado Dulce, como la miel de las abejas.
No hay nada parecido en el cielo Ni en las aguas quietas de los lagos Que se llenen de amor en cada espera Como el azul sereno de sus ojos.
Ella es amorosa como una paloma Y se vuelve mariposa, cuando yo le bajo el pecho. Celosa cuida el nido recién tejido Para albergar cuando vengan a, los críos.
Me despierta y me habla como a un niño Cuando en sueños yo la llevo aun Entre los azahares de las sedas y pañuelos En las alas de un vals, por la sala de mi casa.
Ella tiene la virtud de hacerme soñar más Cuando, despierto, yo la miro en ajetreos Preparando el desayuno o limpiando Esta casa que ella sola ha llenado como diez.
Siempre alegre va entonando una canción En una lengua que no entiendo, pero trato, De sentir la melodía en la tesitura de su voz… ¡Es un río de agua dulce a través de la montaña!
¡Una cascada inagotable de pureza Con los sueños aun en mente de vestirse de princesa! Descontando va las horas de una promesa Para ser la majestad de mi vida que ahora empieza.
Ella pinta con singular destreza Ilusiones en su canto que va haciendo realidad, Sólo queda celebrar sus esponsales con el hombre que ama Y verla caminar feliz, bajo un arco de espadas.
No dejes, que el desanimo, y el mal tiempo, cambien la actitud de tu corazón. Eres muy importante como para volverse atrás. Tus metas están al frente, llega a ellos, y sé feliz.
(José A. Monnin) 08/03/2013
Deseo que sigas adelante, que no te detengas por nada del mundo, toma aire, respira, descansa y sigue adelante. Un abrazo a todos los que me leen y me apoyan.
El conocimiento volará. los murciélagos lo sabrán, y los hombres temerán. El despertar no tarda en llegar, las heridas sanarán, y todos bajo la luz lo verán. La muerte pasará, la muerte ya no ejecutará, pues su vida entregará a la bestia que el mal creará. No temáis profetas, no os alborotéis poetas, ni vosotros que os creéis santos.
A todos vosotros, os cantaré si fuera posible. Pero, nada de eso será rentable, pues la muerte ya no tendrá poder, ni la vida amor, todos caeremos al esplendor de las tinieblas, que aun Maldoror sentirá la furia en su corazón. Las revelaciones gritarán, el libro de las memorias callaran, y tú, hombre al polvo volverás. Ni aun la muerte al gusano olvidará. ¿Y, entonces bajo quién estarás?.
Autor: José A. Monnin Limpio-Paraguay Derechos reservados. 02/02/2013
Percibí en el horizonte una tierna y bella mirada, de esas miradas que penetran el alma y enamoran. [img align=left width=300]http://3.bp.blogspot.com/-GFqHf57xQ4U/UOSjDv3B1iI/AAAAAAAACvk/pnB1AUCPOtQ/s1600/mirada.jpg[/img] Fue el destello de sus ojos quienes me advirtieron sobre su mirada, mirada fulminante que envilece y al corazón apresa. Bastó tan sólo una mirada para conocer su mundo y el mío, mundos opuestos unidos por el hechizo de cuatro luceros, que el divino Creador plantó en nosotros. Nuestras miradas ávidas de pasión, se entrecruzon entre la gente, fue un sublime momento, en que el mar rojo interno fluyó a mil por hora, sin olvidar nuestros agitados corazones, que con un poco de silencio hasta los vecinos serían testigos. La vi, me vio, quise devorarla y me correspondió, no tuve un minuto para ello, no tuve una hora, ni mucho menos un día, fue cuestión de segundos, para que esta angelical criatura se quedara a vivir en mi universo. Sin conocer ella mi destino, se cruzó por mi camino y frente a mi ventana descansa, mientras se llega la hora de partir, a dónde no sé, pero créanme que en verdad lo anhelo saber, para a sus brazos poder correr y decirle que tiene mi querer.
La naturaleza grita suavemente, en los oídos de egoísmos alegres, por sentir tu aroma subir por el viento. ¡Creí que todo se volvería a mi! Al ver mi tristeza sin fin, pero aun la desfallecida habitación, el mundo seguía girando sin razón, sin saber que bajo el techo, moría yo. Aun cuando más grande resultó mis sentimientos, ni siquiera el sol se de tuvo a pensar, ¿por qué muero yo? Las noches, las estrellas, las pisadas de hombres soñadores, que despiertan en seguir soñando nuevamente, ni aun así se preguntaron, ¿por qué un raudal de llanto? Saliendo de mi alma, creí que todo terminaría, pero me di cuenta que el amor en mi se consumía…
Truenos de alocadas nubes, provocando la sombrilla de sonidos tristes, llorando en pañuelos viejos, erizando mi cama por volver a vivir en tus cabellos, que mataban la agonía de oscuros días; creí nuevamente que todo se volverían a mi, al ver que sufro por ti, al ver las gotas de sangre y huesos secos que llaman solamente por ti, el mundo gira igual, y lo seguirá haciendo, ni siquiera es capaz de preguntarme ¿por qué vivo sufriendo?.
Autor: José Monnin elpoeta Limpio-Paraguay Derechos reservados Del libro: “Tu poema entre las sombras”
Entre telas, formada en sillón, el polvo trasnochó la amargura que jamás se oyó, mientras afuera llueve sin razón, tus pies buscan el pecho que tengo yo, heridas rotas, tiempo cuajado en un vaso de aromas soñolientos bajo el techo que se olvidó mojar mis esperanzas de nubes equivocadas, ni aun así, era escatimada aquel laberinto de archivos y memorias tristes que son alimentos para el moho verdor, burlándose entre los archivos de polillas soberbias pisoteando mi fe. ¡Y, todo mi amor…!
El olor a mudo viejo, que no aprendió a deletrear, el afán de tus besos secos, como sello registrado para mi tiempo cuajado. ¿Qué digo? ¿Por qué lo digo? Si soy un vaso roto, sin valor para tus ojos; sangre hirviendo techos de arenas perdidas entre las arenas de aquel hogar subterráneo de gusanos, bailando por mis llantos, como si fuera una canción de amor para sus pies sin botas que no van a mi compás; ni aun así será imprescindible las letras de húmedas esperanzas, de que más tarde, tal vez, pueda ya desaparecer, cuando vengas a este atardecer, dónde el tiempo se cuajó por verte desparecer; no abras entonces las memorias de mi ser.
Autor: José Monnin elpoeta Limpio-Paraguay Derechos reservados Libro: “Tu poema entre las sombras”