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En el vaivén de la vida, al transcurrir el fin del día, te he extrañado... como hace mucho tiempo, no lo hacía.
Quizá hoy me supo, la soledad a melancolía y... te he extrañado... compañero de toda mi vida.
Sin ti me he sentido vacía, y viajando hacia ti, mi corazón en solitario, te he extrañado... pues echo de menos tu presencia, tu compañía.
Llega la noche con su bello manto de estrellas, y al acurrucarme sola en nuestro lecho, te he extrañado... y el deseo de estar a tu lado mi alma atropella.
Al brillar de nuevo el Sol, esperare con ansias tu regreso anhelado, para abrazarte y decirte que... te he extrañado!!!
Claudia Alhelí Castillo 17'06'11
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Poeta
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Sueles convertirte en un misterio cuando entra en tí, casi en puntillas, el halo voluptuoso de mi beso.
Eres entonces, laberinto rosa, despiadada aurora cegando mi sueño.
Dificulto que pueda sostenerme sin esa energía de tu mirar sonriente.
Dudo poder llenar mis mustias oquedades sin palpitarte y descubrirte. Sin sembrar tus corredores tibios de mi nómade panfleto de caricia.
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Poeta
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Oh nene... trágica es la fantasía cuando estática queda... latiendo desesperadamente en un corazón descuidado. Es solo mi mente que hace malas bromas, y me confundió al verte, cuento mal contado. Y tu, solo tu, tu mi amor, ahora te has ido, y quiero creer que no es así... que solo es un pedazo de mi vida que se detiene a intentar de nuevo. Tal vez piense en rescatar algo, para mi misma, y un día solo despierte con la sonrisa de un amor nuevo. Un día... rescatando mi sonrisa... y tu, tu ya te habrás marchado...
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Poeta
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Absorto en el penúltimo crepúsculo, voy aspirando el aire marino, pensando en la sal pegada a tu piel canela, la que aprendí de memoria cuando te seguía como un perro faldero por los cabarets del muelle,
juntando mendrugos para comprarte una caricia, para tener derecho a un remezón de tus caderas de artista, olerte sudorosa, con lociones violetas, para llegar como un adolescente a la plaza de juegos, a las sillas voladoras, al éxtasis del vértigo.
En medio de un suspiro profundo descendía de tus pechos aureolados y quedaba desvencijado con una mano en tu vientre, deslizándome como en un tobogán hacia el sueño relajado.
Al abrir los ojos ya no estabas, como tampoco está hoy el sol en el horizonte y apenas una línea azul rosa traza despedidas y aplaude a la noche que se asoma con sus tules de juerga.
Así, como un soplo, desapareciste de mi vista y nunca más supe de ti, errante ninfa de los campamentos, laboriosa trabajadora sexual de Pueblo Hundido.
En cada puesta de sol, te buscan mis manos rasgadas por la tierra cobriza y es un fantasma tu cuerpo oloroso a arenas y concheperlas.
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Poeta
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En fugaz e inocente micropausa mis hilos de audacia te incautaron. Un café nos excusó con piel de trópico hasta quebrar los hielos inventados.
Recreando sensaciones de novatos, un “me gustás” deslicé en la servilleta y como encaje amistoso lo guardaste entre eruditos textos de Política.
Esas Ciencias Políticas constantes se tiñeron de soplo celestino, orientando tras largos aspavientos los mástiles atrevidos del romance.
Cochabamba tuvo dejos de guerrilla. El Pacífico auguró cooperaciones. Lima nos cantó del mestizaje. Palermo nos guiñó su alojamiento.
Mientras de Morgenthau la moral del poder memorizábamos, nuestro poder la moral iba flanqueando en conquista de clandestino espacio.
Desplegamos la piel como un teorema, planisferio sensual, descubrimiento, plagios de entregas, dos insensatos, con dos silencios marcando el paso.
Lúdica tregua, qué gran examen el que rendimos entrelazados. Diálogo franco que atesoramos en cada beso que nos brindamos.
Hasta que pronto, disimulados, cautos cientistas de grueso marco, fuimos pañuelos que se estamparon desde Retiro hasta mis patios.
Pétreas mejillas del Aconcagua fueron vasijas de confidencia y la misma nieve, escrupulosa, tendió amnistías a mi conciencia.
Así, extraviado, quedó el secreto. Ni puritanos ni desalmados, sólo un maduro trepar de vides en reincidencias adolescentes.
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Poeta
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Fuiste cual estrella fugaz, pasando rápido en mi vida, dejando en mi camino al cruzar, una estela de luz y alegría!
Bellos momentos para recordar, dias enteros de felicidad, donde, teniendo los pies en la tierra, al cielo me solias llevar!
A tu paso, tus besos, dejaron endelebles huellas, con sabor a inolvidable!
Aunque no estés junto a mi, vivirás dentro de mi corazón, y en forma de recuerdo, estarás en mi vida!
Mi amor será eterno y sin condición, aunque tu ausencia, haga mil pedazos mi corazón!
Claudia Alhelí Castillo 04'03'11
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Poeta
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Y cubrirá al bello recuerdo, el manto del cruel olvido. Serán fríos los amaneceres y sombríos los rojos atardeceres, y en la nube de la ausencia..., llegará el olvido.
Te marcharás muy lejos, y de los días felices, solo quedarán los ecos.
Se secarán mis labios, sin la lluvia fresca de tus besos.
A ti, por mi, te llegará el olvido.....
Mientras yo por ti, muero porque no te olvido.....!!!
Claudia Alhelí Castillo 09-02-11
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Poeta
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Existió una vez un sol, que iluminaba mi vida y a mis dias daba calor.
Se asomó también la Luna, que con su brillo hechizaba y me incitaba al amor.
Ardió un día la llama de un fuego vivo, que provocó mi pasión.
Creí beber de tu boca unos besos dulces, que sedujeron mi alma con ilusión.
Pero....se ha marchado ese tiempo, ....se ha marchitado el amor.
En mi oscura vida ya no sale más el Sol, ni me hechiza la brillante Luna.
Creo que solo fué un sueño... que ahora desquicia mi razón!
Pero...mis manos te añoran, mis ojos te lloran, y te llama mi corazón.
No...no pudo haber sido un sueño, si estoy por ti, ¡¡¡muriendo de amor!!!
Claudia Alhelí Castillo
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Poeta
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Cuando me alcance el frio de la espera
y el corazón sangre porque tú no llegas…
¡Recuérdame!
cuando ya no tenga la esperanza
de que vuelvas a mi lado…
¡Recuérdame!
Recuérdame en alguna canción
o en algún poema,
de aquellos que con amor te dediqué,
los que contigo, tantas veces disfruté.
En cada amanecer, con el rocío...
con ese sol hermoso…
que vestía azul- celeste el cielo
para hacerte sonreír.
O en el crepúsculo, a orillas de la playa
cuando mirando el atardecer,
ruborizado el astro rey...
escondíase de tu angelical belleza.
Recuérdame en las olas del mar…
en la fresca brisa que recorría tu piel,
en esa noche de luna nueva…
¡coqueta, huidiza, celestina, luciendo para ti!
No me lleves a morir en el olvido
en el lado oscuro de tu mente…
que sería para mí como no haber vivido,
no me apartes de ti, no me dejes ausente.
Delalma
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Poeta
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Sentir el olor del mar y el aire alucinógeno Dos esencias en la elevación sublime Ya no es el apoyo de los encantos y la anestesia La pasión que asciende a brillar en el corazón
Océanos de dormir en una burbuja de sueños Las aguas turquesas de los deseos con alas No sobrevivir separadas por espuma olas Tiempo que cambia el destino de los seres apasionados
Silencio del mar bajo el cielo de las noches cálidas Siendo un apasionado de los mares sin fin de la seducción Acariciando la cara de los órganos de la quema de color rojo Infinito placer en la certeza de que sella la unión
Las mareas de desbordamiento en el oasis en el desierto del verano En delirios reveló a las puertas de la mujer y el hombre Liberar el corazón alado por la inmensidad del cielo Inconmensurable es el anhelo, en que los océanos del sueño ...
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Poeta
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