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Poemas : juegos de tu
I Cada que juego contigo al solitario terminas conmigo en la cama. A tu derrota le apuestas mi placer en tu boca, Sin conocerme arriesgas tu dignidad, y me das la espalda para verte mejor. Sin tus reglas, ni pijamas, y una mirada de esas que disparas cada que te atino ese as bajo tu manga. II Como descolgarme de tu risilla de amapola,y de esa voz de patada que me lacera el cuello, el golpe hondo en el costal que llamas razón dejas impuesto con tus irónicas uñas de cerebro adolescente, y te agachas con plenitud de noche fría, mostrándote obscena y fragmentaria. Es ahora que te deseo de a centavos. Sorbo a sorbito inhalo el polvo líquido de tus mareas, disolventes mamarios que disgregan mi capacidad de emitir silencios. III Viene ahora la mano femenina a llevarse arrepentida el buen bocado, y pasa que mi lengua la saluda como un Hitler. En desacuerdo y dolores de cabra tus piernas se aferran a mis mástiles, cuando es tiempo de sequías, tu mas que nadie sabe como navegarme.	Poeta robthief Más textos Estadísticas Rss Texto 10-8-2011 7:13:09 1121 Estadísticas Enviar Imprimir Crear un pdf

Poemas : juegos de tu

I
Cada que juego contigo al solitario terminas conmigo en la cama.
A tu derrota le apuestas mi placer en tu boca,
Sin conocerme arriesgas tu dignidad, y me das la espalda para verte mejor.
Sin tus reglas, ni pijamas, y una mirada de esas que disparas cada que te atino ese as bajo tu manga.

II
Como descolgarme de tu risilla de amapola,y de esa voz de patada que me lacera el cuello, el golpe hondo en el costal que llamas razón dejas impuesto con tus irónicas uñas de cerebro adolescente, y te agachas con plenitud de noche fría, mostrándote obscena y fragmentaria. Es ahora que te deseo de a centavos.
Sorbo a sorbito inhalo el polvo líquido de tus mareas, disolventes mamarios que disgregan mi capacidad de emitir silencios.

III
Viene ahora la mano femenina a llevarse arrepentida el buen bocado, y pasa que mi lengua la saluda como un Hitler. En desacuerdo y dolores de cabra tus piernas se aferran a mis mástiles, cuando es tiempo de sequías, tu mas que nadie sabe como navegarme.

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