Poemas :  Fuego eterno (sueños)
Recuerdo tu nombre, solo por esa simple sonrisa, por esa pequeña entrega de palabras y sueños de fantasía, Por el tiempo que compartimos día tras día, por esos ojos de ternura y profunda mirada.
No fui nada para ti, nada importante, solo una amiga; no viste en mí más que un pequeño refugio donde podías dibujar tus sueños e inventar un futuro de nubes rosas y hermosas auroras, donde la espuma del mar era danzante, brillante; encontrabas en mí el espacio para desahogarte.
Hablabas y hablabas mientras yo solo podía mirar e imaginar tus labios en los míos; cuando tus palabras volaban como hojas secas en ese círculo de fantasía y vocablos tiernos que tú construías, y cuando se te escapaba una que otra frase de amor que nos acogía y cuando de pronto me mirabas a los ojos y podía escuchar un te amo entre dientes como suave brisa.
Yo soñaba e imaginaba, mientras veía como se movían tus manos; por momentos tan suave como burbujas al viento y otras con tanta fuerza que podía sentir tu varonil cuerpo pegado a mi espalda con ese sutil aliento detrás de mi cuello, el que me hacía perder el equilibrio, elevándome a un universo de deseos y pasiones; no escuchaba tus palabras, no sabía de qué me hablabas, solo sentía como cada gesto, cada movimiento tuyo me desequilibraba, haciéndome perder la conciencia del tiempo y de lo que nos rodeaba.
Escalabas con cada palabra dicha mis sentimientos, convirtiéndose en amor inmenso, el que me calaba hasta los huesos; y lo pensaba, y lo imaginaba, que cada uno de tus sueños iban encadenado a mi alma. Sola; quizás desorientada, me pegue a ti con cada una de mis ganas, esas ganas de amar y ser amada, con ese calor que guarda mi centro y que grita por desplegar alas.
No lo supiste; pero lo mío era enamoramiento, de tu alma, de eso tan profundo que dejabas salir cuando me hablabas, de tus poses, de tus movimientos; de esos sueños que me contabas en las noches de sosiego, mientras tomábamos una copa bajo ese palo viejo.
No lo sabrás, es mi secreto; que nos hicimos el amor en ese circulo de palabras bajo las ramas de ese tronco viejo, donde las hojas secas crujientes fueron nuestro lecho y donde muy cerca de mi oído el susurro del viento nos traía los te quiero. Te amé completo, tanto fue, que todavía te siento cuando recuerdo cada detalle vivido en esas noches de sosiego bajo las ramas de ese árbol longevo
No lo sabes, ni lo sabrás, que hicimos música con nuestros gemidos, suspiros tibios y la fusión de nuestros alientos y que recorriste cada fuente de mi amor con tus labios, con la palma de tu mano y la yema de tus dedos; fue mi sueño.
Es mi sueño; que volvamos a la sombra de ese árbol de tronco maduro, como maduros son mis sentimientos, el que guarda mi secreto; donde tus palabras y mis deseos se mantienen a la espera de un nuevo tiempo, de un real encuentro.
Méceme en tus brazos, arrúllame con tu centro; solo vuelve por un momento a ese árbol viejo donde te esperan mis ganas de amarte así sea por un tris de tiempo; en mis sueños.
Son mis sueños, no los tienes, yo los tengo, acunados en mi interior como fuego eterno.

Yamila.
Poeta

4 puntos
0 0 2
Los comentarios son propiedad del autor. No somos responsables de su contenido.
Delalma
Publicado: 10/10/2020 18:55
Incondicional
Unido: 9-10-2010
De: Lima - PERÚ
Comentarios: 1439
 Re: Fuego eterno (sueños)

Un gran amor platónico, de aquellos que no se olvidan, pues deja grabado su nombre en el alma. Un amor parecido viví así yo, hace ya algunos años. No sé tú poeta lo hayas vivido, pero el amor se siente tan real, tan cerca que hasta uno se pelea y se cela con ese amor. Es hermoso, es intenso... pero bueno... Me encantó tu prosa, con la cadencia y el tiempo justo para seguir atrapado en la lectura. Un beso poeta.

Yamila Valenzuela
Publicado: 12/10/2020 20:21
Simpatizante
Unido: 29-9-2020
De: Turbo, Antioquia, Colombia.
Comentarios: 63
 Re: Fuego eterno (sueños)

De muy joven lo viví; creo que en algún momento todos nos toca un poco de esa experiencia.
Gracias, eternas gracias por tu tiempo y comentario tan agradable poeta.
Apapacho!