Poemas de reflexíon :  UN DIALOGO ENTRE MI MADRE Y MI ABUELA.
UN DIALOGO ENTRE MI MADRE Y MI ABUELA.

Yo también fui niña, con toda la diáfana inocencia de una criatura feliz, que vivió un cuento de fantasía, donde nada pasaba, donde nadie sufría y todo era un juego.
Aún recuerdo un dialogo entre mi madre y mi abuela. Mi madre se quejaba diciendo, ––estos niños ya me cansaron, imagínate todo el santo día y nos les alcanzo el paso–– ¡déjalos! ––decía mi abuela, son niños; es tan corta la infancia que al pasar de los años pedirás a gritos que vuelvan a ser unos chiquillos. Así fuiste tú y tus hermanas, inquietas, juguetonas, despreocupadas; y por experiencia propia te digo, ––– que los dejes ser ellos mismos, sin ataduras, libres como gaviotas, pero tú siempre vigilante como cualquier madre amorosa y condescendiente; y seguro que se equivocaran, ¡ah! eso puedes jurarlo; pero solo así tendrán experiencias propias, que sin duda los ilustraran y tendrán que contar con el tiempo.
Tampoco digo que los mal eduques, porque entonces llorarás tu cuando sean grandes, y serán repudiados por la gente, entonces para que esto no suceda bríndales libertad mas no libertinaje, permíteles que debatan contigo sus sentimientos, mas no permitas nunca que te falten al respeto; logra que cuando sean adultos, te agradezcan el no avergonzarse ante sus semejantes, y esa será tu misión y mejor enseñanza.
Porque ni el dinero ni la posición social, serán tan grandes y útiles, como los verdaderos valores morales, la honestidad, la sumisión por los demás, la gratitud, la lealtad y la responsabilidad pero ante todo, el amor a Dios.
Esa sí que será la única herencia que valdrá la pena otorgarles, permite que cuando ellos por si solos aprendan a volar, extrañen tu abrigo y tu cariño; y entonces regresaran a ti, y podrás cosechar la semilla del amor que en ellos sembraste, y te quedara la satisfacción de haber dejado en este mundo, personas de bien.

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados.
Prosa.
Poeta

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