Poemas sociales :  El sermón de Juan del Monte
Llegó Juan de los Palotes
tu sonrisa a conquistar
intentando demostrar
ser hijo de tutumpotes.
Carro, dinero por lotes
son sus piropos ahora,
lleva dos veces la hora
en sus muñecas y dice
que con su pinta predice
en ti futura señora.

Ha llegado simplemente,
sin nadie saber de dónde
ni a qué dueño corresponde
lo que al sudor de su frente
si es que le atribuye miente
con los años que aparenta.
Le fue rentable la venta
o singular el amigo
que para verlo contigo
le ha confiado su Cuarenta.

Como dice aquel poema:
“¿qué magia tiene el que llega?”
porque te ha dejado ciega,
y la vecina Zulema
a mí me cambia de tema
mirando a otro lugar
para luego comentar
que es la mía Nicodema.
Con la sangre que me quema
yo me voy a trabajar.


Más allá de las montañas
se pierde la vanidad
y germina la verdad:
en el jardín las cizañas,
de tu príncipe las mañas,
de tu vientre el principito,
del hijastro su hermanito.
Al volver la primavera
eres de nuevo soltera;
empujas un cochecito.

Se revuelca mi caballo
que cansado regresó
del cerro que tengo yo.
Pasó la lluvia de mayo
y el carro de mi tocayo
no se ha vuelto a presenciar.
Tu padre quiso apartar
un becerro de la vaca
y la punta de una estaca
lo ha cambiado de lugar.

Zulema viene del río,
que también ha regresado
con un pequeño colgado
queriendo decir que es mío.
Ayer se nos fue tu tío
que preguntaba por ti,
tu madre está por allí
hablando con mi mujer.
"¡Nicodema, ven a ver
la sorpresa que hay aquí!"

© 2010, Cristino Alberto Gómez

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Poeta

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