Somos nada como la brisa al mar;
Somos nada como la luna al cielo;
Somos nada como un ebrio al bar;
Somos nada como el calor al fuego.

Ahora somos nada, somos nada,
Pero somos, pero fuimos tanto.
El mar no es igual sin su brisa,
Ni el cielo sin la luna
Y mucho menos es el fuego sin calor.

Somos nada, pero somos tanto
Como el adiós a un olvido
O como un perfume a su olor.

Somos tanto, somos, fuimos;
Somos un tanto de nada y
Somos un poco de todo.

Somos tan solo lo que no puede ser
Porque la brisa nació del mar,
El calor nació del juego
Más sin embargo nosotros
Nacimos del amor
Y con el amor tan muerto;
Ahora somos nada.


Héctor Humberto García Herrera