Poemas de reflexíon :  Somnoliento
S.O.M.N.O.L.I.E.N.T.O.

El seducir verdadero.
En la carne del motor tiembla.
Y tarde o temprano. ¡De la costumbre despierta!.

Somnoliento en la brisa del gris uniforme.
Por los miles de ausencias trepando el cielo.
Al dinero comprensible del hambre honesta.


Entre las pálidas naranjas en zigzag. ¡Oculto!.
Dice, siendo impune, de miles de inocencias yertas,
¡Toda la piel que le cubre de culpas miles más!.
Somnoliento.
A lo lejos piensa desaparecer las pesadillas.
Por la gente que vive dentro de los libros.
¡Hecha polvo y ceniza olvidada!. Por el sueño.
Del peor cangrejo escarabajeador infame del planeta.
¡Somno__Lento__Somno__Lítico__Somno__Tétrico!.


Es
Para salir de paseo al subir la puerta de mil tumbas.
El mar de monedas en una concha e infinitas culpas.
Donde.
Por lo menos necesita emborracharse el viento.
Encontrando los consejos de las noches acribilladas.
Girando la música...¡Serpentina en cada latido!.
¡Qué por la mañana fabricaba fácil!___¡Cuándo podía!.
Ensillado, entronado, envilecido, enajenado, engañador.
Al frente del público con los pasajes ocultos. Ebrio vulgo.
¡Qué con alguna fuerza extraña sueña cambiar el mal en bien!.
¡Somno___Tétrico__Somno__Lítico__Somno__Lento!.


¡Porqué nadie había escuchado el miedo en falsete!.
Ni el seducir la comodidad exactamente cercenada.
Contando y recontando. ¡Nubes invisibles con sangre!.
En la serenidad de un anuncio mudo cada nudo crudo.
Después de repetidas llamadas de fuegos lentos.
¡Al despedir y desemplear cualquier pregunta laboriosa!.
En la derrota íntima de cualquier ignorante piedra del zapato.
En cada imagen obscura, en cada racimo inocente.
¡Aquí desarmados los mismos armadillos del membrillo!.
Por no pensar en el café helado al sol profundo humedecido.
En el resultado de la voz del equipaje, de la cosas arregladas,
del marfil y menta de los cómplices igualmente culpables.
¡Somno__Lítico__Somno__Tétrico__Somno__Lento!.


Esto es. Esto fue. ¡En la tímida convicción pálida!.
Descubriendo al sufrir idéntico por el aire mismo.
En la inocencia impotente y desarmada siempre.
En un traje clavada luz.¡Cruz de miles cientos!.
Del rostro sin presente... De las familias deshechas.
Despojos de la intemperie intempestiva impotentes.
En la próxima inquietud de cualquier fortaleza desgajada.
¡Del cantar en el parpadear joven del abandono indiferente!.
Por las esquinas del ojo que siguen rojas todas las pestañas.
Por las serenas cortinas cansadas dormidas a medias.
Por los caprichos de la belleza inconstante injusta injuria.
Por la dulzura perfumada del ácido ayer inolvidable desastre.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

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