Poemas :  Persona
Imperturbable entre la trayectoria

y desintegración constante de ella

por tenue cuanto más tibia destella

se impregnaba constante en la oratoria

de esa horrible partícula notoria

ceñida por su tallo era evidente

que transportaba un ascua incandescente

en la hilera asomaba sus raíces

y quería episodios sin matices

la flor acelerada coincidente.
Poeta

Poemas :  Hojas Secas
Tú despertaste el alma descreída
Del pobre que tranquilo y sin ventura,
en el Gólgota horrible de la vida
agotaba su cáliz de amargura.

Indiferente a mi fatal castigo
me acercaba a la puerta de la parca
Más infeliz que el último mendigo,
más orgulloso que el primer monarca.

Pero te amé; que a tu capricho plugo
ennegrecer mi detestable historia...
quien nació con entrañas de verdugo
sólo dándo tormento encuentra gloria.

Antes que te amara con delirio
viví con mis pesares resignado;
hoy mi vida es de sombra y de martirio;
hoy sufro lo que sufre un condenado.

Perdió la fe mi vida pesarosa;
sólo hay abismos a mis pies abiertos...
quiero morir... ¡feliz el que reposa
en el húmedo lecho de los muertos!...

Nacer, crecer, morir. He aquí el destino
de cuanto el orbe desgraciado encierra;
¿qué importa si al fin de mi camino
voy a aumentar el polvo de la tierra?

¿Y qué la tempestad? ¿Qué la bonanza?
¿Ni qué importa mi futuro incierto,
si ha muerto el corazón, y la esperanza
dentro del corazón también ha muerto?...

¿Sabes por qué te amé?... Creí que el destino
te condenaba como a mí, al quebranto,
y ebrio de amor, inmaterial, divino.
quise mezclar mi llanto con tu llanto.

¡Ah!... ¡coqueta!... ¡coqueta!... yo veía
en ti de la virtud excelsa palma...
¿ignoras que la vil coquetería
es el infame lupanar del alma?

Di, ¡por piedad! ¿qué males te he causado?
¡Por qué me haces sufrir?... Alma de roble,
buscar el corazón de un desgraciado
para jugar con él, eso es... ¡innoble!

¿Me hiciste renacer al sentimiento
para burlarte de mi ardiente llama?...
Te amo hasta el odio, y, al odiarte siento
que más y más el corazón te ama.

Fuiste mi fe, mi redención, mi arcángel,
te idolatró mi corazon rendido.
con la natura mística del ángel,
con el vigor de Lucifer caído,

Que tengo un alma ardiente y desgraciada
alma que mucho por amar padece;
no sé si es miserable o elevada,
sólo sé que a ninguna se parece.

Alma infeliz, do siempre se encontraron
el bien y el mal en batallar eterno;
alma que Dios y Satanás forjaron
con luz de gloria y lumbre del infierno.

Esta alma es la mitad de un alma errante,
que en mis sueños febriles reproduzco,
y esa mitad que busco delirante,
nunca la encontraré: pero... ¡la busco!

Soy viejo ya, mi vida se derrumba
y sueño aún con plácidos amores,
que en vez del corazón llevo una tumba,
y los sepulcros necesitan flores.

Te creí la mitad de mi ser mismo;
pero eres la expiación, y me parece
ver en tu faz un atrayente abismo,
lleno de luz que ciega y desvanece.

No eres mujer, porque la mente loca
te ve como faceta de brillante
eres vapor que embriaga y que sofoca.
aérea visión, espíritu quemante.

Yo que lucho soberbio con la suerte;
y que luchar con el demonio puedo,
siento latir mi corazón al verte...
ya no quiero tu amor... me causas miedo.

Tú me dejas, mujer, eterno luto;
pero mi amor ardiente necesito
arrancar de raíz; porque su fruto
es furto de dolor, fruto maldito.

Quiero a los ojos arrancar la venda,
quiero volver a mi perdida calma,
quiero arrancar mi amor, aunque comprenda
Poeta

Poemas :  DESENCANTO
Nuestra senda regada está de llanto,
el placer del placer es el suicidio,
detrás de la ilusión está el fastidio
y detrás del fastidio el desencanto.

Lleno yo de fastidio y de quebranto,
sin fuerza ya contra la suerte lidio,
y muerto para el mundo, sólo envidio
a los muertos que guarda el camposanto.

El infierno sus furias desenfrena,
viento de maldición en torno zumba,
que a penar el destino me condena,

y he de pensar hasta que al fin sucumba;
con el peso brutal de la cadena,
que arrastra el hombre hasta la negra tumba..
Poeta

Poemas :  A UNA NIÑA
Niña gentil que a la vida
despertaste alegre ayer,
como en Oriente despierta
la luz al amanecer.

Niña, que del oro cielo
viniste al mundo a caer,
como aljofarada gota
del nítido rosicler.

Y en inmaculada cuna
te remeciste después,
como ilusión que se mece
del sueño al dulce vaivén.

Niña de cabellos de oro
y de labios de clavel
Son de rosa tus mejillas
es de raso tu alba tez.

Es tu sonrisa inconsciente,
de ángel tu mirada es,
y como brilla una estrella
brilla el candor en tu sien.

Dichosa tú que del mundo
pasando vas el dintel,
sin sospechar que las flores
espinas tienen también.

En mi canto, bella niña,
le ruego al Dios de Israel,
que la virtud de tus años
tierno, en otros te dé.

Para que ese mundo, nunca,
con su lodo y fetidez,
ensucie de tu pureza
el blanquísimo glasé;

Qué siempre tú, mariposa
en primoroso vergel
hueles y en las flores halles
ánforas ricas de miel;

Que dé calor a tus alas
el santo sol de la fe,
y que jamás una espina
tus alas llegue a romper.
Poeta

Poemas :  UNA LÁGRIMA
Yo, mujer, te adoré con el delirio
con que adoran los ángeles a Dios;
eras, mujer, el pudoroso lirio
que en los jardines del Edén brotó.

Eras la estrella que radió en Oriente,
argentando mi cielo con su luz;
eras divina cual de Dios la frente;
eras la virgen de mis sueños, tú.

Eras la flor que en mi fatal camino
escondida entre abrojos encontré,
y el néctar de su cáliz purpurino,
delirante de amor, loco apuré.

Eras de mi alma la sublime esencia;
me fascinaste como al Inca el sol;
eras tú de mi amor santa creencia;
eras, en fin, mujer, mi salvación.

Bajo prisma brillante de colores
me hiciste el universo contemplar,
y a tu lado soñé de luz y flores
en Edén transparente de cristal.

En éxtasis de amor, loco de celos,
con tu imagen soñando me embriagué:
y linda cual reina de los cielos,
con los ojos del alma te miré.

II

¿No recuerdas, mujer, cuando de hinojos
yo juntaba mi frente con tu frente,
tomando un beso de tus labios rojos,
y la luna miré, como en la fuente,
reproducirse en tus divinos ojos?

¿No recuerdas, mujer, cuando extasiada
al penetrar de amor en el sagrario,
languideció tu angélica mirada? . . .
tú eras una flor, flor perfumada;
yo derramé la vida en tu nectario.

III

¡Mas todo es ilusión! ¡Todo se agota!
Nace la espina con flor; ¿qué quieres?
de ponzoña letal cayó una gota
y el cáliz amargo de los placeres.

Los gratos sueños que la amante embriagan
fantasmas son que al despertar se alejan;
y si un instante al corazón halagan,
eterna herida al corazón le dejan.

Tal es del hombre la terrible historia;
tal de mentira su fugaz ventura:
tras un instante de mundana gloria
amarga hiel el corazón apura.

Por eso al fin sin esperanza, triste,
murió mi corazón con su delirio;
y al expirar, mujer, tú le pusiste
la punzante corona del martirio.

Y seco yace en lecho funerario
el pobre corazón que hiciste trizas;
tu amor le puso el tétrico sudario,
y un altar te levantan sus cenizas.

Tras de la dicha que veló el misterio,
siguió cual sombra el torcedor maldito,
trocando el cielo en triste cementerio. . .
confórmate, mujer. . . ¡estaba escrito!
Poeta

Poemas :  LÁGRIMAS Y FLORES
Soy el coplero cuyos cinismo
ha muchos años que celebró
en el estruendo de las orgías,
los funerales de corazón.

Mi cráneo, que antes se enardeciera
de los sueños con el calor,
de lindos sueños está despierto,
porque no es cierto lo que soñó.

Entre los sueños encantadores
estaba oculta la decepción,
y el desencanto con mueca horrible
vino a burlarse de mi candor.

Soberbio entonces bajé al infierno
de infame crápula que me abrasó
y con sonrisa mefistofélica
a las virtudes les di mi adiós.

Al ver que huyeron mis esperanzas,
lleno de ira me dije: "¡oh!,
las esperanzas son ilusiones,
las ilusiones mentiras son"

Y con mi tedio de condenado,
con la amargura que da el dolor,
en malos versos le doy al mundo
la horrible presa de que me harto.

Qué rencoroso pulso mi lira,
lira tan negra como el carbón,
y en cada nota que de ella salta,
se oye el ruido que da el rencór.

Cantor histérico del torpe vicio,
busco en el vicio la inspiración;
y a las virtudes y a las bellezas
jamás, Virginia, les canto yo.

Pero a ti, joven, que eres tan pura
como el aliento de linda flor,
te doy un canto, yo que en el dado
perdí las flores del corazón.

Eres tú, virgen, llena de gracia,
porque de gracia Dios te formó;
tienes tus ojos color de cielo,
tienes las trenzas color del sol.

Tienes un tipo muy elegante,
cuerpo de reina, dulce la voz,
y tu epidermis es fina y blanca
más que la nieve del Septentrión.

Cuando en tus labios, al conocerte,
vi una sonrisa, me pareció
tu dentadura nido de perlas
entre una rosa de Jericó.

Ángel sin alas, que descendiente
de la sagrada linda región,
por ti los cielos vistieron luto,
por ti la tierra se engalanó.

Eres más bella que la esperanza,
más vaporosa que la ilusión;
y donde pones tu pie pequeño,
pones sus labios el casto amor.

Eres la reina de las hermosas,
porque natura te concedió
tantos hechizos como cabellos
tienen tus trenzas color del sol.

Eres más noble que el sacrificio;
interesante más que el pudor;
envidia causas a las mujeres;
pero a los hombres admiración.

Por eso, niña, cuando te canto
mis ilusiones, llorando estoy. . .
perdona, virgen, si mis cantares
de tus cantos indignos son.

Para cantarte cual tú mereces,
preciosa rubia quisiera yo
subir al cielo, robar su lira
al increado poeta Dios.
Poeta

Poemas :  EL BORRACHO
Generoso en la copa, ruin en todo;
ronca la voz, inyecta la mirada,
párpados gruesos, faz abotagada
y siempre crudo cuando no beodo.
Perdida la razón, goza a su modo,
y nunca estar en su razón le agrada;
que el vino es todo, la razón es nada,
y sólo vive al empinar el codo.
Cuando al inflamarle empieza el aguardiente,
lenguaraz, atrevido y vivaracho,
es intrépido, franco y excelente
amigo; pero juzgo sin empacho
que no es franco, ni amigo, ni valiente;
porque el borracho, en fin, sólo es . . . borracho.
Poeta

Poemas :  SOMBRA
I

¿Quién eres, di, sombra errante,
que me sigues pertinaz,
y doquiera que la faz
vuelvo, te miro delante?
¿Eres la memoria estuante
de lejano devaneo,
o al engendrarte el deseo
con mi propio ser batallas?
¿Por qué sin saber do te hallas
en todas partes te veo?

II

¿Eres éter desprendido
de la región impalpable,
por mandato inexplicable
en fantasma convertido?
¿O de mi llanto vertido
el vaporoso ardimiento
finge una forma en el viento,
forma que amo y acobarda?
¿Eres el ángel de la guarda?,
¿eres mi remordimiento?

III
Cuando las noches sus mares
de sombra, en la tierra vierte
y en mi lecho caigo inerte,
nutrido de mil pesares;
dejando tal vez tus lares
fantásticos, apareces,
y si el afán toma creces,
me levanto como loco,
por ver si tu sombra toco
y al punto te desvaneces.

IV

Mi extraviada fantasía
con distintas formas pueblas
eres luz en las tinieblas,
y sombra en la luz del día.
Inspiras a mi ardentía
amor que extraña el espanto;
¿Por qué desde el camposanto
me recuerdas, por mi mal,
una historia criminal
que santificó mi llanto?

V

Te adoro, sombra imposible,
como el arcángel enteo,
y aunque nada, nada creo,
hoy me asombra lo increíble
sombra del alma adorada.
¿Por qué no eres ¡ay! tangible,
sombra de la infortunada
que mi labio en sueños nombra?
¿por qué no me vuelvo sombra
para fundirme en tu nada?

VI

Sombra de la amada mía,
que brilla lánguidamente,
como brilla una palente
estrella, en la noche umbría.
¿Por qué en mi audaz fantasía
vives, memoria de ayer?
¡Oh!, ¡quién pudiera creer
que entre la bruma del sueño
amara con loco empeño
a un ser que no puede ser!

VII

Te veo unas veces estela;
otras, estatua marmórea;
otras, visión incorpórea;
otras cual luna a quien cela
denso vapor que la vela,
y otras como esos quemantes
rayos del sol, que anhelantes
al entrar por el balcón,
fingen faja de crespón
llena de átomos brillantes.

VIII

Te adora intuitivamente,
y vuela, si estoy dormido,
mi espíritu desprendido
tras tu forma transparente.
Ojalá nunca lamente
por tu presencia exaltada
llegue a verte evaporada;
porque quiero al fenecer
dar a tu nada mi ser,
o ser con tu nada, nada.
Poeta

Poemas :  LA VOZ DEL INVÁLIDO
1

Bajo la sombra de sauz añoso
frente a un albergue rústico y apartado,
se hallan, un joven de naciente gozo,
y un viejo descreído, mutilado.
Los surcos de la frente marchitada
las escépticas frases qué congelan,
la irónica sonrisa y la mirada
del viejo su pasado nos revelan.
El apuesto garzón, el casi niño,
con marcada humildad escucha atento
al anciano, que lleno de cariño
le dice así con paternal acento:

II

Conque, Andrés, ¿vas a partir?
¿Se torna el rapaz en hombre?
¡Bien!... Escucha y no te asombre,
Andrés, lo que vas a oír.
En el revuelto océano
en que fui náufrago un día,
quiero que lleves por guía
la débil voz del anciano.
No cual clérigo profundo
evangelizarte anhelo:
la virtud es flor del cielo
que se marchita en el mundo.
No de ilusiones que halagan
te hablaré, ni de moral;
quiero; Andrés, que no hagas mal
ni dejes que te lo hagan.
Franklin dijo en parte alguna,
hablando del mundo, que:
"Lo que salva no es la fe
sino el no tener ninguna."
No creas consejos ni apólogos,
busca siempre la verdad:
la fe, chico, es necedad
que llaman virtud los teólogos.
Yo no te aconsejo el vicio,
el que mal hace, mal halla;
quiero que vistas con malla
tu corazón tan novicio.
Y ya que tus tiernos años
están flacos de experiencia,
escucha, Andrés, con paciencia
la voz de los desengaños.
También locas ilusiones
mi juventud conmovieron,
y las que ilusiones fueron
son ya negras decepciones.
Por eso en estulta calma
niego todo con cinismo,
porque el torpe escepticismo
viento es que congela el alma.

*
Tú vas a la corte. Allí
activo en tu bien rebúllete.
Consérvate, aséate, instrúyete,
y vive, Andrés, para ti.
Obra mucho y cierra el labio,
que llega a su fin más pronto,
con su actividad el tonto
que con su pereza el sabio.
Es la corte cosa brava,
todos mal de todos piensan.
los enemigos comienzan
donde la nariz. acaba.
Tú allí con muy buenos modos
sé expansivo, sé jovial:
de todos piensa muy mal;
pero habla muy bien de todos.
Que mascarada es completa
la corte que veo con asco,
y sufre allí más de un chasco
quien no toma su careta.
Allí es el afeite aseo,
sinceridad el cinismo;
la locura excentricismo;
la adulación galanteo;
Se le llama bueno al bobo,
se llama al miedo prudencia,
porque es difícil papel
se llama la charla ciencia,
se llama fianza al robo.
Allí en duda has de poner
la castidad del beato,
la mansedumbre del gato,
la virtud de la mujer.
Allí todo es falsedad.
"Vanidad de vanidades."
allí abundan nulidades
rellenas de vanidad.
Todos quieren que su nombre
a los hombres envanezca,
y no hay hombre que merezca
llamarse siquiera hombre.
Que de aquella sociedad,
llena de lodo y materia,
es muy grande su miseria
y mayor su vanidad.
El hombre, tenlo presente,
en ese mundo hostigoso,
hace un viaje muy penoso
y no medra si no miente.
Ese tránsito empalaga:
que no molestan en el viaje,
los ricos con su carruaje,
los mendigos con su plaga.
Y magüer razón te sobre,
en la sociedad, buen chico,
evita el odio del rico
y la intimidad del pobre.
Mas si das a la indigencia,
nunca la humilles cruel;
no hagas de amarga hiel
el papel de Providencia.
Saber dar es gran virtud,
y dar sin tacto, locura:
lo que se da sin finura,
se acepta sin gratitud.
Hay favores tan sin gracia,
que dejan huella sensible
en el alma, y más horrible
hacen ellos la desgracia.
Muchos hay que dan lo suyo
por cálculo o vanidad,
pero, hijo, esa caridad,
es la virtud del orgullo.
Nunca des con mirada doble;
porque el hombre desgraciado
es un objeto sagrado
para quien tiene alma noble.
La desgracia lenifica
sin esperar gratitud;
porque, Andrés, la ingratitud
a la caridad deifica.

*

Tus apuros, si los tienes,
cuenta al que cuente reales;
es decir, cuenta tus males
sólo al que los torne en bienes.
Nunca vistas con descuido;
porque en la corte deshonra
más que una mancha en la honra
un mancha en el vestido.
Tu lujo siempre modera,
no al lujo te entregues, no,
mira que el lujo empezó
por unas hojas de higuera.
Cuida y no te faltará:
da poco y no se te olvide
que quien da a todo el que pide
pide al fin a quien no da.
Ten siempre el bolsillo a tasa,
para que siempre algo sobre;
porque, Andrés, el hombre pobre,
de pobre hombre nunca pasa.
Del placer haz poco uso,
si ilusión quieres tener,
que abusando del placer,
no hay placer en el abuso.

*
Por si acaso en sueño cálido
buscas de Marte la gloria,
voy e contarte la historia
a que debo estar inválido.
Allá en mis años mejores
se encendió lid fratricida,
porque a mi patria querida
plugo cambiar de opresores.
Del patriotismo la llama
ardió en mi pecho de tierra.
Marché, Andrés, en cruda guerra,
reñí, como perro en brama.
El éxito no fue malo:
vencimos a los traidores,
y volví pisando flores
con una pierna de palo.
Cubierto de gloria, chico,
dejome el gobierno cruel;
¿había de comer laurel
como si fuera borrico?
Otros con férvido arrojo
la victoria celebraron.
Oro y destino pescaron,
y Yo quedé pobre y cojo.
Así es la guerra maldita:
a muchos les da oropeles,
y carruajes y corceles,
y a otros las piernas les quita.
Vengué yo ajenos agravios
y al fin ¿qué saqué?... ¡Desprecios!
La guerra la hacen los necios
en provecho de los sabios.
No seas de los que combaten,
pero odia a los que se rindan;
pues sacan más los que brindan,
que los tontos que se baten.
A la guerra, Andrés, no vayas,
y sin luchar vencerás;
porque un brindis vale más
que el humo de cien batallas.
Está la patria hecha trizas
con tanta gente malévola,
y del brazo de Scévola
no quedan ya ni cenizas
Es un loco temerario
el que anda entre los cañones:
es mejor en los salones
esgrimir el incensario.
Si por figurar te apuras,
lisonjea a los beneméritos,
y fía más que de los méritos
de tus buenas coyunturas.
No te oirán si no te encorvas:
ya que ellos tienen, Andrés,
las orejas en los pies,
ten el talento en las corvas.
Para que a ciegas no andes,
te aconsejo, por mi nombre,
dejes tu grandeza de hombre,
con todos los hombres grandes.
La dignidad no conviene,
ni la honradez, hijo de Eva;
quien no adula no se eleva;
el que no es vivo no tiene.

*

Si no estás en gran bonanza,
no busques, hijo, mujer,
el pobre ha de mantener
solamente la esperanza.
El amor es gran locura,
y el bendito matrimonio,
lazo que tiende el demonio
y convierte en soga el cura.
El consorcio, en conclusión,
para un pobre es grave mal;
y su tálamo nupcial
túmulo es de su ilusión.
Nunca el marido descansa
y sus sacrificios crecen:
pero ellos no se agradecen,.
porque con ellos no alcanza.
Tú pondrás del ara encima
tu independencia sin juicio,
y ese inmenso sacrificio
ninguna mujer lo estima.
Es feliz quien por fortuna
mujer buena tiene, Andrés:
pero más dichoso es
el que no tiene ninguna.
Amor es mentida flama,
la gratitud no parece:
sólo, Andrés, una madre ama
y sólo un perro agradece.
*

Mas si tú afectos deseas,
te lo digo con dolor,
cree hasta en el mismo amor,
pero en la amistad no creas.
Con experiencia lo digo,
Andrés, consérvalo impreso:
un libro, un perro y un peso
forman un completo amigo.
los que el mundo desconocen
dicen, sobrino, que es fama,
que en la cárcel y en la cama
los amigos se conocen.
En cualquier situación seria
tendrás número importuno
de amigos, mas no habrá uno
cuando estés en la miseria.
La amistad es falso cobre,
la amistad, óyelo, chico,
forma la ilusión del rico
y el desengaño del pobre.
La amistad, en conclusión,
la amistad, tenlo presente,
es, sobrino, un accidente
del oro o la posición.
Quien fuere en la vida cero
no tendrá un amigo, Andrés;
si el dinero amigo es,
sé amigo tú del dinero.
Mejor que un peso, ten dos,
no hagas mal por egoísmo,
y duda hasta de ti mismo
vete, y... ¡Bendígate Dios!

III

Un instante después, por el camino
triste a un jinete galopar se veía,
y un viejo de mostacho blanquecino
con la vista al jinete perseguía.
Cuando ni el polvo que el corcel alzara
pudo el viejo mirar, sintió que ardiente
gota de llanto resbaló en su cara,
y suspirando doblegó la frente.
"Y ¿qué será de ti? -exclamó el anciano
Tu incierto porvenir ¿porqué me altera?.
corre a luchar con ese mundo insano;
vete a sufrir la suerte que te espera.
La lucha con el mundo no te asombre,
hombre no es el que luchar no sabe;
porque nació para luchar el hombre
como nació para volar el ave.
Jamás el hombre del destino oscuro
el negro velo levantar espere;
envuelto entre la sombra está el futuro.
el hombre es lo que la suerte quiere."
Poeta

Poemas :  Nada
Nadaba entre la nada. Sin empeño
A la vida, que es nada, de improviso
Vine a soñar que soy; porque Dios quiso
Entre la nada levantar un sueño.

Dios, que es el Todo y de la nada es dueño,
Me hace un mundo soñar, porque es preciso;
El siendo Dios, de nada un paraíso
Formó, nadando en eternal ensueño.

¿Qué importa que en la nada confundida
vuelva a nadar, al fin, esta soñada
vil existencia que la nada olvida,
nada fatal de la que fue sacada?…
¿Qué tiene esta ilusión que llaman vida?
-Nada en su origen. - ¿ Y en su extremo? - ¡Nada!
Poeta