Poemas :  Ventas con yerros
Ventas con yerros

Muchos querían un hijo mejor.
Uno tienen respirando.
Muchos se pierden por el desierto ahora.
Del lunes nublado años ignorando.

Los vi decir, al final de la escalera,
deshojando al hielo sus ojos.
No, ya no, por favor el pez se seca.
Con la paz y las carretas muerta.
Muchos querían a los gusanos.
Muchos al oro adoran.
Muchos, muchos, alfileres retuercen.

Subí al bajar el sol asombrado.
Y vi velas sin barcos en caballos.
Desgajando al olvido flores de piedra.
Girasoles abogados, y rostros en grietas.
Id, buscad, los caimanes saben el camino.
Ellos al morir, saben recoger cenizas.

Saben que no saben, de viernes con hambre.
En los ataúdes, hojalatas destejen camareros,
del camarón arrastrando cada corriente.
Nadie debe huir,
con la carne del eclipse en las ventanas,
llenando una copa cada lágrima.

Espero, pues, al diminuto crimen sin traje.
En el mar con los témpanos.
En las ortigas, y en las cicutas.
En los desfiladeros y buitres
Rendijas decoren máscaras.
Que sin sueño ensillen las moscas .
Que los sapos sepan de cepas nocturnas.

¡Qué el fango desclave faroles!.
¡Qué los helados queden sin guano!.
¡Qué haya pezuñas acribillando espadas!.
¡Qué no sobrevivan huevos en la garganta.

Así, la corbata puede ser falda.
En el volcán al vestir su corcho.
Con enjambres donde algodonan huesos.
Aunque cada tambor cruce muslos magro.
Y una tortuga vuele bajo la puerta.
Por descuido de la manzana mojada delante.
¡Ay de todos!, ¡ay de silencios! ¡Ay de miles!.
Aquí, allá, más con menos, todos sufren.
Nadie, nadie sangra.
Del alma prostituyendo al aliento.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas surrealistas :  Nimiedad manumitida... (Neosurrealista)
NIMIEDAD MANUMITIDA

Por la utopía permanente,
del amor inagotable,
apresado en la luz,
de la esperanza.
¡Vencida!.
Porqué el pasado solo recuerda darse, confianza a sí mismo,
para simbolizar inextricables épocas más gloriosas,
limitadas por la estrecha franja costera de los suspiros,
desarmados del vientre, con la señal de paz rota y roja, dónde las telarañas conviven con los mástiles celosos, con nueve kilos de sed, y comiéndose a hurtadillas su apetito, que palpa el eco de la luz.
En la noche que se levanta
muy temprano
en la mitad de un sueño
cerrando las ventanas
bajo las puertas... ¡Azul!.
Para que mantenga el vestido de la tarde amarilla, agitando
los hogares en una cuchara, obligada a ser hilo de coser los días, que no pueden resistir sus dimensiones originales, en la nariz de una botella, que continúa su crecimiento hasta
los años siguientes, buscando colgar los árboles bajo el ojo de una aguja, y colocando adecuadas máscaras al humo de las luciérnagas, que en su impostura devoran al macho.
Por la caverna en vigilia,
los ojos anudan,
pesadillas desnudando,
la libertad falsa,
la libertad inventada.
Ni mi edad el calendario sabe,
dice un viejo reloj de arena,
manumitida de la playa,
tradicional y conservadora,
grano a grano apasionada. ¡Arenosamente libre!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta