Poemas sensuales :  Cigarro de otoño
CIGARRO DE OTOÑO

Geel...Grijs...Bleek...Bleek...
Amarillo, gris, pálido, pálido.
Por la puerta brota ebrio.
El cigarro y su lenguaje humeante.
Hostia dialéctica
de clavo.
Madera con bota y batas.

Cigar...Cigarre...
Autum...Automne.
Por la puerta cavernas.
Por la caverna cuernos.
Por los cuernos cueros.
Por los cueros cuervos.
¡Oh!. ¡Qué mujer!.

Canción de otoño. ¡Canzone autunno!.
Brota por su lenguaje.
Ondulante hostia
para el clavo.
Especie, dolor y paladar.
Remedio de muelas y palabras.
¡Movimientos vertebrales!.

Zigarre herbst... ¡Cigarro de otoño!.
Brota y brota abriéndose.
La puerta dialéctica olvidada.
¡Ven... Vamos... Leones y reptiles!.

Senda sinuosa de ardilla.

¡Las palabras y el humo bailan!.
Charruto outono. Sigaro autunno.
Gran cigarro.Mujer de otoño.
Lenguaje perdido y esfumado.

¡El canto ya ebrio brota!.
Y se fue. Se fue.¡Con el otoño!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas surrealistas :  Encima y debajo existimos
ENCIMA Y DEBAJO EXISTIMOS

Encima de las noches.
Ya no hay lunas de leche.
¡Solo hay alfileres desnudos!.
Crudas gotas de hierbas y corrosiva pólvora.
¡Angustiada muchedumbre y nebulosa selva!.

Encima de los pañuelos.
Ya no hay labios de fuego.
¡Solo hay ideas oxidadas!.
Carcomidos anhelos de vida y desfiles quemados.
¡Ángeles gimiendo, y desiertas manzanas!.

Debajo de las salidas.
Están las montañas de insectos.
Entre las puntas de pálidos rostros.
Como los baños de espinas.
¡Desgarradas ventanas de vidrios y puertas!.

Debajo de las entradas.
Están millares de huesos, con áridos mañanas.
Entre muelas de huecos, con ácidos recuerdos.
Como himnos lastimosos, llenos de ceniza.
¡Desgranados alientos de polvos y arenas!.

Existen sirenas sin zapatos,
donde los duendes se hunden mojados,
por los últimos sombreros,
enterrados y aceitosos.
Y los paisajes terribles, con trajes de tijeras.
¡Allá escombros, acá lechugas de cementerios!.

Existen corderos con zarpas.
¡Dónde los fantasmas bailan sin cáscaras!.
Últimos relojes durmiendo derretidos.
Y los siglos estrangulados perecen.
Allá esperanzas, acá mieles de lápida.


Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
Poeta