Poemas surrealistas :  Entre marejada impávida ...
ENTRE MAREJADA IMPÁVIDA

Por el sobresalto de la hidra,
el
sobresalto
de la hidra
que al ángel deja helado,
que se mofa de los trombones,
la hidra,
fuma del jardín melones, por las más numerosas, migraciones, sobresaltada.

En
Tre
Mar
Impávida, marejada.

La
Hidra...¡Con hidrofobia de hielo seco!.
Entronizada.
Muestra.
Los brazos de las abejas.
Los dedos de las diademas.
Pétalos, metales, sílabas pálidas, y magnéticas plumas rotas.

La
Hidra por los campos duerme con los afanes terrible.
La
Piedra impura aspira de las bestias el surco infértil.

La
Fibra tiene un ritmo imantado muy raro y multiplicado.
En
La hidra terrible, piedra infértil, vibra en lo que duerme.
En
Lo que impuro aspira.
En
Lo que imanta raro.


¡Con los afanes de las bestias multiplicando!.

Sobre un alacrán en gotas,
quemadas por los años,
entre inagotables lavanderas como enredaderas,
siglo aterrado como una fruta seca,
por el que fue ignorada copa,
por el que fue tierra fragante.

Entre
Marejada
Impávida

La muerte polvorienta del superficial pantano
que triunfaba, que carcomía, que relucía,
es aquélla voz de abismo, de verdugo.


La hidra de la piedra hierve
Fervorosamente petrificada.

Como vil reptil de añil,
sobresalto subterráneo,
de hidra, de piedra porosa dulce,
que al ángel hurtó las alas,
y al habla dejó mudando,
los retorcidos castillos,
los agitados perfumes,
los frágiles castaños,
y de la tribu,
perdió el sentido más puro, más edificio,
más avenidas fatales.
Sin
Esperar
En voz alta, audífonos ensordecidos, de patios abandonados,
lo que anunciaron del bebido conjuro, del dinero resucitado, una sepultura.

De las cálidas pupilas
una quimera teje
la negra tarde
mil mixturas
miel
con la piel de hiel
en un innoble
temblor
audaz
del mar salado, mar temido, mar herido, mar perdido por la espada,
del pez, vela, buscado, perplejo símbolo en el último adiós hidrante.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta