Textos :  Te invito...
TE INVITO
(Texto Surrealista)

¡Ven!... Vamos a escribir con el trueno ligero
que flota con la sombra de la miel en la punta
del cabello. Sobre el caballo inexplicablemente
menos caballo que el camello del agua, y del
agua suspendida detrás del arado que huye,
que anuda nubes desnudándose, y apaga un
arco iris que ha descubierto los cachorros de
las calles, y semáforos angustiados hasta cien
kilómetros cuadrados. Tal vez no lo sepas, ya
pueden ser feroces en las frutas de seis meses,
y calculando como pueden ser las moscas, cuando
se instalan nuevos focos, que permiten apreciar los
días desconocidos, en la evolución de un mes.

Escribamos de la falla geológica más certeramente
circulando cerca del camino antiguo por la debatida
irritación de una eventual parada brusca.
¡Sí!... Escenas como ésta, dejan el terreno agreste, y escurridizo, y la calle vertiginosa de los libros que mejor guardan el dinero escondiendo la consciencia que es reemplazada en caso de pérdida o robo.

Mira, esta cueva ha servido para los rituales de los grillos y los sapos. Incluso ilustra sobre las siluetas de las mantarrayas del desierto que nunca más volvió a sufrir con la misma fascinación de las épicas blandas, ni con las expediciones del vaso y la cuchara que son tan vidriosamente plásticas, que ignoran la sed y el hambre, a pesar de las circunstancias adversas en el papel y la tinta de las cascadas calcáreas.

Bueno, sabemos que sólo había algunas abrasiones
por la noche antes de acostarse deteniendo la caída
del cepillo que revierte el proceso de la miniaturización
y sobre todo de la ética boca arriba, en particular en un panteón inexplorado, y de forma gratuita con los mejores resultados.

Escribamos que no a todos nos invade el
reluciente edificio independiente y permanente en compañía de toboganes y remolinos, que la mayoría de la gente evita como vertedero de basura disfrutando del viaje dónde los cocodrilos atacan con las preguntas de la escuela como la vieja máquina de coser para protegerlas del sol.
Acuérdate como crece un centímetro al año pasando por los deportes extremos, afirmando que es posible admirar los parajes de cadáveres y herramientas, las viviendas sin trabajo, y la blusa que viste de piel dos pares de cuernos de antílope postrado ante un sencillo ladrillo, una taza, cartuchos de balas y un silbato.

¡Piénsalo!. A medida que la humedad crece por el
rescate de los platos, y de estar cara a cara con los osos perezosos, las termitas hacen huelga independientemente de las lagartijas, más la demora, capital e intereses, en nada
dejan de alterarse derramando la fuerza del turbión, y el drama eléctrico, justo al deshojar las entrañas de mil ausencias.

Mira, te invito a escribir por lo que está ocurriendo al azar, y por la diversificación del miedo y la tristeza, en las montañas
entre los remotos latidos color malaria, y en respuesta a las preguntas que se funden una con la otra, llegando a preguntarme
el porqué te invito de esta manera. Pues bien, no lo sé, pero creo que debo hacerlo, y sólo sé que te invito, te invito y te invito.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta