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Voy arrastrando esta cadena
a través de una intensa tempestad,
pero cuando esta prueba termine;
¡Oh, Jehová!...
Será testimonio
de un corazón reconfortado,
liberado de toda adversidad.
Muchas veces
te pedí que me cambiaras
para sentir tu paz morar dentro de mi ser…
Sin ti Señor, mi vida era fracasada;
cada vez me hundía en el abismo
de un desvío tan profundo,
que los placeres del mundo
no lograban satisfacer.
Y hoy no quiero dar ni un paso atrás,
solo deseo vivir conforme a tu voluntad.
Antes anduve por caminos equivocados,
creyendo en toda clase de falsedad
que a los males terrenales nos encadenan;
ahora te puedo dar gracias mi Dios
porque Tú eres la luz que mis pasos guías
por el sendero de la única autenticidad.
Y hoy no quiero volver atrás;
lléname Señor de tu palabra,
de tu bendita verdad.
Julio Medina
27 de noviembre del 2015
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Poeta
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Si te suelto las manos
volvería a perder la bendición que me has dado,
contigo he cruzado desiertos, pantanos
que de otra manera nunca hubiese logrado.
Me has dado fortaleza para seguir adelante,
avanzando entre tinieblas tu luz llevo conmigo,
eres fuente de poder impresionante,
de amor divino; tu misericordia he sentido.
Si te suelto las manos
volvería a rodar por el precipicio de lo prohibido,
en tu palabra no hay términos medianos,
se está o no se está; es lo permitido.
Julio Medina
17 de enero del 2016
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Poeta
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O amor será sempre amor não há nada a fazer.
Pode ser forte, pode ser fraco mas e sempre amor.
O amor é um sentimento que nunca pode morrer,
Pensamos que não amamos mas está presente na dor.
A vida não nos corre bem, há discórdia, fere o amor
O tempo vai passando e o melhor é a separação
Julgamos nós que assim é, que tudo é frio sem calor
Mas em nós há alguém que nada esquece, é o coração.
Chegada a hora da morte ele nos desperta para a realidade,
Faz tocar a campainha que nos acorda para nos dizer.
Coloca a mão na tua consciência e procura a verdade
E repara que o amor é sempre amor e não pode morrer.
A. da fonseca
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Poeta
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Que cosa más sensata percibía
Al leer poesías a cada día
Sin embargo se notaba una apatía
Para escribir de Dios, pocos se atrevían
Es más fácil escribir sobre la vida
De sentimientos, o melancolías
Que llegan al alma adormecida
Por falta de cariño y simpatías
Porque el intelecto, lo sabía
ellos no lo reconocían, no podían
escribirle a aquel, que nos dio la vida
más fácil es escribirle a la filosofía
Más esclavos somos de esta vida
llena de placeres y autonomía
para que alabar a Dios, la gente decía
si hoy morimos, reencarnaremos en otra vida
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Poeta
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Curioseando estaba yo un día
Sobre si Dios, de veras existía
Diversas opiniones, osadías
Cada quien decía lo que quería
Un astrónomo pedante decía
muchas galaxias e visto en mi vida
el hombre marcianos encontraría
y Dios no es la única salida
Un científico, rodeado de formulas decía
después de la gran explosión llego la vida
esa fue su gran teoría de todo lo que existía
y todo el mundo intelecto le creía
Más aquel que ante una roca se postraba
y el que a una imagen adoraba
y si hacían cosas buenas se salvaban
Más no falto, aquel que reencarnaba
Mas mi Dios de los incrédulos se reía
porque El creo solo un camino para la vida
y dio un nombre donde todo se rendía
Jesucristo, es el único camino, y la vida
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Poeta
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Ô meu pai...
Eu não peço fama,
não peço grana,
nem bens materiais...
Eu só peço
a Vossa paz.
Dai-me Vossa paz,
e eu não quero
nada mais.
Eu já pedi
várias vezes em oração.
Agora venho pedir
através desta redação.
A.J. Cardiais
19.01.2011
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Poeta
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De pronto llega el día
en que las noticias
nos roban la alegría
cuando no son primicias
La sonrisa desaparece
y el corazón dolido
piensa uno si se merece
el porqué el alma grita
Mas todo no es pesadilla
porque uno mayor vive
dueño de nuestras vidas
que aquel en el mundo vive
Solo la Fe tiene la fuerza
De mantenernos firmes
Dios es nuestra fortaleza
con Dios, somos invencibles
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Poeta
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VIENES DESDE LEJOS
Vienes a mí
desde el país ignorado,
vienes en ofrenda
de dolor y entrega
como un secreto aprisionado
que ha salido del cofre
de misterios.
Vienes desde lejos,
de un reino que añoro
con tus flores encintadas,
llegas de recorrer
bosques de silencio.
Me amas,
tu luz magnánima
me susurra,
tus pasos tienen el sonido
de aves que vuelven
azules como tu aura.
Te adoro, oh Cristo
en esta entrega solitaria,
tu alma y la mía
se funden en un amor sin soles,
porque tu lumbre todo lo llena
y lo agiganta.
Tú estás en mi ser
como palomo herido,
como oro líquido
que desciende
del cántaro del destino.
Oh dicha que me envuelve
en tu presencia
de melodioso mirlo,
a ti me entrego, oh blanco aroma
preso en mis heridas.
Te llevo en mis entrañas
amado, eterno mío,
que desde tu apacible floresta caminas
hasta alcanzar el alba
de mi sola vida.
Ingrid Zetterberg
Todos los derechos reservados
S.C. Cta. Nº 1006080193112
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Poeta
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He ido a la montaña.
Y he hablado con Dios.
Y ella era una gloriosa mujer negra
Ella acaricia a la humanidad en su pecho.
Y le alimenta con maná sagrada de sus mamas.
Ella los consuela y los guía.
Ella nunca arrancaría las tierna encías.
De su mama y arrojaría a la humanidad.
En la profundidad del abismo
He ido a la montaña.
Y he hablado con Dios.
Y ella estaba vestida en un esplendido sari.
Con la humanidad a su pecho.
Se bañan en el Ganges.
Sin pensar en nacimiento, muerte y renacimiento.
Sólo el íntimo amor.
Entre madre y niño
Gran madre de la humanidad.
He ido a la montaña.
Y han hablado con Dios.
Y ella era Europa
Y se puso a llorar.
Hasta que los ríos desbordaron sus bancos.
Y sus aguas corrieron rojas
Y ella lloro.
Porque esos, que ella alimentó con sus mamas.
Corrieron loco, con espada en mano
Se han olvidado.
Quien dio parto.
¿Quién los trajo al mundo
Ella nunca ordenó.
Tome este escudo
Y regrese triunfante
Nunca ordenó
Adelante con tu espada.
Regresen cargando su escudo
O postrado, muerto sobre él.
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Poeta
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Cristo Atado a la Columna. Oración.
Pájaros de fuego recorren su espalda,
Violentan la carne los látigos crueles,
Y prueban sus labios acíbar y hieles,
Tienen los demonios los ojos igualdas.
Tiene el Cristo bello atada las manos,
Le dan latigazos romanos infieles
Y ríen soberbios, malignos y crueles,
Corren por el monte siete mil gitanos.
La llaga se abre tal surco en la tierra
De arado terrible que araña con saña,
Es bello el Cautivo que el látigo daña,
Corren los gitanos llorando en la sierra.
El dolor es sierpe con espinas verdes,
El dolor es luna con nieve en su manto,
El dolor es rosa de arista en su canto,
El dolor es tigre y los tigres muerden.
Resiste el muchacho la rosa de fuego,
La vil carcajada se adorna con sangre,
Y tienen los látigos las púas de alambre,
Corren por el monte los gitanos ciegos.
Galopa caballo que ya viene el día,
Y pájaros verdes que hay en la umbría
Pican con espanto su espalda sombría.
Hay una corona de esmeraldas frías.
Y Jesús resiste junto a la columna,
Oh pequeño atleta de torso nivado,
Tu escorzo sublime lo hiere el pecado,
La sangre de Cristo mil rosas alumbran.
Te devora el látigo Jesús de los fuertes
Y pudiendo alzarte sobre tanto tigre
Admites su uña paranoico y libre,
Tu amor te conduce desnudo a la muerte.
Castiga, muchacho, la soberbia impía,
No quieres muchacho castigarla ahora?,
Corren los gitanos buscando la aurora,
Arden las hogueras, la noche ya es día.
Amor te conduce y Amor te maltrata,
Te maltrata el odio con saña ferviente,
Oh Dulce muchacho, la tortura ardiente
Te pone en el dorso su marca escarlata.
Estás recto y noble sufriendo el abuso,
Colibríes rojos te pican dañinos,
Corren por el monte gitanos divinos,
Garras te desgarran de crueles lechuzos.
Jesús que podría en solo una hora
Hacer fuera noche la ínclita aurora,
Acepta el castigo con que le devora
El látigo cruel que el mal atesora.
Muchacho de trigo, chaval de ojos verdes,
Cautivo divino, Señor de los hombres,
Permites que el mundo taimado se asombre,
Con el cruel espanto que tu espalda muerde.
Donde están los ángeles, a dónde se han ido,
Que así le maltratan al manso chiquillo,
No veis que golpean a un chavalillo,
Acudid Querubes ¡donde habéis huido?.
Se ríen malignos los torturadores,
Disfrutan lascivos haciendo su daño,
Se juegan a cartas los divinos paños,
Se ríen de ti, Señor de señores.
Mi columna es pobre, está contrahecha,
Y a ella te he atado, perdóname Cristo,
Quisiera ponerla por siempre derecha.
Pero en el pecado, yo imbécil, insisto.
Yo soy el romano que vil te golpea,
Yo soy el romano que vil te castiga,
Mi columna es pobre, mi columna es fea.
No aplastes, mi Dios, a esta vil hormiga.
Por verte sonriente hacerla de oro
Quisieran mis manos pero está quebrada
Y al verte yo en ella como un niño lloro.
Jesús que perdona con triste mirada.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
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Poeta
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