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Vomitando sus calles oscuras,
un ser tan parecido a un Homo Sapiens,
se desliza como una sombra,
casi lo hace automáticamente,
porque es un autómata,
ha dejado escondido todo lo humano,
en una caja fuerte,
lo sensible,
lo grandioso está muerto,
una ciudad que es una trampa de concreto y cabilla,
donde son más importantes los signos que la vida,
las modelos en las vidrieras,
en su centros comerciales,
tan delgadas,
frágiles como la misma ciudad,
que puede desaparecer por cualquier fenómeno creado o real,
por esta matriz que es la misma ciudad,
los que caminan por sus calles son prototipos de seres biológicos.
conceptos sociales de otros lugares,
modas andantes,
saturadas de celuloide,
una ciudad que parece una mortaja,
un viento frío recorre sus calles,
algunas son inteligentes,
tanto que desalojan al mismo ciudadano,
que ahora no es importante,
ciudad hostil,
carcasa ambulante de muerte,
En ellas nacemos,
vivimos, y,
probablemente, moriremos.
que clase de vida nos otorga la matriz en esa pseudo realidad,
sus rincones,
sus calles,
las que reservan lugar al sentimiento,
¿donde esta esa ciudad que me robaron?
ahora crece hacia el cielo,
como una torre de Babel,
que muerde lo sublime,
tengo nostalgia infinita por esa ciudad primitiva,
la de mis sueños,
la de la intuición,
la de esa inocencia
¿dónde está esa la simplicidad con que la vida teje la trama de la existencia?
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Poeta
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