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Muchos vieron caerse la armadura; siempre con la intención está amarrada, y se descubre insólita figura de secretos colmada, abarrotada.
¡Cómo confiaba, insana vestidura! Llegaba adondequiera con la espada bien ajustada, fuerte en la cintura; celaba demasiado la afilada.
Cuando vino atacarle, el rival quiso echar de lado gruesa la coraza, sorprendido quedó sin previo aviso.
Fue despojado así, y al ver lo expuesto; sintió el burgo grave la amenaza de quien por largo rato creyó modesto.
Julio Medina 14 de enero del 2017
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Poeta
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Si no te tengo a ti, Jesucristo… ¡No sé cómo podría caminar por este mundo lleno de maldad; maldad que a cada rato me viene a tentar!
Bendices mi vida de perfecta manera sanando heridas, borrando las faltas que mi corazón encierra; y evitas así, que por el pecado muera.
He visto como tu gloria se manifiesta, y el Espíritu Santo de todo me instruye, porque es tu palabra poder que construye, y en ella se hallan todas las respuestas.
Si no te tengo a ti, Jesucristo no tendría manera de obtener la vida eterna, porque solo caminando recto en tu camino, alcanzaré al final la promesa.
Julio Medina 11 de enero del 2017
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Poeta
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Subí hasta el pico de un alto monte, y pude ver el mar, sus grandes brazos de agua inundaron mi mente, y comencé a nadar hasta llegar al estuario; lugar donde el río viene a sumar. ¡Y cada lado de esa armonía tiene sabor diferente! Cuando asomaron las sombras, miré hacia el cielo... Estaba éste colmado de estrellas; ¡Eran tantas!Todas bellas. Enhorabuena; porque meditaba yo, sobre toda aquella gama de hermosura que mis ojos veían... Y dije así: -¡Nada de lo que me rodea puede existir sin ti! Miraba a lo lejos, y allá por el infinito, veía el destellar de una luz muy fuerte, pero de cerca, sentía el aliento del toque terso humedecido de lluvia; escuchaba caer su fuerza sobre aquel terreno seco; ansioso por beber del zumo que le mojaba. Y se formaron charcos de todos tamaños hasta que la tierra pudo saciar su sed. Y anduve entre la densa arboleda, estaba toda florecida de retoños al despuntar la mañana; respiraba del viento la fragancia natural henchida de grato aroma, traída a mis pulmones como etérea humareda. Escuchaba impresionado el crujido de anónimos pasos que al ambiente engalanaba; -era la fusión del pastizal grisáceo con residuos de hojas secas-; las que una vez al mundo mostraron la verdosa vestimenta de los árboles en el esplendor de sus días. Ahora el ocaso decora el paisaje con mustios colores, mientras el crepúsculo se plasma... Y derrama de su inagotable tintero el colorante mejor, sobre un lienzo divino que no entiende mi cabeza hueca. ¡Cuán grande es la belleza creada! ¡Cuán maravillosa es la obra mostrada por el Creador; haciéndonos tener el sentido fecundo! Porque así es su amor profundo; gracias Señor, Dios Todopoderoso, por darme tanto, sin yo tener que aportar nada.
Julio Medina 28 de diciembre del 2016
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Poeta
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He decidido andar siempre contigo mas de tu presencia no quiero alejarme, aunque el enemigo intente apartarme yo sigo andando con fe en tu camino. Detrás de las huellas de tus pisadas persigo la luz que brilla en ti, Jesucristo porque no quiero que tú apartes la mirada de este hombre pecador, arrepentido.
Las huellas de tus pisadas las seguiré hasta lograr alcanzarte, Jesucristo; anhelo ver esas maravillas que tú para mí tienes guardadas, esos prodigios que mis ojos nunca han visto, y solo los veré, cuando entre a tu morada.
Julio Medina 15 de diciembre del 2016
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Poeta
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Ante tu presencia vengo con esta atadura, este nudo fuerte amarrado de amargura que me impide alabarte y no deja adorarte con amplia libertad; derrámame tu Gloria, libérame en Victoria, hacer en mí perfecta voluntad.
Ven Señor y derumba la barrera que se interpone en nuestra relación; quiero deshacerme de todo lo que es indigno para entregarte limpio a mi humilde corazón. Llegar pronto del cielo, romper esta cadena que me impide adorarte con liberación. Derrámame tu Gloria libérame en Victoria hacer en mí perfecta voluntad. ¡Ayúdame Señor!
Julio Medina 15 de noviembre del 2016
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Poeta
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Buscándome y no me encuentras… ¿Te diste cuenta de lo que una vez quise decir? Sin embargo, aun así me dejaste ir, sin escucharme tuve que partir. El sonido indeciso de un rumor fue más fuerte, y ya no pude seguir detrás de la ilusión que me llevaba hacia tu amor.
La inmensidad de este intenso romance vive en cada latido de mi triste corazón. ¡Ay de mí!... ¡Si aún los filos de la indecisión el alma me están lacerando! ¿Será que pesa más el temor que sientes, o es que el querer está flaqueando?
Inquieta la noche se apresura a vestirse con su traje de gala gris, sin darme esperanza me jura que los suspiros idos llegan a mil. ¡Y desvanecen mis ansias…!
La oscuridad pérfida y sombría torna la armonía de mi existir en el día en que tu amor partió. ¡Ya no quiero más sollozar en la distancia, ni seguir pensando que mis lágrimas no terminaron con la lluvia que cayó!
Julio Medina 26 de octubre del 2015
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Poeta
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Alzarse vi a la arena en estampida con el arribo oculto hasta la orilla de una sirena asaz entristecida; lágrimas le mojaban la mejilla.
Ella de mar adentro salió herida, su angustia era pésima pesadilla; con feroz torbellino arremetida cuando irrumpía agua por la escotilla.
¡Y nereida derramó ruego al viento quedando en este enredo el mar asido, por olas ejerciendo cumplimiento!
Del remolino fue el desliz salido de lo profundo en forma tan violenta; perdiendo la liberación que ostenta.
Julio Medina 17 de octubre del 2016
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Poeta
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El sonido de una lágrima vibra fuerte se hace intenso, causa temblor en las fibras del alma; tristeza y temor retumban la calma de unos ojos llorosos que ni quieren verte.
El sonido de una lágrima asedia los sentidos lastimados del corazón; riega complicada nostalgia, y en su entrega nubla el pensamiento. En la soledad vertida aflicción se va sintiendo, vaciado en un cesto roto va corroyendo las entrañas sin más razón.
El sonido de una lágrima de pasión enmudece, en el lienzo etéreo sigue creciendo distorsionado; con el corte estéril del elixir del amor así fue pintado y en la alusión existencial anidado permanece.
El sonido de una lágrima lo escucha quien en la incomprensión ha vivido, no padeciendo ni muriendo en el olvido sino entendiendo esa ausencia amarguísima.
Julio Medina 15 de octubre del 2016
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Poeta
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Con la piedra de tropiezo en las tinieblas perdido, la oscuridad me abarcaba. Escuchaba esas cosas, de las que el adversario habla; pero la necesidad de mi espíritu nadie llenaba; ¡hasta que llegó a mi vida Jesús…!
Él alumbra mi camino con granada poderosa; mientras que con el enemigo todo mi ser en la confusión moría. y así, Jesús majestuoso hijo de Dios, salvaste mi alma de una muerte segura.
Esperanza no tenía, pero tú Jehová me hiciste la promesa de ganarme la corona de vida eterna. Sí... Tú, Jesucristo rey de reyes; ¡tu palabra es fuente de vida! Muy superior a las leyes del hombre.
Dios de gloria, me rescataste del mismísimo infierno, en donde me encontraba atrapado por el averno; y ahora ante ti, solo ante ti, poderoso Señor, humildemente me inclino; con mi corazón arrepentido vengo a pedirte el perdón de mis pecados.
Julio Medina 25 de septiembre del 2016
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Poeta
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Me quedé largo rato buscando a las estrellas, y sentí la ausencia de tus caricias. Así empezó todo mi pensamiento a pedir, a separar del recuerdo el tiempo pasado; ¡pero la ilusión aflorada atropella! Aunque escarba en la cicatriz con audaz pericia tratando de sacar el resquemor a relucir. A esa aflicción la eché en una botella -la dejé tapada, bien asegurada-; para que nunca más se vuelva a salir y no cause daño siendo imaginada.
Julio Medina 10 de octubre del 2016
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Poeta
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