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De huellas...
El cuello del cementerio quedó enterrado, en la brisa de las hormigas adormiladas, por el rostro del caballo en las sombras, del algodón del armario en los nublados.
Dactilarísticamente.
Por el polvo en la mejilla de pájaro, antes del despedir sonrientes lejanías, donde un lago de ciervos, mantiene tortugas, sin historia, miles de tumbas olvidadas.
Dactilareándolas.
Bailan con traje de penumbras magras, decoran acocodrilados ácidos almendros, en la sangre prisionera del eclipse, hoy, en la piel de plástico y goma de manzana.
Dactilasticandose.
Por el paisaje ansioso del marfil dulce. Hoy hay féretros celestes, de tibio pesar, en la cuchara de los sapos, con gripe roja, al descuido, labios de vaso en almíbar gris.
Dactilariedades.
De huellas de cuello blanco el engendro. Huye con la hiel del alma, que perdió. Del cementerio que piensa escapar briago. El cuello quedó en la fuga enterrado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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SIN ROSTRO
Por ese inalterable dinamismo, en lo siempre estático. ¡Colgado de un sueño duermo!. Por ese triste eco donde anidó el silencio. Del rostro de alar cada mañana. ¡Sin la cara cara indiferencia!. Equívocos del olmo calmo. Donde
Unívocos los álamos claman. Donde cárdenos rodantes exclaman después. Descolgando insomnes. ¡Antes del nacer la tarde!. Y del amarillo palabrear del aire. Revoloteando lluvias. Midiendo silencios.
¡Hablarle a la soledad misma callando!. Confiada cruel cual roca fiada. Sin rostro. Debe al verbo beber sujeto. Del color de versos mil alejamientos. Por articular al dado cargando dedos. Sin rostro. Dudas deudos olor ardor. En los pañuelos. Anhelantes ¡Helo aquí!___ Está menos frío. Aquel juego___ ¡Cuándo no arruina!. En la sorda pestaña que los años cantan. ¡Los ausentes!... Del craneal sentir. Por los latires apretando vientos. Desalentados con cara cara... ¡Por lo barato sida!.
Esqueleteando...¡Aleteando!. Como abuharía la noche el grillo. Sin rostro. ¡Al preguntarse!.
¿Dónde abuharemos las estrellas sin cara cara ya?. Con todo este inalterable dinamismo. De lo siempre estático...¡Vida y muerte!. ¿Qué sería si hubiéramos abuhado la luna?. Por estar. Sin piel pulsando el polvo. Revoloteando. Lluvias. Midiendo. Silencios. Sin rostro.
¡Así las hojas dirán: No abúhen las raíces!. Sin rostro, sin rostro... ¡Duermo del sueño qué cuelgo!. Del techo de la noche infinita. Pues... Lo sé, creo, me dicen: En el rostro de las tintas letras estás. Creo...
¡Qué si bien rehilaba cada sueño!. Sin rostro. Cada noche hube rehilado. Sin rastro ni lastre... ¿Dónde rehilase el dormir podré ser de otra manera?.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ARRAIGADA NITIDEZ
Con la memoria, paternal. De la madera. Creían atarse cien sentimientos. Azulados desnudares alentados. En Aquéllo Qué Húmedo el nogal observa. Por el aliento. Claveles rosados, en la piel verter, después del alma, jadeantes. Del después...¡Quién sabe!.
Entre La sombra carcomida en mansedumbre. Pechos y latidos. ¡Relámpagos!. Del agua. Entretejidos. La lumbre que al llorar pudre. Agua y fuego. En la barba de los lirios. Creían atarse. Lo que fueron.
Campos florecidos, simultáneos amoldares. Atónita la frente, estelares las rodillas.
¡Escriben en criptas en copto, copos granates y tabacos despreciados, al rumor amenazando!.
Arraigada nitidez. Las memorias del espejismo aventureras. Las señales sin patria del alabastro. ¡Sórdidos terciopelos incoloros!. Al ritmo clandestino. De los tórridos relojes. ¡Nitidez arraigada!. En las noches sonámbulas de lunas. Nitidez. En las brumas escarpadas del canguro. Arraigada. En las blandas arpas del antílope. Nitidez. En los nidos sonoros del pino.
Esgrimires. Del anfibio cañas. Dulces moviéndose. ¡Más agudas las cicatrices!. Limpias se ofrecieron. Al verter. Después del alma. Nuevamente. Sus ritmos. Naturales animosos alentando. Por... La honda superficie de las cúpulas patéticas. Por... Las almas ambulantes del arrecife. Por... El iris de la sal teñida lágrima.
¡Qué lo fugaz delata inundando!. Las arterias... Vertiginosas de la espuma.
Al Romper El Viento Con Las Plumas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ACUOSIDAD
Por el sonido mojado que duerme. Se encuentra la brisa. Con el relámpago. ¡Turbado!. En él. Al arroyo. Verde bambú. Bajo la escarcha. Falsa temblando noche. En la sacralidad capullos. Al pestañeo del jardín. El sonido también. Duerme la brisa. Ornamentando. Grácil. Especiosa. Con relámpagos. La escarcha recordando. Ceñido al talle el valle. Suspiros alados intermedios. ¡Goteando sus ternuras!. En trompa izada lejos. Un elefante sueña. Flores apiladas. Ambos alientos. Humedades. Tibias tardes. Bajo el suspiro. Donde se funde y refina. ¡Mojando la brisa aguas distintas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Cianodérmico
Más Arriba De las sombras En lápidas Los infrascritos Nada le representan Pelagra El alma Le respira El ulular ¡Aún si cantaren!.
Las Mañanas Enmudecidas Las nubes Pieles del aire ¡Creen tapar el sol!.
Y en las noches Iluminar la luna En los días pasados Miles fueron masacrados Cometas, asteroides y planetas Desmemoriado El hueco ¡Qué el alma le dejó!.
Al cielo engañando Ignorando Al pretérito Fósiles genéticos ¡El dolor causado es infinito!.
Y esplendoroso el exterminio La desdicha es catastrófica En las mesas En las camas En los vientos En los sabores Del agua y la tierra ¡Paisaje de crasitud!.
Sanguínea y azulada Morada del averno Piel del alma carbonizada Desnudando al sol Creyendo ¡Ya cuando hubo amanecido!.
Y ocultar los rayos Del blanco cuello Apoderado, ya crepuscular Inabarcables Las brumas Tejen Al Pasado disfrazando.
¡Bajo la piel del estafermo!.
¡Bajo la piel del zascandil!.
Cianodérmico ha dejado El sueño de todos Los inocentes ¡Sepultados!. En la misma piel del tiempo En la cianodermia encarnizado El pulso fusiona eritrocíticos ¡Todos los vasos quebrados!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ACERADO SERMás Lo Siento Ya no Quiero Esperar más Y al sol ser Solo Un monosílabo. ¡Al tempestear intempestivo!. No y sí De los vaivenes Del intrépido templarse Ser sí a veces No otras tantas Con valentía serena Amadas piel a piel¡Sin horizonte, sin mañana!. En la serenidad del valeroso desasirse. Con el vitalizar solo en la visura. Más Lo Siento Eligiendo la inocencia. Ya no del caracol silencio. ¡Quiero en la curiosidad saber!. De nuevo al filo de los rayos. En las estatuas que abisman. En su seno la obscuridad intrusa. Ya no Quiero Esperar más Encendiendo al infinito.
Inmóviles los mástiles. En el mapa musical. De las luciérnagas. Por la infancia. ¡Tempestear!. De la voz ante el espejo. Intempestivo. ¡Oh, si ser, intempestivo!. Acaso Solo... Del ocaso, acaso, a veces. ¡Hasta los sonidos de los huesos!. Intrépidos. Matando la serpiente sigilosa. Por los años. ¡En la vocación desolado camaleón!. Cuando Acusa a la nieve de tristeza. Cuando. El fuego amargo suspira y quema. Todo. Al amparo trágico enhebrando. Todo. Por tempestear la misma. ¡Pasión intempestiva!. Serena. Valentía.¡Donde el ser solo, se templa!. Acero uno flexible metálico, invisible, ser y ser.Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Miel hogaño fugaz
Noche ésta del rocío que cuelga, la hermosura de la mañana, que vuelve retoñando, la piel del jazmín, dejando caer la tarde tibia, los tintes violáceos de nuevo, mil flechas, destilando sombras, ligeras y mudables chispas, nacen las flores del arroyo.
Del Acaramelardientes Pendientespumosculos Amarespeculativos
En la frescura perfumando la voz, del mensaje, hojas ondulando, los nidos, que los suspiros guardan, esbeltos y flexibles, los reflejos arrullan las noches, inagotables, arbustos sedosos, del ensueño tinajas, turgentes, surgen apetitosas, las infancias bañadas del silencio.
Del Lunardientespiga Remarmoníalba Grandesperanzamorosa
Que cuelga la hermosura lejana presencia dónde relucen atemporales historias sin borrarse destellos breves en el fondo enormes en el inalcanzable pasado flotando en las cumbres circulares de la mañana nueva piel hogaño, miel fugaz, hogaño hogaño ¡Del tiempo que se desvanece!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Por Amusia...
Danzando el silencio abraza Melódicas Las pródigas palabras El regazo ¡Corchea copiosa! La piel, la vida, de violetas tulipanes De los pueblos ¡Muesca ominosa! De las almas Aromas del fervor qué intercede Leyendas afónicas monótonas Al final de la estrofa qué ruega La sinfonía del corrugado boscaje Al encendido semblante suave Por el reino de la nada sacrificada
¡Solo sonata facticia! ¡Sólo fabordón expósito! Corchea de muesca sinfonía Patética sordera del alma En Los Caminos empedrados de las tardes dilatadas Está La dura pena encuadrada... ¡Ya! ¡Danza desnuda danza!.
Por entre poderosa lejanía los densos sueños Amusia... Dónde solo ya florece Lúgubre la música qué del ayer fué ¡ Hoy de amusia qué al corazón desata! La sangre de intensidad plagada, nota a nota, Miel... Mansión... ¡De las musas invitadas! Rescatadas Del traslúcido suspirar de los caminos En la memoria qué suspira
Al fondo delicado fósforo Del silencio En la estrofa dura El regazo En la letra suave ¡Abraza, oh, abrasa, abrazo, y brazo! En la tierra gris de la renuncia Patética suena la sonata del soneto inconcluso El fuego lento paso a paso humedecido Al final Al cielo enredado en llamas
¡Desnudas! Enrojeciendo los discursos del beneficio ¡Danza! Al sendero entretejido inesperado ¡La música del silencio aislado, monótono meloso! Iluminando Solo a la luz qué ciega la mínima obscuridad pálida... De besos las cadenas del estanque, de marchitas esperanzas evaporadas del engaño iletrado de palabras musicales y vana sinfonía...
Amusia De la miel Silencia piel De Las Golondrinas en trance ausentes ¡Del regazo de las musas qué desata! Inspirando a los topos el vuelo de los halcones sonrosados del boscaje muesca ominosa copiosa la ternura eliminada en primer término... Del... Doremifasol Solfamiredo La yerta melodía del alfabeto intacta tinta Del cuerpo hueco desalmada melodía reptante...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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POR AGOTARSE
Una Gota De día se ha bebido La noche Un océano De Estrellas En un día Una gota Una vida Un tierno momento De miel melodías manantial De piel páginas paternal Una Gota De noche se ha hecho El día Una laguna De Lunas En un latido Un suspiro Un aliento Una joya palpitante Cada pluma de nubes un cielo soñado Cada gota de lagos un día vivido Cuando Por nosotros Lloren otros ojos Bebido el día ¡Nuestra primera noche sin estrellas! Del instante eterno del océano una gota.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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UN FUEGO VERDADERO
Es todo lo que brota, lo que fluye del amor. Nunca la pasión deja pensar bien. Nunca. ¡Nunca!.
No lo olvides. El fuego del amor verdadero es destino. Es el agua, que alimenta y da vida y alegría.
Sin penas ni dolores, sigue a cada tiempo, lentamente. El verdadero amor, es calma, aliento sin miedo, sin prisa.
Con la mística de la música hace a los hombres grandes.
La belleza queda en el alma, en la piel del corazón.
Las mujeres son las madres de las eternidades, del sueño. Por los cambios de la vida, son la paz de casa.
En su corazón suena la calma, la paciencia. Sus manos son los diamantes, y sus dedos perlas. Y como fuego verdadero, dejan bellos los metales. Entre los impulsos que nos vencen, nos dominan.
No, no, nunca dejes de pensarlo, ni sentirlo. Nunca ha sido mal amar. Solo cuando mal se hace.
Se hace la templanza a cada día, aunque duela amar. Algún día, en el buen tiempo y a tiempo. No se olvide.
El fuego, el fuego. Como crea. Destruye. Purifica ó carboniza. El fuego verdadero del amor.
Y en cada sol, en cada hombre. Hay fuego, hay amor. En los vientres y en las tierras, hay alegrías y dolores.
Hay la vida que nace. Solo cuando nace el bien. Escucha bien, solo el bien del amor que crea, que no daña.
¡Nunca de prisa, siempre a tiempo!. El fuego del amor del bien amar, siempre eterno.
Es el padre de la verdad, la madre de los hombres.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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