Poemas :  Un acuoso juicio
UN ACUOSO JUICIO

Agua tras agua, en el grande mundo,
limitado y definido,
la humanidad se ha descocido,
del hombre mismo,
que en la gota sueña, cómplice.
Entre desierto y rocío,

el egoísmo del amor escondido…

Entre la brisa y la nube…

Alimentando los anónimos vacíos.
En el corazón incomprensible.
Dónde los trenes detienen las vías.
¡Sin prisa. En las raíces del vapor azulado.

Lento y como líquido péndulo, inclinando al
horizonte.

Tomando al cielo, cuando las calles vacilan.
Y pidiendo perdones insoportables.

Enredando los tiempos en cualquier momento
amontonado, de la silla gato amonedado.
Como gotas que tiemblan entre crasitud y empalago
por todas partes…

Como cataratas resinosas, fragmentarias
y disgregables enamoradas.
Como la llama helada.
La misma discordia escinde un cisma.
Helada la llama como,
divergencia diseminada.
¡Casaca dispareja!.

Se derrite, se apaga y corre.

Más despacio, no llegaba al final nunca,
donde las curvas se iluminan
con la negrura.
Y en el mundo los muros se alargan,
y la humanidad pierde al hombre,

y el humanismo es una quimera,

en el amor que espiga entre fantasías,
perdido enano metido en cualquier ombligo.
Como de los espejos
huyen las paredes
transparentes
y las ventanas
invisibles

de
los reflejos.

Y en el desierto, la mano limpia su sed,
al agua, de la mirada extraña,
al desprecio crispado del engendro,

que tuerce todo, y vende la muerte,

una tras otra, haciendo del olvido el negocio.
Destella mensajero adiamantando tumbas,
rastreando cualquier ala, y petrificándola

en cada camino. Compasivo en exceso y arbitrario.

Entre las voces gemelas de los ecos perdidos.
De fogarada fofa.
De fusilar fragancias vivientes.
Y litografiarlas.
En
El

Silencio. Escuchando el palpitar de las ausencias.
Y como las pasiones. De pandereta y castañuelas.
¡Pasa y pasan!. Fanfarria, gaita y ocarina.
Como las viejas plegarias.
Dulzaína doblada, olifante despistado,

como los nuevos placeres.

Balalaika adormilada y Concertina anonadada.
Entre las huellas del Contrabajo,

y los corazones gemelos del Xilófono, sonriendo.
Hileras dobles por la vida.

Desde el Flageolet hasta la Tuba y Bombardón.
Paralelas dobladas entresijo y recoveco,
que cambian y se aman,
en las manadas de las maletas,
en la cena sin expresión,

en el hambre vertical.

Paralelas quedan las sonrisas paralizadas.
Y en su voz el agua. ¡Canta y sueña!.
Con la misma voz amarilla del desierto.
El desierto del existir ignorada.
El hambre qué asesina el alma.
El ametrallar la consciencia.
El apologista de la amnesia,

que soñó en los pechos,
de los helechos lechos.
Pechos alegres techos,
y turgentes confesos.
Esperanzas absurdas,

y comestibles ya,
en la sequía,
de la vida.

__¡Real!__
Cuando la vida vale menos que la muerte
y se amerenga el desconsuelo,
y se carameliza la crueldad,
y se confisca el descontento,

cuando el amor muere. ¡La cordura es el absurdo!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

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Claudia
Publicado: 30/6/2012 20:28
Incondicional
Unido: 17-1-2011
De: México
Comentarios: 2442
 Re: UN ACUOSO JUICIO

Un poema bastante interesante.
Reflexiono en la palabras: "..en su voz el agua canta y sueña, el desierto del existir ignorada....." "!!!Real!!! cuando la vida vale menos que la muerte.." Disfrute mucho su lectura. Saludos. Claudia Alhelí Castillo

JoelFortunato
Publicado: 1/7/2012 0:06
Incondicional
Unido: 23-6-2011
Comentarios: 7989
 Re: UN ACUOSO JUICIO

Claudia gracias por tan agradables palabras y saber qué lo escrito le dió a la reflexión y fué de interés por su parte. Saludo siempre. De Joel Fortunato.