Poemas eroticos :  Emboscada en el Paseo de las Rosas Negras.
Emboscada en el Paseo de las Rosas Negras.

Entre las rosas absorto paseaba,
Víctima para un verdugo ciego,
Las rosas ponían pétalo a su ego,
¿En qué negro paraíso figuraba?.

Y rodeado de belleza pura,
No conocía a su asesino entonces,
¿Si era un lugar de negros bronces
No era llama de amor la rosa oscura?..

Emboscado en las rosas asesino
El criminal se hallaba, delicioso,
Negro el paseo que la rosa cubre.

Bebió de la belleza como un vino,
Pincho lleva el criminal vicioso,
¡¡¡¡¡Toma la muerte¡¡¡¡, y con la rosa: ¡¡¡sufre¡¡¡¡.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.



La escena de la película es la siguiente: Es un jardín de rosas negras, exuberantes pétalos de una fantasía oscura que exhalan afrodisíacamente su untuoso perfume hacia la atmósfera. Es la umbría, bajo una bóveda vegetal acuchillada por pequeños diamantes de luz solar. Hay algunas fuentes, que manan un agua fresquísima, nívea, transparente, a chorros y borbotones sincopados, y en las que beben los gorriones sedientos. La luz del sol, que se cuela entre las ramas de los árboles, pone su brillo dorado a las transparencias del agua de las fuentes. Las rosas exhalan su aroma. Hay diminutas abejas. La víctima pasea. Se detiene junto a una fuente y bebe. Luego se sienta en un banco del corredor vegetal. El asesino aparece. Es una sombra de fuego oscuro, bellísima y estilizada, delgadísima, como un alambre negro, le acompañan las rosas negras exhalantes y preciosas. La imagen pavorosa de la belleza es un arcángel de delgada cintura y hombros perfectos. El asesino camina. La víctima se levanta del banco de mármol en la que estaba sentada y sigue al asesino. El asesino se aleja por el corredor vegetal. La víctima le sigue. Le pierde de vista en un recodo del paseo. Apresura el paso, el asesino está de espaldas, la víctima le mira, el asesino se da la vuelta, ¡¡¡tiene un pincho de hierro en la mano¡¡¡, la víctima sorprendida no sabe lo que hacer, ¡¡¡es tarde para huir¡¡¡¡, el asesino le clava el pincho en la barriga. La víctima cae herida, el asesino se retira entre las rosas.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Poeta

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