Poemas :  El desierto de la vida
El desierto de la vida

Se aproximan tiempos, donde no habrá más noches, ni amaneceres, ni atardeceres, ni días siguientes
Ni habrá más aires, ni huracanes, ni tormentas, ni relámpagos, ni borrascas, que arrastren sus temidas corrientes
Tampoco habrá más tardes de arreboles anaranjados con luces encendidas, ni sus colores serán ardientes, ni calientes
Nadie surcará por debajo, ni por encima, tampoco habrá aguas con sus torrentes, que atraviesen el desvencijado puente
Llegará el día en que el sol se cubra con mantos de lágrimas y llamaradas hirvientes
Y el hermoso mar se tiñan sus bellas aguas con sangre roja y viviente de la apresurada y sollozante gente
Y la preciosa y esplendorosa luna, derrame sus llantos y cubran con sus sombras a seres inocentes
Y las aves no surquen los cielos azules, ni se escuchen sus bellos cánticos en el desaparecido medio ambiente
Y las arenas del desierto nos cubran con sus borrascas tenebrosas con oscuridades por siempre eternamente
Y de aquel jardín florecido se sequen sus pétalos y sus exquisitas fragancias sean del perfumen ausente
Y las lluvias huracanadas arrecien con sus miedosas fuerzas, inundando la preciosa naturaleza, como mordedura de serpiente
Ese día se cerrará la conciencia del ser con su lánguido pensamiento y sudará el cuerpo y no habrá espacio en la frente y el alma huirá y el corazón estará ausente
Ese día se apagará la luz de la vida y se oscurecerá el bombillo que da luz a la entristecida fuente
La naturaleza será un desierto y no hará pan para la boca, ni manos que lo alimente
Ese día valoraremos lo hermoso de la vida con amor y pasión, con llanto y dolor profundamente
Pero ya será tarde y la catástrofe nos arropará con la fuerza de la soberbia en espeluznantes oscuridades bruscamente
Ese día volará el alma al infinito, sin que nadie en esta tierra preciosa y hermosa la hiera, la angustie, ni la atormente
Ese día la esplendorosa tierra será un desierto sin vida, sin alma, que Dios en su infinito amor nos la dio y así le pagamos desgraciadamente
Y el alma afligida y triste se unirá con el espíritu y se despedirán del cuerpo y se marcharán a los vericuetos del infinito, llorando amargamente
¿Por qué tenemos que esperar que llegue ese día? Si la vida es un paraíso y vivimos en un edén de amores y pasiones afortunadamente
Nunca es tarde para enmendar los errores y seguir viviendo a plenitud con alegrías en familia y amigos, con vecinos y el prójimo armoniosamente
No esperamos que la placentera vida y el alma sufran y la tierra se convierta en un desierto y se derramen lagrimas de sangre con angustias tristemente
Vivamos la vida con amor, con emoción y pasión, sacando a relucir los valores, con cultura y sentimiento sorprendentemente
Y el alma buena y pura vibrará en nuestro ser y el corazón seguirá latiendo inevitablemente
¿Qué esperamos para sacar de la vida, el temible desierto que la hiere constantemente, la entristece y la hace llorar amargamente?
¿Hasta cuándo tenemos que esperar para tomar medidas drásticas que protejan la naturaleza y la vida hermosa y retorne su belleza y la felicidad al medio ambiente?
No dejemos para después, que para mañana puede ser tarde, despejemos nuestra conciencia y abramos la ventana del acalorado pensamiento y vivamos con alegrías y esperanzas para un futuro con emociones felizmente.

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga, agosto 13-2023
Poeta

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