Poemas :  Campo y campesinos... ¡benditos sean!
Cada día, a toda hora, recibimos incesante,
una lluvia de colores, aromas y sabores…
están presentes en cada rincón e instante,
se esparcen, se incrustan, se posesionan,
como incomparable marca del hogar,
eslabón definitivo con todo cuanto brota,
desde el vientre de la tierra, de sus surcos,
entrañas, de su manto verde
y sus cinturones de agua…

Campesinos, obreros de la tierra, del campo,
viven labrando cada palmo posible…
labor que se teje desde el amanecer
y antes, cuando aún no rompe el alba,
hasta cuando la oscuridad vuelve,
a veces con luna y estrellas,
otras con niebla y nubes...
para cobijar las zanjas, matorrales,
árboles y cada sistema de vida en ellos…
de las manos de esos campesinos,
no solo se abren los surcos
y levantan innúmeros plantíos,
se comparte y vigila el riego,
para que fluya la savia,
que recibe con la tierra, el rocío,
la lluvia, muchas veces a cántaros,
con granizo, tormentas eléctricas…

Los anónimos cultivadores y proveedores
de vida, de sabrosura, de fortaleza…
no solamente abren zanjas en la tierra,
también con el tiempo, el agua y el sol,
se acentúan surcos en sus caras, manos,
en su memoria; en su hábitat no hay,
no los habrá, colosos de cemento ni metal,
en homenaje mudo a sus tareas gigantes…
pero en cada brote de nuevas plántulas,
la vida se regocija y planta sonrisas eternas,
en los rostros esperanzados,
de estos escultores de la naturaleza.

Campo y campesinos… ¡benditos sean!,
he inagotables también las auroras que,
con su luz, milagro de la vida renovada,
dignifiquen sus esfuerzos por el renacer,
por las cosechas, por las nuevas siembras,
gracias Pachamama, gracias campesinos,
el mundo entero se mueve por ustedes…
Poeta

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