Poemas de nostalgia :  Me propuse navegar por el mar de mis sueños
Me propuse navegar por el mar de mis sueños,
Más bien un océano, de sentimientos que como olas salpicaban mi alma, este rostro marcado por los sinsabores de esta existencia no tan plena y aprovechada,
Pero de la que intento obtener el máximo partido,
En esos durables instantes de aquello que llamamos felicidad,
Plenitud, dicha o simplemente, tranquilidad.
Por un momento, contigo, o mejor dicho con los anhelos que de ti ocultaba durante corto pero intenso tiempo, conseguí, créeme que después de mucho tiempo, sentirme dichosa de vivir ese momento a tu lado, esa tarde de julio que nos hizo un hueco a los dos y que nos regaló una luna creciente, y no decreciente.
Me envolvió entonces un halo de escepticismo, un vapor de miedo pero con chispas de placer que bullían por todo mi cuerpo e incansables me iban regalando el aroma de tus deseos, quien sabe si más míos que tuyos,
En esa tarde de verano en la que hubiera parado el tiempo.
Noté en mi corazón algo que ya creía olvidado, ese puñal con garra con sabor a deseo que perpetró por mi alma y que pedía abrazos constantes, la eterna poesía de tus labios.
Rocé por un instante el placer del galanteo, esa mágica sensación de constantes intereses de un hombre apuesto,
Capaz de hacerme reir y sacar de mi todo lo que llevo dentro,
Escondido con esmero y cuidado, bajo la llave de mis ahnelos.
Pronto descubrí que el deseo de lo nuevo, de lo inesperado y de lo cierto traspasó nuestras ansias de besos,
Que uno tras otro estremecieron mi cuerpo,
Poco a poco, más rápido, más lento.
Me gustaba verte sonreir mientras fuimos uno,
Mientras me entregabas todo tu ser,
Dispuesto a darse una oportunidad, pensaba, quería, deseaba.
Logré por un momento dejarme llevar por tu cuerpo,
Mientras un gran maestro de la poesía y de los acordes,
Regalaba a nuestros oídos canciones llenas de verdades,
Tuyas y mías, nuestras al fin y al cabo.
Comprendí que de una unión tan especial,
Podía surgir algo bello y dichoso,
Pero de nuevo la osadía de lo incierto salpicó el espejo de lo claro, de lo limpio, de lo nuestro. Temores y cicatrices marcadas surgieron de tu interior, rasgado, traicionado.
Pensé entonces que éste quizá sería por fin el momento,
Con despacio y sin prisa, que nos brindaba el capricho de esta existencia que nos había unido a través de la casualidad,
De ese destino que nos separa y nos une a través de la vida.
No te resignes a no vivir conmigo esta historia,
Que puede dar sus frutos, o no, pero que apunta maneras.
Me niego a creer que nada sientes por mi,
Que no quieres conquistarme, que no quieres intentarlo,
A pesar de las circunstancias, a pesar....del presupuesto.

Poeta

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