Textos :  Sobre barras y literatura de bacineta
Sobre barras y literatura de bacineta
Me fascina beber en barras, pero nada de bares con aire acondicionado y Happy Hours con las Chicas Medalla, Heineken o Corona en minifaldas (no que tenga nada en contra de unas piernas bien torneadas). Tampoco esas donde sirven tragos con nombres raros y caros como Manhattan, Sex on the Beach, Orgasm One, Orgasm Two, Piña Colada, Mojito, Tequila Sunrise o Tom Collins; me gustan las de “mala muerte”. De esas donde el borracho se le caga en la madre al gobernador de turno después de leer que por mear son 15 centavos y que los planes de pensión y seguro social serán eliminados, además que se añadirá un impuesto al Valor Agregado. En las que el mismo borracho luego dormirse con el "pito" en la mano, despierta a la voz del dueño que le grita ’’Fulano, si te estás metiendo perico (cocaína) en el baño, más te vale me hayas dejado un poquito de la bolsa, ¡yo también quiero meterme un ''guayaso''.

Sí, me gustan esas donde los perros entran buscando comida y el dueño les apostilla “arranca pal carajo, animal hijo e’ puta”. Me encantan las barras donde la picadera es el frasco de pepinillos verdes con cuatro huevos “sancochaos” adentro o un salchichón de tres años que guinda de un curricán. Donde marcas un disco de Felipe Rodríguez en la vellonera por aquello de seguir en la bohemia y equivocadamente te sale uno de don Omar o Daddy Yankee, que por supuesto no representan a la generación de Baby Boomers a la que perteneces.

Bares, donde puedes hallar la más fascinante e ingeniosa de la literaturas; ‘’Hoy no fío, mañana sí’’, ‘’Regresa hijo mío, mi único pecado fue fiarte’’, “No deseo que nadie me quiera mucho con que no me jodan es suficiente”, “El agua la da Dios, pero los vasos los compro yo, ¡10 centavos el vaso de agua!”, “No se permite hablar de política o religión en este establecimiento, aquí somos PNP y católicos”. “Sólo se admiten borrachos fabricados aquí, los demás tienen que irse afuera, en otras palabras léase , al carajo”

De los baños ni hablemos, la literatura ahí es muchísimo más rica y prolífica en imágenes y tropos: “Si su bate es corto acérquelo más al cajón de bateo” “Orine feliz, orine contento, pero por favor orínese adentro” “Jesús viene pronto” y un poco más abajo “¡Entonces, qué carajos haces que no vas y lo buscas al aeropuerto!”, una raya roja bien arriba en la pared y más abajo “Si tu chorro llega hasta aquí, el Departamento de Bomberos te necesita” “Para sus necesidades favor de usar el baño, en español quiere decir ¡no mee afuera hay vecinos”!

Me fascina la literatura de bacineta, hay muchas más ideas que en los escritos neoliberales y pitiyankis (en Puerto Rico, una persona que quiere parecerse a los americanos) de Luis Dávila Colón, Miriam Rosario de Ferrer o cualquiera de los blogueros pro anexionistas.

Como sea, beber ron en estos lugares es una verdadera experiencia de vida, además hay mucho borrachos iluminados en estos lugares. Conozco gente que ha leído la Biblia más de una vez, algunos leen, hablan y escriben mandarín, son expertos en pirotecnia e ilusionismo. Otros escriben décimas y poesía, pueden conversar sobre Seneca, el elemento escatológico en las Escrituras, Quevedo, Nietzsche, Jung, o Dewy, también hay quienes componen y realizan arreglos musicales. Así que no se equivoque y juzgue las cosas de manera “a priori” también hay sabiduría en un tipo de barra.

Desgraciadamente los estamos perdiendo; todo el mundo anda metido en Instagram, Facebook, Twitter o My Space y sin ánimos de ofender en estos sitios “cyber” ya son pocos los que se conservan o quieren permanecer “como la madre los parió”
Poeta

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