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Ars Poetica
De amor no hablo solamente.
Hablo, de la claridad, de la oscuridad, de la luz de la luna
de huracanes feroces y del medio ambiente.
Canto luna, canto pájaros,
canto hojas, canto vientos y canto arboles al viento.
Canto y hablo de laberintos y de grutas.
Canto al mar y al rio
con mi Lyra solitaria y sin cuerdas.
Canto de las piedras del cielo,
De la tierra, y del mar.
Supina tierra, con montañas como senos, como el cuerpo de una mujer.
De grutas, de mesetas, de valles, de montaña altas,
y de sueños,
yo canto.
De los besos, y los ensueños, del corazón.
Directamente, de tu ternura,
y de tus besos, yo canto.
Canto, en suma, de silencios,
de olvidos y de recuerdos.
De las olas, en vaivenes, y las espumas del mar.
De amores, llegando, y amores partiendo.
Hablo, de la bella vida, y de la dulce muerte.
Sueño y hablo, de la incandescente Patria.
Y digo que todo patriotismo empedernido es dañino.
Hay un país en el Mundo.
Los pobres no tienen pais.
El mundo es de los ricos y los poderosos.
Y yo digo que todo atrazo es deliberadamente
planeado por los poderes que son para mantener
oprimido al pueblo.
Y el que se niega a aprender es enemigo de la Humanidad.
De lo que viven solos, de los que no aman, canto.
No los abandonos porque viven solos y no aman.
De amor defectivo, escribiré y cantaré.
De que todo es cambio, versiones e ilusiones.
Del pájaro que canta en la rama, y de los hombres, y de las mujeres que fueron.
Hablo de lo que se robas el viento.
De los viejos, y de los nuevos tiempos.
De recodos, y vueltas, de partidas, regresos, y de estaciones.
De las cuatro estaciones:
Primavera, verano, otoño e invierno.
Estoy recordando las hojas de otoño, y del árbol que después quedas desnudo.
Y de un árbol en particular, en el cual se mantenía,
una hoja ya seca que se había negado a partir.
Enamorada del árbol, tal vez.
Del corazón yo hablo, y de la amistad.
De amigos muertos y amigos viviendo.
De apretones de mano,
y de miradas furtivas.
Del mundo desnudo, del día bello, en todas sus manifestaciones.
Es claridad y certidumbre en mi vida mi amor declarado.
De sueños yo hablo y de encuentros.
De besos dados.
De besos robados y marchitados.
De la vida toda yo canto.
Yo hablo solo y de la vida sola y toda entera.
De amor solo no canto.
De la vida misma de piedras azules.
Con voz dulce y amenazante
Yo canto.
Y de que al fin de cuentas todo es amor.
©Rafael Pérez
Derechos Reservados
Firma:
Este hombre,
aquel hombre,
esta mujer,
y aquellas,
son todas,
las mujeres,
y son todos los hombres.
Los que se posan en la vida,
las que se posan en la brisa,
los que se posan en los robles.
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Poeta
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Un pájaro, dos pájaros, tres pájaros,
voy contando pájaros,
según pasan volando.
Este pájaro,
aquel pájaro,
son todos los pájaros.
Los que se posan en las ramas,
y los que pasan volando.
Una mujer,
un hombre, dos hombres, tres hombres,
voy contando,
hombres y mujeres,
mientras pasan,
caminando.
Este hombre,
aquel hombre,
esta mujer,
y aquellas,
son todas,
las mujeres,
y son todos los hombres.
Los que se posan en la vida,
las que se posan en la brisa,
los que se posan en los robles.
El pájaro cantas,
la mujer, el hombre,
se enamoran,
y el tiempo vas pasando,
contándoles las horas.
Una hora, dos horas, tres horas,
voy contando horas,
según pasan volando.
Esta hora,
aquella hora,
son todas las horas.
Las que se posan en el cuerpo,
las que se pasan volando.
©Rafael Pérez
Derechos Reservados
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Poeta
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Dame alas, viento, llévame contigo,
para volar, como tú, por los caminos, en tu vuelo.
Labios, para ir, como tú, por los caminos, besando,
todo, lo que me sales, al encuentro.
Alas, porque quiero,
como tú, volar, cerca de los cielos.
Dame ojos, tú que lo has visto todo.
Por los Caminos, que tú, has recorrido.
Viento amigo, viento viajero,
viento despeinado, viento callejero, viento marino.
Porque, como tú, estoy buscando,
todo lo que persigo y anhelo.
Dame amor, dame alas, dame nido, viento.
Dame alas, viento, para volar, solitario,
como tú en tu vuelo.
Acércate a mí, llévame contigo, dame vida,
viento.
Alas, viento, para volar, solitario, como tú en tu vuelo.
©Rafael Pérez
Derechos Reservados
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Poeta
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Los hombres y las mujeres que fueron,
que en otros tiempos vivieron, que otra suerte tuvieron, a ellos
¿quien los buscas; a ellos quien los honras; quien los mientas;
de ellos quien se acuerda?
¿Quién se acuerda de los tiempos en que vivieron,
de los tiempos en que ellos fueron?
¿Quién sabe, quien conoce los amores
que supieron; las penas que tuvieron,
los miedos, los desaires que vivieron?
¿Quién sabes de los odios que habitaron
sus almas, de sus miedos, de sus esperanzas,
quien sabes de los celos que sintieron?
¿Quién conoces, quien ha probado de las angustias
que pasaron; las lágrimas que derramaron?
¿Quién sabes de lo que creyeron, de lo que pensaron?
¿Quién sabes, ni se acuerda, de todo lo que fue?
De todo lo que se perdió, de todo lo que el viento se llevo?
¿Quién los buscas y no los encuentras?
¿Quién sabes o pregunta por sus dias,
por sus soledades, por sus noches vacias?
¿Quién se acuerdas de sus vidas,
quien las mientas sus vidas ajetreadas, jaladas,
sus noches despiertas?
¿Quién hablas de los errores que cometieron,
Que no hay quien los remedies, de los sueños que perdieron?
¿Quién sabes de los sinsabores, quien sabes y quien se acuerda,
de los triunfos que tuvieron?
¿Quién se acuerdas de sus hijos, de sus hechos, de las obras
que empezaron que tal vez no terminaron?
¿Quién se acuerdas de lo bueno que ellos hicieron?
¿Quién quisieras invertir su tiempo,
meditando en ellos, pensando en ellos, el tiempo que le queda?
¿Quién hablas de ellos, quien escribes de ellos,
quien de sus adioses con panuelos?
¿Dónde están sus labios, sus palabras al viento,
sus cuerpos, sus fuerzas, sus almas, lo que sintieron
por dentro?
¿Quién los buscas, quien los llamas,
quien que no es de su patria,
quien que no estas casado con una de sus hermanas?
Nadie respondes de ellos, nadie respondes por ellos.
De los hombres y de las mujeres que fueron,
que en otros tiempos vivieron, solo el polvo queda;
y en el viento, el soplo de su vida, casi nada, nada queda.
No hablan ni el cielo, ni las piedras,
ni las nubes, de su ida o de su llegada.
Y entre los hombres vivientes,
queda tal vez, mención honorable,
si fueron grandes mujeres o hombres.
Quizás su nombre lo lleva alguna calle vieja.
©Rafael Pérez
Derechos Reservados
De “La hojas no se despiden.”
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Poeta
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El Pajaro Canta En La Rama.
El pajaro canta en la rama…..
Y un dia dejas de cantar…
De la cancion y del pajaro,
no queda nada, nada queda.
Las nubes pasan blancas….
las nubes pasan viajeras,
nubes blancas, pasajeras.
De su pasar un dia no se habla,
nadie las mientas,
y no queda nada, nada queda.
Las rosa nacen rojas,
en el rosal….
Rosas rojas, bellas rosas, rosas, de las abejas,
visitadas por las abejas, del panal.
De las rosas y del rosal, de las abejas,
un dia,
no queda nada, nada queda.
La mujer nace un dia,
bella, atractiva,
vive su juventud,
hace el amor.
Pero un dia, de la mujer y su belleza;
de la mujer y sus labios, de su vivir un dia,
no queda nada, nada queda.
El hombre nace un dia, nace hombre.
Nace fuerte, altivo, desdeñoso,
vive su juventud, hace el amor;
pero del hombre y de su fuerza;
de su vivir un dia,
no queda nada, nada queda.
De la vida vivida, de la vida soñada,
de la vida tomada, de la vida embriagada,
De la vida de un dia, de la vida pasada;
de los caminos recorridos, de los tiempos vividos,
de las noches viradas, de las noches volteadas,
no queda nada, nada queda.
De la copa volteada, de la vida desgranada,
de las noches como esta, de las noches soñadas,
no queda nada; nada queda.
©Rafael Perez
Derechos Reservados
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Poeta
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Soy todo corazón.
Soy todo corazón,
pero te pido prestado
el tuyo,
para ponerlo junto al mió,
y escuchar sus latidos.
Soy todo corazón, para ti, y me quedo
cerca de ti, para entregártelo,
cada vez que me lo pida.
Soy todo corazón, y para ti,
me vuelvo todo ternura.
Soy todo labio, para besarte,
para recibir tus besos.
Soy todo brazo para abrazarte;
para traerte a mí, y en mis brazos,
apretarte contra mi pecho.
Soy todo pecho para sentir tus pechos
contra el mío.
Y para amarte soy todo cuerpo.
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(c)Rafael Perez
Derechos Reservados
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Poeta
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Flor de amor,
de piel, de corazón.
¿Y las alas?
De puro amor hechas.
Y le dan vuelo.
Al corazón,
a la vida.
Alas de amor,
que llevan al cielo.
Alas de amor,
que llevan lejos.
Alas,
solo eso,
alas de amor,
olas de amor,
que queremos,
para nuestro vuelo.
***©Rafael Pérez Derechos Reservados
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Poeta
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Me tomé un trago de ti.
Me tomé un trago de amor.
Ese trago,
hizo saltar,
de los poros de mi piel,
por todos lados,
la alegría.
Me Tomé un trago de besos y abrazos
que desterró para siempre
de mi corazón la agonía.
Me tomé un trago de ti,
y recibí todos tus abrazos,
y exploto el amor en mi corazón.
Sentí tu cuerpo con el mío
pedazo a pedazo.
Y siempre sueño con volver
a ti y a tus brazos.
Me tomé un vaso de amor en la brisa
y me llevo a tu regazo.
Me tomé un trago de ti.
Me tome un trago de amor.
©Rafael Pérez
Derechos Reservados
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Poeta
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El viento tiene alas como el amor.
El hombre tiene alas, alas que en el amor, le dan vuelo.
El viento, lleno de esfuerzo, como el hombre, arrasas con todo.
El viento, estas, siempre despierto, el hombre enamorado, nunca duermes, pensando en su amor.
El viento, se dejas ver, el hombre, en el amor, es claro, y transparente.
El viento, levantas, su voz, a veces, en lamentos.
El hombre enamorado, escribes, canciones, levantas su voz, para dejar escapar, su alegría, o el dolor, en su pecho.
El hombre en el amor, cultivas rosas, recoges, recuerdos.
El viento,
deshojas rosas, recoges hojas, y se las llevas, lejos.
El viento, con sus brazos, te abrazas, y te envuelves.
El hombre en el amor quieres, abrazarte, y envolverte.
Como el hombre, siempre, el viento, se enamora.
Como el hombre, siempre, el viento, estuvo enamorado, muchas veces, y un dia.
©Rafael Pérez
Derechos Reservados
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Poeta
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Precisa, la oscuridad, oscura, consciente
de lo que encierra, es toda oscuridad.
Consciente de toda su extensión.
Despliegas su magia,
de robar a los ojos,
su poder de ver,
y todo lo esconde.
Para hacerla menos dura,
la luna, suavemente,
la alumbra con su luz,
y la convierte en noche.
Donde son felices,
de estar juntos, y amarse,
los enamorados.
Y los sueños se presentan fieles,
a los que están acostados.
Precisa, la oscuridad conoces,
sabes su misión.
De paulatinamente,
convertir el día en noche,
y ser discreta y vibrante guarida
de besos y amantes.
©Rafael Pérez Derechos Reservados
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Poeta
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