Poemas :  Amor Importuno
Dos dudas en que escoger
Tengo, y no se a cual prefiera,
Pues vos sentís que no quiera
Y yo sintiera querer.

Con que si a cualquiera lado
Quiero inclinarme, es forzoso
Quedando el uno gustoso
Que otro quede disgustado.

Si daros gusto me ordena
La obligación, es injusto
Que por daros a vos gusto
Haya yo de tener pena.

Y no juzgo que habrá quien
Apruebe sentencia tal,
Como que me trate mal
Por trataros a vos bien.

Mas por otra parte siento
Que es también mucho rigor
Que lo que os debo en amor
Pague en aborrecimiento.

Y aun irracional parece
Este rigor, pues se infiere,
Si aborrezco a quien me quiere
¿qué haré con quien aborrezco?

No se como despacharos,
Pues hallo al determinarme
Que amaros es disgustarme
Y no amaros disgustaros;

Pero dar un medio justo
En estas dudas pretendo,
Pues no queriendo, os ofendo,
Y queriéndoos me disgusto.

Y sea esta la sentencia,
Porque no os podáis quejar,
Que entre aborrecer y amar
Se parta la diferencia,

De modo que entre el rigor
Y el llegar a querer bien,
Ni vos encontréis desdén
Ni yo pueda encontrar amor.

Esto el discurso aconseja,
Pues con esta conveniencia
Ni yo quedo con violencia
Ni vos os partís con queja.

Y que estaremos infiero
Gustosos con lo que ofrezco;
Vos de ver que no aborrezco,
Yo de saber que no quiero.

Sólo este medio es bastante
A ajustarnos, si os contenta,
Que vos me logréis atenta
Sin que yo pase a lo amante,

Y así quedo en mi entender
Esta vez bien con los dos;
Con agradecer, con vos;
Conmigo, con no querer.

Que aunque a nadie llega a darse
En este gusto cumplido,
Ver que es igual el partido
Servirá de resignarse.
Poeta

Poemas :  La Sentencia del Justo
Firma Pilatos la que juzga ajena
Sentencia, y es la suya. ¡Oh caso fuerte!
¿Quién creerá que firmando ajena muerte
el mismo juez en ella se condena?

La ambición de sí tanto le enajena
Que con el vil temor ciego no advierte
Que carga sobre sí la infausta suerte,
Quien al Justo sentencia a injusta pena.

Jueces del mundo, detened la mano,
Aún no firméis, mirad si son violencias
Las que os pueden mover de odio inhumano;

Examinad primero las conciencias,
Mirad no haga el Juez recto y soberano
Que en la ajena firméis vuestras sentencias
Poeta