Poemas de humor :  La Familia Burrón
“Producto de un excelso don . . .”

Pido a damas y a señores
que le rindamos honores
a un mexicano afamado,
por el mundo renombrado.

Don Gabriel Vargas Bernal,
hombre de ingenio genial,
ser pensante, puro artista,
dibujante, historietista.

Para el gusto de la gente,
forjó la idea en su mente
de “La Familia Burrón”,
tan famosa en la nación.

Crítica excelsa en humor,
de muy popular color,
plasmada en una revista
bien agradable a la vista.

Entintados ejemplares
de ilustraciones impares,
narración extraordinaria
más real que imaginaria.

Bajo el lenguaje del barrio,
el texto, léxico vario,
“capirucha” capital,
retrato sensacional.

De popular vecindad
tan llena de amenidad,
que ve en papel reflejada
su carencia esperanzada.

Mis recuerdos son sinceros,
ahorraba algunos dineros
en pos de hazaña genuina,
ir al puesto de la esquina.

Cierto día de la semana
por la lectura más sana
de magna publicación
que guardo en mi corazón.

Cómo olvidar el relajo
en el “Callejón del Cuajo”,
sueños, retos y avatares,
alegrías tras los pesares.

De la “Borola Tacuche”,
de monerías un estuche
la maravillosa “güera”
que, de todo, hacía una guerra.

Muy bien emperifollada,
con sus “joyas” tan forrada,
a “Don Regino Burrón”,
leal, paciente, un Señorón.

Peluquero del decoro
su negocio el “Rizo de Oro”;
“Macuca”, hija consentida,
la “Pecocha” preferida.

“Reginito”, hijo educado,
“El Tejocote” apodado,
formado, así, en la “Academia”,
la formalidad se premia.

“Foforito”, hijo adoptado
a la música apegado,
perro “Wilson” de la casa,
el de indescifrable raza.

Los quise, poquito a poco,
al “Tractor Floro Tinoco”,
a “Susano Cantarranas”,
pepenar, libar con ganas.

Al “Príncipe del desgano”
“Avelino Pilongano”
con su mamá “Gamusita”,
linda, tierna viejecita.

A la muy “Bella Bellota”
de hermosura que se nota,
a la gran “Boba Licona”
que por nada desentona.

Tan solo cité unos cuantos
de esos “monos”, pues, son tantos,
podrán verse en “Wikipedia”
o en alguna enciclopedia.

¡Ay, “La Familia Burrón”!,
lectura de tradición
que inició, según se cuenta,
antes del año cincuenta.

Mediados, siglo pasado,
que tanta alegría ha brindado
con los variados bagajes
de múltiples personajes.

Caras de la clase media
baja, comic comedia
de típica sociedad
desnudada sin piedad.

En los más de mil seiscientos
capítulos, hoy cimientos
de nuestra cultura urbana
cada vez tan más lejana.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 25 de mayo del 2021
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Poeta

Poemas de reflexíon :  Don Gabriel Vargas Bernal
“Un artista, . . . excepcional.”

Vámonos con muchos tientos,
año de mil novecientos
quince, sin soslayo de algo,
México, Estado de Hidalgo.

Tulancingo vio nacer
al que, más tarde, iba a ser
genio de los “meros, meros”
motivador de “moneros”.

Don Gabriel Vargas Bernal,
un creativo original
al que Dios le diera un don
llevándolo hasta el Japón.

Ganando un segundo premio
de dibujo por su ingenio,
mas, tuvo triste desliz
negándose a ir a París.

A disfrutar de una beca,
por el jornal sí se peca,
necesidad de un salario
que le diera Excelsior, Diario.

De información harto sana
con poca paga de “lana”;
bajo estos versos celebro
su inteligente cerebro.

Los triunfos, en él, normales,
sus dos Premios Nacionales
de Periodismo y de Artes,
predestinado, desde antes.

Magno caricaturista,
nadie le perdía la pista
en pasquines ilustrados
dando vida a “Los chiflados”.

A “Sherlock Juan”, “Pancho López”,
con el lápiz, con sus dotes,
a “El gran Putin”, “Los del Doce”,
gráfica lo reconoce.

“Sopa de perico”, enlisto,
y por “La vida de Cristo”,
recuerdo solo unos cuantos
de sus coloridos cuentos.

Don Gabriel se cuece aparte
como ícono del arte
en cultura popular,
lo que lo hace singular.

En talento puro artista,
dibujante historietista
de “La Familia Burrón”,
renombrada en la nación.

Como olvidar el relajo
en el “Callejón del Cuajo”,
la típica vecindad
bien llena de amenidad.

De imágenes, de grandeza,
de simplicidad, belleza,
hijas de sus percepciones
de sesudas emociones.

Plasmadas en el papel
con barnices de oropel,
Doña “Borola”, “Regino”,
forjaron su leal destino.

Con “Macuca”, “Reginito”,
perro “Wilson”, “Foforito”,
los personajes primarios
junto a muchos secundarios.

Caricaturas de talla,
pienso en “Filemón Metralla”,
“Don Susano Cantarranas”
que, al libar, le echaba ganas.

Cómo me acuerdo, ¡mi hermano!,
de “Avelino Pilongano”,
todos creados por la fiel
mentalidad de Gabriel.

Cuantas lecturas supremas,
se me pasaban las penas,
nunca se cansó mi vista
leyendo feliz revista.

Dicha obra sigue inquieta,
una colección completa
muestra un Museo de Florencia,
en Italia real presencia.

Lo percibo en su escritorio,
su estudio, su adoratorio,
sobre cartulinas, gises,
manos de mil directrices.

En restirador de oficio
diseñador de artificio,
por pinceles, colorantes,
¡quién trabajara como antes!

Su chispa no decrecía,
hasta veinte horas al día
de trazos sin un pretexto,
cruel embolia obtuvo, presto.

Aún con la enfermedad
laboraba sin piedad,
tres décadas siguió dando
inspiración, ofrendando.

En dos mil diez falleció,
solo así ya no ejerció
la profesión de “monero”,
nada dejó en el tintero.

Su equipo, plumas, pinturas
de diferentes texturas,
los resguardan entrepaños,
¡cómo han pasado los años!

Mas, gloria no lo abandona,
es cátedra en la Sorbona
por sociedad mexicana,
en Francia su extensa fama.

Mi homenaje, pleitesía,
con esta humilde poesía
a Gabriel Vargas Bernal
ser humano . . . excepcional.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 25 de mayo del 2020
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Poeta