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La mirada en el albor©
Mi llanto se duele y abandona
en los páramos pintados por la ceguera
de la pérfida arrogancia del capricho;
por la necedad del viaje a ningún lugar,
por la brevedad de la mirada en el albor
que como huyendo escapó.
Mi llanto se duele mientras canta
y se viste de noche oscura para confundirse
con la bruma y el murmullo de los recuerdos;
para alejarse sin una despedida
quedando cosido a ninguna esperanza,
colgado en el olvido de lo que ya no es.
Escuchas la triste melodía
de la vieja canción que habla de amor,
y el llanto de los hombres
-acerba nota en único pentagrama-
se retuerce en el alma
muriendo otra vez a las puertas…
de aquél lejano albor.
©Jpellicer
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Poeta
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Somos©
Somos la canción que entre sus notas nos lleva,
la música suave que llega al corazón;
somos la experiencia de la luz
en el umbral desconocido de la esperanza;
un roce con la exquisita sencillez de la fragancia
asidos del alma al instante de místico silencio
abrazados a lo que fue nuestra última palabra.
Somos como ayer y mañana
en las quimeras desbaratadas
por los que dejaron de estar;
la ira y la vergüenza
en la cara oculta de nuestras noches mas oscuras;
somos los trozos de perdón
que quedaron esparcidos en los arrabales de la indiferencia,
somos como ellos;
… somos todo.
En este hoy de sombras,
de eclipses de amor en horas confundidas;
en este mar cautivo de sueños
entre solitarios acantilados,
vamos siendo los gigantes pequeños
que perdieron la fuerza
en los templos construidos de amarguras.
Camina el hombre
siguiendo la estela de lo que dicen que es,
…de lo que dicen que somos.
©Jpellicer
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Poeta
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Caminos tiene la vida©
Caminos tiene la vida,
los que nos llevan a ninguna parte
o aquellos más lejanos que parten sin llevarnos;
los que presurosos a ciegas seguimos.
También se hacen como nuestros
todos en los que dejamos y perdimos las fuerzas
y el aliento de los momentos.
Caminos tiene la vida,
convergentes en la nada
y brindando horizontes obrados
en la desdicha de la tragedia;
en la ampulosa necedad de la mano
asida a la providencia de un dios miserable.
Caminos que van marcando
sendas infinitas que tantos recorrieron,
abriendo los ojos por encima de los gélidos páramos
de las almas rebeldes que entre sus brumas
fueron quedando serenamente aquietadas
en la vírgula que separa la vida de la muerte.
©Jpellicer
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Poeta
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Noches que se esperan©
Llega la noche envuelta en capa de silencios,
en cielos de voces inventadas
imaginadas en el manantial de la vida
que espera la aurora para hacerse verdad.
Precisos los instantes que se tientan
en los murmullos tenebrosos de los miedos sin sentidos,
dejando esparcidas cadenas de aflicción
que arrastran silenciosas todas las lágrimas
que aún no llegaron…
¡Y se esperan!.
Extraños los silencios y los colores,
unos para llenar el universo de cada hombre;
extraños y ajenos en la añorada beldad
de la cara estropeada por un ayer apenas sin vivir;
extraños y lejanos como las manos vacías de tanto dar,
temblorosas de tiempo y miedo.
Llega la noche envuelta
con la conciencia entre la bruma,
y la esperanza presa…
de todas las estrellas.
©Jpellicer
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Poeta
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Mimos para los ojos© (para María Luisa, que sabe de silencios y bellezas…)
Flor que te inventas cada día, haciéndote esperar… que llegas envuelta en mágica y bella danza con el beso del rocío regalando mimos para los ojos y caricias para el alma; miedo a perderte en la confusión del día, gozo de saberte, de nuevo, cosida a cada amanecer.
Son los corazones enamorados prisioneros de tanta belleza dejándose morir, como aquél primer día, en las suaves alas de las mariposas; aleteos de silencios tras estelas de pasión.
Pequeño gran detalle, verte y no verte: sentirte y no poder poseerte.
©Jpellicer
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Poeta
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Viejos puertos de la vida ©
Unidos a los momentos
por las delicadas hebras de los días,
y abandonados a la suerte de los perdidos
en los lances inolvidables
de los trasiegos del amor,
vamos como aquellas viejas barcas
lamiendo las orillas de la vida,
buscando refugio, amarrados,
aferrados al tiempo del ayer
confundidos entre las nubes de los recuerdos.
Queda en la mirada grabado el gesto,
la palabra en el corazón;
confundido el beso entre el murmullo de las olas
y las caras, que ya no se ven, robando un nuevo ocaso;
van quedando amontonadas las soledades, todas,
también las vividas entre risas y sueños.
Como la viejas barcas de aquél viejo puerto
se siente el hombre atado a lo que fue;
viviendo la caricia de la brisa,
sintiendo en las manos los mimos de la sal,
buscando la orilla…
…sin saber llegar.
©Jpellicer
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Poeta
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Se adivina la luz más allá de la noche
donde descansa la pena
quedando enhiesto y vivo el recuerdo
de presencias doblegadas por ausencias,
dejando al aire el aroma de las caricias
y los silencios de las despedidas.
Se adivina la luz en las sombras
de los paseos cogidos de la mano
en el mañana que canta a la esperanza,
en este presente que mata la certeza
de todo cuanto ha de llegar,
se adivina el canto libre que escapa a la emoción
y la mística de la palabra te quiero;
se adivina la pureza del sentimiento
que vive preso en este azul impuesto.
Que vivo pegado a la luz que no llega
soñando despierto el mañana que espero,
que vuelo sin alas, sin rumbo ni tiempo
creyendo llegar sin haber podido ser,
que vivo pegado a la luz
que va dejando la sombra de tu figura
…que ya no está.
©Jpellicer
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Poeta
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[img width=300]http://www.los4murosdejpellicer.com/fotografias/Los%20silencios%20de%20los%20dias%20vividos%C2%A9.jpg[/img]
El silencio de los días
se hace más profundo que los abismos
de la propia conciencia,
más fuerte que el dolor que se intuye
en el gesto retorcido de la pena;
más verdadero que el frio
que dejan las palabras inventando
los surcos de miseria que sin azotar
laceran todas las voluntades.
Refugio donde asilarse, reclinar la cabeza
y escuchar el adiós de otro momento
que se siente ajeno;
para sentir la calma que olvidó
a su paso la tormenta que afligió el corazón,
refugio para sentirse vivo después de muerto.
Silencios en danza con las soledades del alma
acunando lágrimas que buscan su horizonte
para perderse en las arrugas infinitas
de una faz desconocida, en otro día vivido.
Jpellicer©2015
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Poeta
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En la piel marchita
se concilian los momentos vividos
dejando espacios blancos para el perdón,
para que las miradas vuelvan su cara
a la ingenuidad de una sonrisa,
de un simple soplo de esperanza
con que acallar la pena que fluye
como agua de tormenta
en el manantial de la conciencia.
En la piel marchita
se dibujan los anhelos por vivir…
formando surcos en los caminos incomprendidos
donde barrizales inmensos amasados por la duda
ciegan la belleza del ocaso soñado despierto;
caminos confundidos por huellas marchitas
ajadas por los silencios que estallaron
en el clamor de una verdad.
Es la piel de la vida
que se entrega voluntaria a los días,
que se arrastra por un beso
perdiéndose en el miedo de la noche,
amando y muriendo en la concordia
de la resignación que no sabe del universo
que pervive límpido en el silencio
de una simple caricia.
©Jpellicer
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Poeta
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La soledad es el rincón
donde el poeta llora
retorciéndose entre sus miedos,
donde el amor aún se espera
y la caricia vive empañando los espejos.
Los miedos del poeta
que se hacen voz, y viven, y llegan…
y no mueren.
El rincón del poeta,
universo donde vida y muerte
se cortejan arrebatándose
el soplo de esperanza
dejado por el recuerdo,
único espacio donde
arrastrado de sus versos
enzarzado en trágico y vital lance
con su yo desconocido,
se hace grande en su miseria
y fuerte en su pobreza,
viviendo para siempre
con la pena de no haber sabido
porqué luchar… y para qué vencer.
Jpellicer©2015
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Poeta
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