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El libro
El libro, es una obra llena de amores, de ciencias y sentimientos Es un papel pergamino cargado de colores, de frescuras y conocimientos Manuscrito pintado, que lleva olores, escritos y descubrimientos Es el pensamiento del hombre, de su inteligencia con argumentos Fuente inagotable de cultura, de riquezas y tratamientos Es lo más hermoso tenerlo entre las manos, abierto, lleno de estrellas y reconocimientos
El libro, es una nube cargada de ciencias y comprensiones Es un compendio de sabiduría, llena de datos, estadísticas e informaciones Es el saber de la educación, con talentos llenos de investigaciones Lleva un propósito de raciocinio y reflexión, atiborrado de satisfacciones
Desde las antiguas civilizaciones, el hombre ha utilizado la escritura En pinturas rupestres, tallas en piedra y huesos de sus criaturas Narraciones, que quedaron grabadas en generaciones de sus aventuras En huesos, marfil, papiros, en cueros de animales y sus armaduras En paredes, en cuevas de jeroglíficos, de colores de sus hermosuras
Los libros son selvas de árboles, el saber de sus hojas conseguidos Es una antorcha del saber, cuando se abre a los sentidos Es un volcán, que erupciona imaginación y sapiencia compartidos Es un nevado, que permanece de sus hojas sin abrir congelado
El libro es un riachuelo cristalino, de saberes despertado Es una fuente, es un cráter, lleno de energías y propósitos visitados Es un huracán, que lleva prisa para abrirlo de imaginaciones soñados Vendaval, que no da tregua en sus conocimientos de gustos deseado
El libro es un placer, es una alegría, que comparte sonrisas, quereres y amores Abren y cierran ventanas y puertas del ingenio, que inundan escritores Libros de poetas, con sus bellas poesías y versos encantadores De científicos, de historiadores, de novelistas, de narradores De cuentos y leyendas, de fantasmas, de éxitos premios de sus autores Se apaga la vida de un árbol, del aire puro de la naturaleza Y se abre un libro, para engrandecer la ciencia y su inteligencia
No hagas de su vida un libro sin abrir, esperando el día para deleitarlo Tal vez el tiempo ha pasado por encima y en la vejez no hay espacio para cultivarlo Ni las fuerzas necesarias para abrirlo y se perderás las bellezas que no quisiste descubrir Que esperaron en los libros hermosos y en sus manos permanecieron dormidos sin abrir Y de aquellos amigos que se quedaron de sus saludos y abrazos sin compartir
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga sep 11-2020
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Poeta
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¿Por qué huyes, mujer?
Por qué huyes, mujer y te alejas eludiendo mi presencia Te volviste indiferente, clavándome el puñal de tu sentencia Perdóname mis atrevimientos y la cultura de mis imprudencias No volveré a mis andanzas y seré del alcohol, la abstinencia No seré capaz de soportar los amores y las pasiones de tu ausencia Las paredes se caen solas y el jardín sin flores se marchitan, eludiendo tus advertencias
Por qué te escabullas mujer y en silencio te escondes y me abandonas Si yo lo que quiero es bajarte la luna y de sus rayos te ilusionas Ser tu lucero que siempre te acompañes y el que tú siempre ambicionas Quiero que seas mi volcán y en mi boca tu lava hirviente erupcionas Quiero que seas mis cartas, mis naipes, mi ajedrez y mi reina juguetona Quiero que seas mi temblor, que tu corazón con pasión aprisionas Quiero que alejes a todas mis pretendientes, que por las ventanas se vuelven chismosas y mironas
Por qué me evitas mujer, y en las tinieblas de la oscuridad tiende a desaparecer Por qué tus rayos y centellas me fulminan y calcinan al amanecer Por qué no te dejas amar y querer y con una orquídea colombiana, te dejas sorprender Por qué mujer, dejas que mis lágrimas se vuelvan ríos sin comprender Por qué permites que mis ojos se cierren y mi pabilo se apague al encender Por qué me castigas con mi sufrimiento, haciéndome estremecer Por qué eres así mujer, si yo te amo hasta que mis fuerzas se apaguen al anochecer
Por qué te marchaste sin avisarme, sin adioses, ni despedidas Si tú eras la mujer, la amante, la querida, de todas mi única preferida Si tú eras mi jardín florecido, de pétalos de colores revestida Si tú eras mi licor, mi aguardiente, mi bebida predilecta, de atardeceres y amanecidas Si tú eras mis risas, mis carcajadas, de cuentos y anécdotas perseguidas Si tú eras mis amores, de mis experiencias vividas
Ya no huyas más mujer, te lo pido desde de mi espíritu y corazón profundo Mis fuerzas y energías se agotaron, voy por la vida maltrecho y vagabundo Te amé, te rogué, te acaricié, te adoré y con tu ingratitud, me enterraste sin días, sin horas, ni segundos Se me ha ido la vida persiguiéndote y ya estoy cansado, ojeroso y moribundo No valió la pena, si huiste y mi alma voló por los vericuetos del infinito desconocido
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla- Bucaramanga sep 10-2020
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Poeta
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La amenaza
Las amenazas siempre han estado ahí, advirtiéndole a la vida Siempre han causado revuelo, de riesgos permanecidos Siempre han provocado peligros de estupores sorprendidos Las amenazas siempre han causado miedos, de enfermedades desconocidas Son corazonadas, que el alma lleva consigo escondidas Son pálpitos, que estremecen al cuerpo, de guerras combatidas Causan temores y pánicos, de escalofríos de visiones confundidas
Las amenazas dejan huellas, que carcomen las espiritualidades Son alertas, que proclaman del ser, angustiosas soledades Atemorizan cerrando la mente, acrecentando dificultades Bloquean el intelecto, cercenando la ocasión de oportunidades Las pandemias amenazan y van a miles de velocidades La cobardía es una provocación, que debilita las capacidades El coronavirus es una amenaza latente y real, que aleja las risas y felicidades Debemos ser consecuentes y asumir nuestras responsabilidades No usar debidamente el tapabocas, es una amenaza, que pone en riesgo a las comunidades
La vida es hermosa, agradable, placentera y encantadora Es satisfactoria, llevadera y de amores pasionaria y seductora De familias, hogares y de amigos, de descansos soñadora De unos cuántos irresponsables, se ve frustrada y amenazadora Amenazas, que atemorizan la supervivencia, de sus bellezas encantadoras
La amenaza de la vida, no solamente está en el virus que lo anida Sino en aquel miserable, que cree que la pandemia es un juego de avatares desconocida De aquel desprevenido e ignorante, que se pasa por la faja las leyes y normas establecidas Del delincuente, que atemoriza con un puñal, la sangre del inocente de llantos estremecida Del político corrupto, que se roba las ayudas de la pandemia, de ruegos prometidas
La pandemia es una amenaza cruel, que altera la vida llenándola de preocupaciones Ocasiona daño al cuerpo, al alma, al espíritu y a los corazones Es un reto y una provocación, que nos llena de espantos, de muertes y de imaginaciones Ámennos la vida, cambiemos el rumbo y evitemos asfixias en nuestras respiraciones Dios está ahí presto, ayudando a los científicos y médicos en sus investigaciones Pronto llegará la vacuna y el júbilo alegrará la vida, llenándola de satisfacciones
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla- Bucaramanga agosto 14-2020
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Poeta
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La libertad
¿Y qué es la tan anhelada libertad? La libertad, es el tesoro más buscado y preciado Es el regalo más grande de Dios, por siempre esperado Galopa a su antojo, por los senderos caminados Es la existencia sin miramientos, ni ataduras, soñado Es el grito de rebeldía, de emancipación despertado Es el caballo desbocado, sin controles, ni frenos imaginado Bienestar de la persona, desde la antigüedad, por siempre anunciado Paz y tranquilidad del universo, de guerras y sacrificios, batallado
El caballo, es el símbolo de elegancia, de bríos y libertades Corren y galopan a la velocidad del viento, de praderas y profundidades Siempre sus relinchos son de fortaleza, de valor y de habilidades Son la perseverancia, el empuje y la motivación de sus majestades Representan los anhelos de libertad de una sociedad, que acosa barbaridades
Qué hermoso es presenciar la cordillera de los Andes, la libertad de los cóndores Su vuelo inmenso y hermoso, de paisajes encantadores Del águila arpía, con su mirada y su vuelo desafiante de cazadores Como la golondrina, que atraviesa con su libertad los vendavales amenazadores La ballena, que surca con su imponente majestad, la profundidad de los mares multicolores Como los animales salvajes, que hacen de su libertad, la selva y sus espesores
La vida no es un juego, sino una constante batalla de necesidades Es una lucha diaria de libertad, de tiempos, de cercas, de alambrados y dificultades Es una búsqueda de amores, de pasiones y de soledades Ansias de poder absoluto, de políticos, gobiernos y autoridades Ambición y vanidad, que destruye el valor de las dignidades Tratando de dominar al débil, cercenando sus tranquilidades Es mejo dominar, que ser domado, enclaustrando las comunidades
La libertad, es una prerrogativa natural e imprescindible de los ciudadanos Derecho de la persona y deber del estado, restaurarla del ser soberano Decisiones racionales del individuo, sin pasar la raya del vecindario Sin discriminación de raza, color, credo o político, con gritos de ecos revolucionarios La libertad está en riesgo y en sus manos está defenderla con ahínco Con entrega, con amor de patria, con energías y fuerzas legendarias
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga agosto 31-2020
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Poeta
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La diabla De vestimenta negra y capa roja
Una noche de luna llena, de rayos luminosos brillantes Iba raudo y presuroso por la calle real, de sudores sofocantes De repente divisé en la mitad de la vía, una figura de mujer fascinante Toda vestida de negro, con una capa roja y zapatillas brillantes Cubría su rostro con un velo blanco, manchado y sangrante Entré en miedos y pánicos, me paralicé al ver esa figura escalofriante Quedé mudo, los cabellos se me crisparon en forma espeluznante Ella se movía de un lado a otro, en torno de reto amenazante Los ojos se me brotaron, nunca había visto algo igual o semejante Se movía como si estuviera bailando, todo era miedoso y desconcertante
De un momento a otro desperté de la pesadilla, me hice a un lado y seguí caminando Apresuré el paso, miré hacía atrás y me seguía de cerca, en mis espaldas observando Me igualó la marcha y el caminar, el viento soplaba de su capa roja la estaba levantando Se me adelantó, me fue acorralando y orillando, de mis respiraciones silenciando
Mi cuerpo temblaba y sudaba, el corazón latía como si se quisiera salir de su compostura Esta mujer sacó su rastrillo en forma de trinche y lo levantó con su empuñadura De sus zapatillas salían chispas, de jinete sin cabalgadura El viento soplaba fuerte, de su vestimenta negra, sacudiendo su fantasmal figura Se contorsionaba dejando entrever, su esquelética armadura Blandía su rabo con su flecha, direccionando su curvatura Se levantó el velo que cubría su cara, dejando ver las cuencas de su amargura Quedé nuevamente del horror paralizado, como muerto sin sepultura Mostraba su dentadura, como si se estuviera riendo, del demonio su fantasmal travesura
Diabla vestida de negro y capa roja, del mismísimo lucifer del inframundo De mis andares de mujeres y placeres, de cantinas de muladares de vagabundo Buscando otros quereres de amores, encontré esta mujer de alaridos de ultratumba profundos Me rodeo con su vestimenta y capa roja, de olores de perfúmenos de azufre y chivos nauseabundos Succionó la savia de mi vida, dejándome esquelético de estertores de moribundo Sin entierros, sin velorios, sin cenizas, sin despedidas quedé allí tirado Agonizante y muerto, en horas que no llevan minutos, ni segundos
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga sep 06-2020
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Poeta
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La soberbia
Hay seres que vienen a este mundo, llenos de sentimientos De estudios y diplomas, se llenan de ego de sus pobres conocimientos No se bajan de la nube y el orgullo los lleva a ser personas violentas Se creen superiores a los demás y en el interior de sus almas arrastran sufrimientos Se llenan de amargura, llorando a raudales en sus lúgubres aposentos Su prepotencia los lleva a la ira, del caos de sus remordimientos Su vanidad es tan alta, que se sienten vacíos en sus lánguidos aburrimientos Para esos seres no existe la humildad, ni modestia en sus razonamientos
La soberbia los llena a la altanería, el horror de sus vanidades Se llenan de rabia y de ira, vociferando soeces en sus abominables soledades Son arrogantes y van cubiertos de mortajas, que hieden en las oscuridades Su voracidad no tiene límites en la codicia de sus ansiedades Su altanería los carcome de odios viscerales, de sus malditas frialdades Creen que los demás les deben rendir pleitesía en sus porquerías de sus solemnidades En su interior crían cuervos y huracanes, que arrastran relámpagos de sus horribles tempestades
La soberbia, llena a la persona a ser distante, despreciativo, de llantos y lágrimas dolorosas La soberbia, estremece el espíritu, de pánicos y miedos temerosos La soberbia, impide al ser a pedir perdón, sin venias ni miradas piadosas La soberbia, es el ego del menosprecio por los demás, en estupores rigurosas La soberbia, llena al cuerpo de cosas vanas de ínfulas mentirosas La soberbia, es el sinónimo asqueroso de las prepotencias vergonzosas
Hay seres que se creen que, por su condición, los demás son despreciables Miran por encima del hombro, destilando rabias y odios implacables Son indolentes y exigen que sean únicos y por todos venerables Se visten de sacoleva y se creen todos unos seres honorables
Maldita soberbia, que hiere y mata, rompiendo ventanales y cristales Destruye la sociedad, de ambiciones fútiles y mortales Engendro asqueroso, de pánicos y llantos de atrocidades criminales Soberbia terrorífica, repugnante de egos pobres artificiales Soberbia que arrastra la muerte, sin perdón de Dios, ni de los hombres en sus tribunales
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga julio 07-2020
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Poeta
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El seminario del diablo
Una nube densa y oscura, cubría de sombras al caserío Recorrer aquellos pasillos desolados, producía escalofríos El panorama alrededor era un reto y un atenuante desafío Recorrer aquella ruta del misterio, de pánicos y hastío
En El Cerrito, Santander y Servitá su bello corregimiento Se alzan las ruinas de una maravilla, llena de lágrimas y sentimiento El seminario del diablo, de leyendas y mitos de sufrimiento De tierras hermosas y de gentes campesinas, humildes de nacimiento
De un palo de mortiño, alguien talló al mismísimo lucifer Porque al diablo en persona, algún día quería conocer Tallado en madera, alto y delgado, sus caprichos satisfacer Satanás se le presentó a aquel hombre y su cuerpo empezó a fallecer Y abandonada aquella estatua, al seminario alguien quiso esconder
Recogida como un tesoro, al seminario de Servitá la llevaron los seminaristas La gente lloraba y gritaba, que al pueblo se lo habían tomado los comunistas Y el ángel maligno de lucifer, era el amo y el protagonista De miedos y espantos, de curas y estudiantes bromistas
Los tiempos pasaron y los seminaristas huyeron despavoridos Dejando al seminario abandonado, de escombros, de pavores y pánicos permanecidos Edificación colonial española, de tapia pisada y pisos de ladrillo cocido Pasillos y zaguanes donde habita lucifer, con el diablo dormido
Las ruinas del seminario producen tristezas, melancolías y soledades Terror y estupor, al traspasar los aposentos en las oscuridades El chirrido de escaleras y el paso lento de los engendros, adefesios de las curiosidades Voces de ultratumba, que salen de los sótanos del interior de sus profundidades Rezos y agua bendita, riegan en sus alrededores, sin seminaristas, las comunidades
Seminario del diablo, convertido en ruinas de humedad y de excrementos De suspenso y de soledades, de fantasmas, de leyendas del ayer y sus acontecimientos De ambiente denso y lúgubre, tenebroso de alaridos de las entrañas de su convento Joya arquitectónica abandonada del seminario español, que una vez estuvo llena de conocimientos Paredes que guardan secretos de lucifer, de espantos, de sombras, demonios De lágrimas y llantos de sus lamentos
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga agosto 24-2020
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Poeta
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