Prosas poéticas :  Plegaria a la madre
Madre, progenitora de la vida
con cariño y devoción
nos instruyes a través de la lección
de tu experiencia vivida.

Con esfuerzo y sufrimiento
nos guías por el camino de la razón,
entiendes nuestro sentimiento,
luchas con fe y con tesón
y sin causarte ningún malestar
nos trazas las normas a seguir,
defiendes con valor el bienestar
para tener en el futuro
un mejor porvenir.

En el momento más desesperado
nos brindas todo tu aliento,
nos iluminas con la esperanza,
con valor inesperado
apartas al enemigo sediento,
con un eco de alabanza
recibes en tu noble alma
la doctrina espiritual
y con la antorcha encendida
realizas la valiente proeza
de restaurar la fe perdida.

Después de Dios estás tú
eres la luz que alumbra el camino
con incomparable virtud,
tu corazón es un remolino
que extingue el hambre y el dolor
con una ternura tan sutil
y sin tu amor propio herir
construyes algo tan útil
creando motivos por el cual vivir.

Eres lo más preciado de este mundo
lo más divino que Dios creó
dedicada con sentir profundo,
consejera que en nuestra mente ideó
una conciencia clara y de intelecto
para que la vida su curso siga
con el fervor predilecto,
eres madre, pero sabes ser amiga.

Nos recibes con los brazos abiertos
no importa cuanta maldad
albergan nuestros corazones
y con los rostros cubiertos
llenos de culpabilidad
por la vergüenza y la inmoralidad
pedimos tu perdón y tus oraciones.
A esta luchadora mujer
que sufre las consecuencias
de este mundo tan ingrato.
¡Hay que saberla querer
y abrazarla un buen rato!

Con sencillez y humildad
evocamos una plegaria al Todopoderoso,
a ti madre adorada de la humanidad
que amas al hijo rencoroso,
que a todos les das tu bondad
para ti madre querida
la que quiero y la que siempre amo
porque has llenado mi vida de felicidad.

Julio Medina
1972
Poeta

0 puntos
0 0 0