Delicada como la seda
suave, sutil y hermosa,
tan frágil como la rosa
que embellece la vereda.

Tierna y cristalina como el rocío
radiante como un rayo de sol,
inmaculada fuente de girasol
floreciendo junto al río.

Fragancia salida de la brisa,
fragmento de luz alumbrando el camino,
la felicidad poseída en tu sonrisa
es el amor sumiso que domino.

Néctar delicioso, azucarado
llegaste a lo más profundo de mi ser,
doncella y exquisita mujer
por siempre estarás a mi lado.

Fuente burbujeante de ternura,
destello del eco de mi voz,
reluciente diosa de hermosura
hasta mis brazos llegas veloz.

Sencilla y preciosa hada
delante de mis ojos te quiero tener,
eres la esencia de la nada,
eres la más linda mujer.

Julio Medina
1977