Sonetos :  Amor forajido
Yo que abrazo mis penas y el dolor que las viste,
te regalo un acaso, te prometo un quizás,
porque llueve en mi ocaso tu fulgor; además
que me enciendes las venas y me quitas lo triste.

En mis ansias resuenas como brisa que asiste
al silencio Pegaso con su suave compás
y en su vuelo repaso lo que no callarás
cuando las cantilenas me retiren su alpiste.

Me dirás: ¿no comiste ya bastantes engaños?
Te diré: ¡solo pido la pasión que me das!,
el amor forajido que me ofreces sin más

y el fragor que escondiste en mis huesos huraños.
Te diré que mi duelo se consume en tu alteza
y no hay verde en mi suelo sin tu gracia y belleza.
Poeta

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