Textos :  Plastificación en vivo.
Plastificación en vivo.

Se trata de descuartizar a una persona. Pero de descuartizarla lentamente, para que sufra al máximo. Se la puede echar a los cerdos para que los cerdos, los jabalíes, le devoren los pies poco a poco. O se puede usar la sierra mecánica, como en “Scarface” de Al Pacino. O se le pueden inyectar en vena anticuerpos contra la queratina, para que el individuo a torturar se desolle a sí mismo entre atroces dolores inflamantes. O se puede hacer lo que hicimos un día en la clase de citología de la Licenciatura de biológicas con una rata viva. Veréis. Teníamos a la rata sujeta, y le buscamos la aorta. Luego le inyectamos en la aorta un plastificante. El plastificante, una especie de gelatina, convertía en goma, en plástico, los tejidos. Me imagino que sería como si con una cuchilla de afeitar te fueran rebanando desde los pies a la cabeza. El tejido quedaba totalmente convertido en goma, en plástico. Y luego la rata ya muerta podía ser seccionada, sus órganos internos, cerebro, intestinos, pulmones, hígado, extraídos, cortados, teñidos, vueltos a cortar, y mirados al microscopio. También se puede hacer lo que le hicieron a sir William, Mel Gibson, en “Braveheart”. Sacarle las tripas. O ahogarlo lentamente en una piscina de grasa de cerdo pestilente. O la Hoguera, que es la favorita de Joaquín Sabina. Pero me quedo con la Plastificación. Queda la persona inmortalizada para siempre, indeteriorable por los siglos de los siglos. Momificada. Hace un par de años hubo una exposición, aquí en Sevilla, de cuerpos humanos plastificados, fue una exposición fastuosa, bellísima, había hasta una jirafa sabiamente plastificada y despellejada. Lamentablemente mi hermano se negó a visitarla, costaba dinero la entrada y a él nunca le han gustado las exposiciones. Hugo Chaves también se negó a contemplarla, decía que era poco respeto a los muertos. Pero a mi me pareció una exposición bellísima, estupenda, muy completa. Un lujo para estos ojos míos que han visto tanto. Hombre, en Hannibal, en la película Hannibal, Ray Liotta se come su propio cerebro. Aunque dicen los sacerdotes que nada hay que temer si se está con paz con Cristo, ni la tortura, ni la muerte. Los Judíos decían que era preferible el suicidio antes que caer en manos de la GESTAPO. Otra forma de tortura es la gota Malaya. No me refiero a una caja que te vaya torturando el dedo gordo del pie con un tornillo. Me refiero a que te depositen una gota de agua fría sobre la frente cada x minutos. No puedes dormir y te condenan a estar despierto hasta que mueres. Atado de pies y manos. En una locura terrible. ¿Cuánto daríais por un hijo o una hija o por el amor de vuestra vida?. En fín. Uno de los mayores miedos de los hombres es la castración. Hay muchos hombres que se niegan a recibir una fellatio precisamente por el miedo que tienen a la castración, son pocos, porque la lujuria hace valientes a los más cobardes, pero los hay. Uno de mis mayores miedos es la castración. Después se puede tener miedo a la pobreza, a las cucarachas, etc. Bueno, hay hombres a los que no les da miedo nada. Se arrojan en paracaídas y disfrutan, o se meten a trabajar de espías en Afganistán. Lo mismo es que es verdad aquello de que más cornás da el hambre. Confieso ser un gran cobarde. Espero no estar nunca en un trance. Y ahora se me ha ocurrido otro tipo de tortura. Algo que afecte a los canales semicirculares del oído, para que el torturado viva crueles mareos continuamente hasta morir. Joder, soy un sádico. ¿Cómo se puede estar a las cinco y cuarto de la madrugada de un sábado en una noche de insomnio hablando de estas cosas?. Los hombres que no tienen temor de Dios son capaces de todo. Un ateo puede ser el peor de los bichos, porque puede que no tenga miedo a un castigo después de la muerte. De todas formas me dijeron un día que las alimañas no tienen alma. Llegado el caso todos nos podemos convertir en alimañas, si te tocan a tu familia te olvidas hasta de Dios. Ojo por ojo y el mundo acabará ciego dijo alguien un día. Los fanáticos tampoco tienen miedo a nada. Dios os libre de caer en las manos de un fanático.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero. Viva el Sevilla y Viva el Betis.
Poeta

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