Textos :  He tenido esta noche una pesadilla horrible.
He tenido esta noche una pesadilla horrible.

Estaba con otros gays en una especie de lugar extraño en el que a cada gay se le daba su hijo. Y se veía un mueble con unas cajitas y en cada cajita había una zanahoria deforme, y los gays pasaban y recogía cada gay una zanahoria, y cada zanahoria era un hijo de cada gay. A mi no me daban una zanahoria sino que a mi y a otros nos daban un pollo asado, los demás gays renunciaban a su pollo asado pero yo me comía el pollo asado. Y luego el sueño cambiaba, era yo mucho más joven y estaba desnudo con cientos de gays desnudos a mi alrededor. Y esperabamos desnudos a que abrieran un kiosko, era un sueño muy erótico, abría el kiosko y cada gay recogía una revista porno gay, pero yo me quedaba el último y cuando iba a coger mi revista gay resulta que ya no había, y entonces me despertaba desesperado. Todos habían recogido su revista porno menos yo, que me había quedado sin revista porno. Además en el sueño todos tenían pene menos yo, yo andaba desnudo y sin pene. No sé lo que podrá significar este sueño.

Ayer por la noche hubo fiesta en la plaza de mi barrio. Yo no asistí a la fiesta. Pero mi madre estaba en los veladores de la plaza y fui a buscarla. Nada más entrar en la plaza vi a un muchacho que estaba bebiendo borracho, nada más me vio se le cambió la cara y puso una cara de mala leche y de asesino que acojona, inmediatamente dejé de mirarle, fue un milisegundo lo que le miré, pasé de él y me fui a por mi madre. Recogi a mi madre y volví a pasar por en medio de la plaza, y entonces otro chaval que estaba con sus amigos bebiendo me vio y puso una cara de asesino que me dio un montón de miedo. Solo lo miré un milisegundo y apresuré el paso para que no me viera, tenía una cara de asesino de cojones. Cuando llegué a mi casa subí al dormitorio, como tengo miedo a las cucarachas abrí la puerta del ojo de patio muy rapidamente, para ir al dormitorio tengo que pasar por el ojo de patio, y cerré la puerta muy rapidamente y me pillé dos dedos con la puerta. El miedo a las cucarachas hizo que me pillara dos dedos con la puerta. Fue poco, un segundito de dolor, pero si la puerta hubiese sido de hierro habría pegado gritos. Mi padre tenía un dicho: el que se asusta se hace su propia sepultura. Pero a mi aquellos dos chavales me dieron taco de miedo. Y no los había visto en mi vida, pero parecían conocerme.
Poeta

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