Poemas de humor :  Un Diez por ciento.
Un Diez por ciento.

La audiencia de la Tres había caído,
No podía con la audiencia de la Siete,
Y su share estaba por los suelos.
Rodolfo Cisterna, jefe de gabinete,
Sombrío híbrido de molusco y cucaracha,
Con una sonrisa de tulipán en la boca
Y un Rólex de oro en la muñeca,
Necesitaba un gran escándalo para reflotar el barco,
Que se hundía en aguas cenagosas.

Cierto torero había estado una noche
Compartiendo cama con una marquesa
Pariente directo del Rey de España,
Y de aquella noche loca con el torero borracho
Había nacido un infante del Reino.

El escándalo, ocultado sabiamente por las monjas Clarissas,
Tenía ramas colaterales que afectaban a Federico,
Poeta que presumía de ser el amante de la marquesa,
Y de ser el verdadero padre de la criatura,
Siendo, sin embargo, un gay en el armario.

A su vez Federico visitaba a Julio,
Importante hombre de negocios, gay en la cama,
Pero traficante de drogas en Sanlucar.

Rodolfo Cisterna, con un dossier que haría temblar a un Dios,
Sin pensar en las consecuencias y satisfecho de sí mismo,
Destapó el escándalo en " Salsa Amaranto" un sábado por la noche,
Y las acciones de la compañía subieron un Diez por ciento.

Al estallar la noticia las magnolias de mi jardín temblaban de rocío.

La mujer del torero, embarazada de cuatro meses, sufría un aborto.
El torero se pegaba un tiro, comido por los remordimientos.
La marquesa pasaba a ser la aristócrata más puta de España.
El niño en cuestión era designado por las cortes de la Nación heredero de la corona,
Habiéndose criado para arquitecto.
El poeta se daba a la bebida,
Todos sus poemas a una mujer de oro eran falsos, falsas las palabras de fuego y de topacio, falsas las rimas desesperadas, falsa la luna, la constelación del jacinto, el lirio de Judea, y la palabra "Dios" escrita con malaquitas.
La Cadena Siete contraatacaba con otro escándalo pavoroso.
El Hotel donde la marquesa hizo el amor aumentaba hasta el éxtasis sus ventas,
Y Rodolfo Cisterna, veraneando en Sanlucar, era atacado por un yonki con Sida,
Que le daba un tajo en la cara.

Finalmente, y para que sirva sólo de adorno, el Papa Benedicto 58,
Visitando aquel convento de Clarissas,
Sufría una caída de espanto, y se rompía el fémur.

José Garganta Profunda, el chivato,
Sobrino de Sor Angustias,
Cobraba tres millones de pesetas de la Tres
Y se los gastaba, íntegros, en el Bingo.

Y yo turisteaba en Florencia con mi hermano pequeño.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero.
Poeta

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