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Selección de poemas, frases y mensajes mais populares de historiamilagro


AÑORANZAS

AÑORANZAS.

Bajo un cielo estrellado,
acompañada del mutismo y la quietud,
viajan en mi mente, recuerdos del pasado,
los días de mi infancia, no había prisas,
no había miedos, solo asombros de inocencia,
un columpio y unos cantos cada vez que me mecía,
los juegos baladíes, las risas, las victorias,
escucho las cigarras, en aislados sonoros,
y veo tras un velo de añoranzas,
los arboles de moras, la sombra de los pinos salados,
el junco verde en mi ventana,
y las vetustas calles solitarias,
que en la niñez y juventud, mis pasos recorrieron,
con la tierna compañía de mis abuelos y mis hermanos,
cómo no recordarlos, si fui feliz a su lado,
evoco a mis queridos amigos, que ya montones se han ido,
la casa ya no existe, solo queda el eco de una remembranza,
y sigue navegando mi mente trasnochada,
pletórica de vivencias, y como ráfagas me pide,
que reconstruya lo olvidado,

¡¡¡Como queriendo decirme!!!,
morirás con el pasado y recordando a tus padres,
que con amor, te dieron la vida.

“Si no puedes, o sabes llorar entonces escribe”

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados.

LAS DOCE

LAS DOCE

Son las doce, es media noche
Es el último día del año
La ultima hoja del calendario
Y yo, brindando con mi destino.

En realidad, quisiera poder terminar hoy
Con mi vieja historia, Y empezar, otra mañana
Pero es tan mala jugada que como tatuaje
Grabada llevo siempre conmigo.

Creo que todos decimos, con cada uva
Al ritmo de las campanadas
Pensando, en que la suerte cambiara
Pero eso jamás seria.

Porque el destino, nos manda
Y esta asentado en un libro
Que nacimos para cumplir una historia
Que será cerrada solo, por un mandato divino.

Las doce, feliz año nuevo!!! Eso es lo que yo deseo
Y, que aunque pasen los años, Jamás tengas que decir
Quisiera cambiar mi historia, pues aunque triste o feliz
Es, mejor estar aquí y brindar el próximo año.

HISTORIAMILAGRO.

REHILETES LIBRES AL VIENTO

FELIZ DIA DEL NIÑO

REHILETES, LIBRES AL VIENTO.
Rehiletes, libres al viento,
prodigio acaramelado de la naturaleza,
los niños son carantoñas de amor,
pequeños girasoles al sol,
inocentes ternuras traviesas,
que como rehiletes multicolores,
giran libres al viento sin cesar ,
corazones humildes de luz encendida,
horizontes de flores, de mar y montañas,
que no se tolere más,
el desamparo de un niño,
aunque su llegada sea, sin total previo aviso,
porque siendo la semilla deseada, o no,
es un corazón que late y siente,
como tú y como yo,
los niños deben de ser amados y respetados,
inculcarles los valores familiares, sociales y educativos,
porque serán fundamentales en su desarrollo,
para que en un futuro,
existan hombres y mujeres de bien,
bendito será el hogar,
donde se encuentre un niño,
porque ahí estará siempre vivo,
el corazón amoroso de Jesús nuestro señor.

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados.

TU QUE NO TIENES NOMBRE

TU QUE NO TIENES NOMBRE.

Tú que no tienes nombre,
Pasa y escucha mi clamor,
despierta mis sentidos,
tú que no tienes nombre,
dale color a mi vida,
atiende pero guarda silencio,
aquí todo es monocorde,
soflamero y despistado,
y el camino que he tomado,
me lleva a lo mas ínfimo del infierno,
pero si mal no recuerdo,
tú que no tienes nombre,
estamos en idem del peldaño,
yo a ti, no te hago daño,
yo a ti, no te hago falta,
a mí, jamás me has extrañado,
tu tiempo es limitado,
mi vida, es lo más valioso que tengo,
y si no cuento contigo,
tú que no tienes nombre,
contaré con los dedos a mis amigos,
hoy que ya no me sobran,
y los pocos que tengo,
cada vez que los veo,
acompañarme quisieran,
para tomar una copa.

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos de Indautor.

QUIERO HUIR

QUIERO HUIR.

Quiero huir, sí, huir,
Llegar hasta en donde el mar, se funde con el cielo,
mecerme en su tranquilo escarceo,
mirar hacia el horizonte,
bañado de sol y encanto,
Quiero huir, de las voces y actitudes falsas,
que simulan zalamería,
las impuestas, por costumbre o por obligación,
de los que no tienen que amarme, sin amarme,
Quiero huir, hacia el último rincón escondite de la luna,
que me arrulle compasiva, amorosa,
y me colme de su mágico fulgor.
Quiero huir, de todo compromiso comprometido,
de todo aquello, que hace escarnio,
Quiero huir, de mis adversarios,
disfrazados de verdadera amistad,
aquellos que en realidad,
derraman malignidad y encono,
Quiero huir, del imprudente agobio que domina,
el sigiloso secuestro cotidiano,
Quiero huir, más allá de lo inexistente e inexplicable,
en donde el dolor y el triunfo fallido, se convierta en gloria,
y el plañido, se convierta en virtud,
hacer una catarsis de mi historia, sin insurrección,
para acallar, todas las guerras de mi alma.

“Si no puedes, o no sabes llorar entonces escribe”

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados.

PLUMA

PLUMA

Pluma que te deslizas, en el papel de mil colores,
que te abrazas a mis dedos,
llevándolos con el vaivén travieso,
enamorado del mar y de sus olas,
con el suave cantico de las flores,
y el mágico fulgor de los albores,
no castigues y humilles mis deseos,
pluma que te fundes etérea en un beso,
cuando cantan las cigarras y mi mano guías,
escribiéndole al ser humano,
para decirle, que se acepte intrincado o inequívoco,
menesteroso o rico, fuerte o débil,
que sepa respetarse, para que pueda respetar,
haciendo amigos, y no enemigos,
pluma compañera y amiga silenciosa,
con el clásico aroma de la tinta,
cómplice del alma, e ilusiones mías,
aliada de las letras y la retórica,
que ayudas a refrescar mi mente,
que en ocasiones se encuentra triste o enmarañada,
dándole paz, y liberación a mis ideas y sueños.

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados.

LA TEMIDA ENVIDIA.

LA TEMIDA ENVIDIA.

La temida envidia, es un sentimiento rapaz,
aquella que corroe el alma,
que pudre las entrañas de quien la posee,
la temida envidia,
la que dicen ser envidia de la buena,
que no existe como tal,
porque la envidia, es lacerante,
la misma que se funde con el celo,
es insultante e inminente,
se le teme, como a las noches misteriosas de insomnio,
de implacables sombras carroñeras,
como a la misma mentira zalamera,
por la imprecación de sentimientos y lenguas puntiagudas,
la temida envidia, es negra y putrefacta,
envidiar es minar con saña, el destino del prójimo inocente,
es placer de muchos, por no hacer nada,
queriéndose igualar, al que creen perfecto,
y solo perfecto, es el Divino,
unos tendrán su propia egregia,
otros de castigo, la maléfica envidia de por vida.

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados.

MENSAJES CON ESTRELLAS

MENSAJES CON ESTRELLAS.

En los momentos aciagos de mi vida,
busco en los sonidos eufónicos del viento,
tu voz que me consuele,
tus manos que me acaricien,
y tus besos que me alimenten.

Comparo tu risa con el universo,
te envió mensajes con estrellas,
y la luna parece preocupase,
de verme enclaustrada en tu recuerdo.

Mis lágrimas no cesan de extrañarte,
tu recuerdo sigue vigente en mí,
veo tu rostro etéreo en baladíes,
y en el refugio embriagante de tu aroma.

En cada amanecer de mi existencia te he de buscar,
en los fieles luceros matutinos,
y en la silente sombra lúgubre de mi existencia,
seguiré incansable, enviándote mensajes con estrellas.

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados.

FLECHAS SIN FRENO

FLECHAS SIN FRENO.

Cupido el niño valiente y sagas,
solicito al mundo que lo invoca,
disímil, con risa de viento,
rendido de amor, en busca de almas sin dueño,
simpático a la amistad,
de corazón carmesí encendido,
henchido de alegría va en busca de la unión,
imparcial, coqueto y voluntario,
dispuesto a clavar la flecha,
para dar en el blanco preciso de los sueños,
o en la amistad de una hermandad,
sempiterna y verdadera,
Ángel del cielo que baja en Febrero,

de cabellos rulos y pálido cuerpo,
de alas plateadas, de canto ligero,
de arco bruñido y flechas sin freno.

FELIZ DIA DEL AMOR Y LA AMISTAD.

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
D.R.

LLORO TU AUSENCIA

LLORO TU AUSENCIA.

Muerde extasiado mis labios
que se nutren de tu amor,
cántame al oído y embelésame con tu voz,
siente los latidos de mi corazón
agitándose con tu calor,
muerde extasiado mis labios
los que te extrañan en las noches de luna,
que abrazada a la almohada,
cual sombra moribunda
trémula y vigilante lloro tu ausencia,
muerde extasiado mis labios,
que la agonía de la noche se desvanece
con la inanición de tu amor,
enloquece mi alma,
muriendo lenta y exacerbada
en el sueño inalcanzable de tu presencia.

Autora: Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Indautor.
País México.

LAS HORAS

LAS HORAS.

Que largas se hacen las horas,

en la espera enigmática de tu llegada,

escucho a lo lejos, el graznido de las gaviotas,

y el oleaje tranquilo del piélago,

adormece mis sentidos apesadumbrados,

de tu evocación estoy impregnada,

aún intangible tu silueta ,entre mis manos,

me alejo de la ventana aquella,

que permite apaciguar mi alma,

tras el confín acariciante de la duda,

con quien te encuentras, que no llegas,

quien disfruta las noches cálidas en tu cuerpo,

que largas se hacen las horas, de tu llegada.

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados.

GUITARRA CANTA GUITARRA.

GUITARRA CANTA GUITARRA

Sendero de mis cantares,
la lluvia de mis pesares,
seductora guitarra,
enamorada y bravía,
cuerdas vibrantes,
en una tarde sombría,
deseando vida mía,
el rose de una caricia,
la ausencia de tu melodía,
tacita melancolía,
que agostado, grita mi corazón,
no tardes que enamorada,
te espero en mis recuerdos,
la luna que brilla tanto,
camino de tus encantos,
guitarra canta, guitarra,
canta hasta el amanecer,
pisando tus cuerdas vivo,
anhelo de mi querer,
guitarra canta guitarra,
cuando el cenzontle trina,
cuando la noche acaba,
periplo de mis tristezas,
adornado de esmeraldas,
soñando vivo, paseando trémula canto,
quisiera tocar el alba,
cuando el céfiro sopla,
cuando brilla, cuando me habla,
guitarra canta guitarra.

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados.

SE APROXIMA LA NAVIDAD.

SE APROXIMA LA NAVIDAD.
Se aproxima la navidad, y como siempre las prisas no se hacen esperar, el ambiente despide un aromatizante olor a las esencias de pino, canela y clavo, en las calles la gente, corre tras la lluvia, o tal vez la nieve, cubriéndose con paraguas, o simplemente esperando que amengüe, refugiándose en los cafés de las esquinas; aunque recordemos que en otros países hermanos, celebran las fiestas navideñas con mucho calor.
Por toda la ciudad, se pueden ver los expendios, con los montones de pinos, comúnmente llamados “arbolitos de navidad”, vendiéndose cual pan caliente, las familias gozan este momento de subir al capacete del carro el pino, para posteriormente llevarlo a casa , para ser adornado; las tiendas de regalos se encuentran pletóricas de gente, en las calles se ven los coros o agrupaciones, cantando los villancicos, sin faltar el hombre regordete de barba blanca vestido de rojo, haciendo sonar las campanas, ofreciendo la fotografía del recuerdo, pero todo el mundo con un gran espíritu navideño.
Los niños curiosos preguntando todos los días a sus padres, ¿cuánto tiempo falta para la navidad? soñando con los juguetes y dulces que llegaran hasta su hogar, hogares que brillan con luces multicolores, con el dulce sabor a chocolate caliente, galletas de jengibre y pastel de manzana. ¡Qué maravilla ser niño!
Y ni que decir de las esperadas posadas, es un desahogo darle de palos a las piñatas de los siete picos, que significa romper con los siete pecados capitales, que ya todos conocemos, y por si acaso, ya se hayan olvidado, aquí se los dejo: la gula, avaricia, pereza, ira, lujuria, envidia y la soberbia; y que me dicen de los ponches, con “el saca sentimientos” o sea el piquete, y que tal los nacimientos?, con las principales figuras representativas, que sobre sus hombros de cerámica cargan la responsabilidad de ser admiradas toda la temporada navideña.
Es extraordinariamente maravillosa la navidad, me gusta, siempre se presenta ante los ojos humanos llena de esperanza, y es que esperamos tanto de Dios, que pensamos en recibir sus divinas gracias en esta temporada, sentimos que se acaba el año y seguimos igual, quisiéramos entrar el año con nuevos bríos, y con el espíritu renovado.
La simbólica llegada del niño Dios, es mágica en todos los sentidos, queremos borrar todo el pasado, las traiciones, rencillas, ofensas, rencores, tristezas, los amores que creíamos olvidados y vuelven a encenderse, como los pétalos rojos de la flor de “Noche Buena”, sin darnos cuenta que lo único que nos falta, es la Fe en nosotros mismos, y en algunos casos recuperar los valores extraviados.

24 de Diciembre, los niños y adultos esperan con ansia la gran cena esa noche, esperando tal vez, ver a algún familiar o amistad, que se encuentra lejos, y nos diera esa noche la sorpresa, alguna tarjeta que nos hable de amor, así mismo evocando los que ya partieron, pero siempre sin perder el objetivo, de pasarla bien, abrir los regalos del intercambio, convivir con la familia y los amigos, levantar la copa, y por supuesto desearse una ¡Feliz Navidad!
Pero, no todo es color de rosa, porque habrá quien pase desapercibido por estas fechas, como aquel que pide limosna, que camina descalzo por las calles, recordemos que hay de todo en la viña del Señor, en esta temporada abramos nuestros corazones y demos un poco, no de lo que nos sobra, sino compartamos lo mucho o lo poco que Dios nos ha dado, y sobre todo, pensar que son tiempos de recogimiento y oración, dejar por un momento la soberbia y perdonar, es bueno hacerlo, hagamos una catarsis en nuestras vidas, y no olvidemos que somos humanos, y que solo Dios Nuestro Señor, es el único que jamás se equivoca.

FELIZ NAVIDAD Y UN VENTUROSO AÑO NUEVO PARA TODOS.
Autora: Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados.

BASTA YA.

BASTA YA.

Hoy ahogo el llanto,
del penoso he implacable silencio,
porque me encuentro sola,
en el irremediable juicio aterrador,
ya no hago falta a la desinteresada,
sombra del engaño,
cuando oteo, sigilosa al enemigo,
o al descuido vengador de conveniencia,
que prefiero, el cubil de mi acecho escondido,
cuando la flama perdida del sol se inclina,
basta ya, de afligimientos traidores,
basta ya, de compasiones farsantes,
basta ya, de mendigar su cariño,
hoy ahogo mi llanto,
ese llanto que lastimoso me arrulla,
y de cansancio me duerme,
basta ya, si no viene,
a mi alma entristecida,
porque ya, ha edificado su vida,
en la arista de otros brazos.

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.

Derechos Reservados.

LA TERNURA DEL DESEO

LA TERNURA DEL DESEO.

En esta noche amor,
veo en tus ojos, la ternura del deseo,
tu boca famélica esculpe mi cuerpo,
y tus besos, son pétalos de rosa,
que cubren mi piel, ansiosa de amar,
tus cálidos brazos son látigos, que derraman miel,
sujetando mi cadera de mujer,
tu voz, es un cántico amoroso,
como dulce melodía, que me arrulla,
en la silente y tranquila intimidad,
tu varonil aroma, enajena mis sentidos,
mientras tus manos, acarician mis cabellos,
relajando toda mi alma, despertando en mi gloriosas emociones,
y en el edén del cielo, tocando la luna, nuestros cuerpos,
trémulos de pasión, se funden en el lecho del amor.

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados.

JACINTO Y LAS MUJERES

JACINTO Y LAS MUJERES.
(Historia real)

Roberto y Carlota, un par de enamorados que se casaron después de un largo noviazgo, ellos vivían en un pueblo pequeño, pintoresco, bonito y tranquilo; eran propietarios del único mercado del pueblo, que abastecía a la comunidad, este negocio se encontraba situado frente al zócalo y la iglesia principal, del lugar.
Carlota, quedo embarazada después de un año, de haber contraído nupcias, pasó el tiempo y al cabo de nueve meses, ella empieza con los dolores de parto, Roberto el esposo sale en busca de Rosario, la experimentada partera del pueblo; siendo pues Carlota auxiliada por ella, y haciendo la partera lo debido, les dice: ya viene, otro esfuerzo más Carlota y das a luz, Rosario les anuncia, que es un hermoso varoncito, el cual recibe en sus manos, y Roberto orgulloso y feliz abraza y besa a su esposa.
Rosario la partera, les pregunta ¿Qué nombre le van a poner? , y Roberto lleno de felicidad le contesta: por ser el primogénito se llamara, Jacinto como mi padre. Al correr de los años Jacinto crece, y pronto asiste a la escuela, la única que existía en la zona; a los pocos años llegan a la familia, unas lindas gemelitas, Cristina y Susana.
A Roberto le iba magnifico económicamente, tanto que tuvo la necesidad de hacer un segundo negocio, pues la población también había crecido, y así lo exigía. Jacinto, crecía día con día, era un niño con simpatía, nunca se enfermaba era fuerte como un roble, y además muy aplicado en la escuela, por las tardes después de cumplir con sus tareas escolares, le ayudaba a su padre en los mercados, pues era muy inteligente.
El tiempo pasó muy de prisa y Jacinto, estaba cumpliendo sus dieciocho años de vida, entonces empieza a enamorarse, porque eso sí, le fascinaban las muchachas; sus hermanas se habían ido a estudiar a la Capital, y Jacinto se quedó para estar siempre pendiente de sus padres, pues tenía la certeza, que él era quien se quedaría al frente de los negocios algún día, cuando su padre faltara, y así se lo había hecho saber Roberto.
En aquellos mercados vendían de todo, hasta petróleo, tal vez para las estufas y los quinqués para aluzarse, como era un pueblo olvidado y alejado de todo, aunque crecía en habitantes, estaba muy lejos de ser urbanizado.
Un día a Jacinto, le empezó a doler la cabeza, y no sabía qué hacer, porque nunca había experimentado ese dolor, entonces llego una persona al mercado y le pidió un litro de petróleo, y para servirlo había que extraerlo con una manguerita la cual primero succionaba con la boca, pero sin querer se le fue un sorbo del combustible, y al instante como magia, desapareció el dolor de cabeza, y no lo podía creer, nunca le hizo saber a nadie lo ocurrido y después de lo sucedido, cada vez que le llegaba a doler algo, solo tomaba un sorbo de petróleo, y santo remedio.

Y así pasaron sus días y años, sus hermanas Cristina y Susana, regresaron ya grandes de la Capital habiendo terminado sus estudios, al poco tiempo, ellas se casaron y formaron sus propias familias.
Jacinto jamás se casó, era un “Don Juan” le fascinaban las mujeres, lo enloquecían dejaba y daba todo por ellas. Pero como nada es para siempre, Roberto su padre fallece, y al poco tiempo, Carlota su madre, cae en cama triste y enferma, y no tuvo más remedio que hacerse responsable de los negocios y la enfermedad de su madre, ella le dijo a su hijo, mira Jacinto yo también al igual que tu padre, voy a morir y no quisiera que te quedaras solo, necesitas casarte, formar una familia, y el para que la madre se quedara en paz, le dijo qué así lo haría; no sabiendo que Jacinto no era hombre de una sola mujer. Su madre solo duro cuatro meses, de la enfermedad que la aquejaba, y murió.
Jacinto sigue apasionado, haciendo de las suyas, las mujeres lo seguían y lo asediaban, y el entre más edad, menos pensaba en asentar cabeza.
Y el paso inexorable de los años, lo iban mermando, entonces su salud empezó a quebrantarse, pero ya sabía cómo reponerse, solo un sorbo de petróleo y listo.
Sus hermanas le decían: Jacinto, pórtate bien en el pueblo dicen que te han salido hijos por todos lados, y el respondía pues a mí nada me han dicho, ustedes porque son metiches y les gusta el chisme, él le decía a sus hermanas, ustedes dedíquense a su casa y a sus hijos, y a mí, déjenme en paz.
Jacinto pasó mayor parte de su vida trabajando mucho, tenía su buen capital, nunca le faltó el dinero porque además, era el prestamista del pueblo, aunque se dedicó a gastarlo con las mujeres y por las mujeres, daba todo; pero empezó su calvario cuando ellas mismas, le anunciaban la llegada de cada uno de los hijos, los cuales Jacinto, fue reconociendo, pues no le quedaba más remedio, los hijos crecieron, y aceptaron su hermandad entre sí como adultos, muchos se casaron y tuvieron descendencia, otros no, tenia de todo; sabían que cualquier obstáculo que se presentara, estaba Jacinto para hacerle frente a los problemas.
En un cumpleaños de Jacinto, los hijos y nietos, decidieron festejárselo, hicieron una gran fiesta, que parecía una verbena, con música, puestos de comidas típicas de la región, fuegos pirotécnicos en fin, fue una gran tarde noche para Jacinto y toda su enorme descendencia, aunque las mujeres del cumpleañero, que eran demasiadas, no se presentaron a la grandiosa fiesta, pues no se podían ver entre ellas.
Jacinto ya contaba con noventa y dos años de edad, y aun conquisto a Alicia, una muchacha de treinta años y extranjera, que llego al pueblo en un grupo de campaña, que el Gobierno de la Capital había enviado al lugar para su urbanización, esta mujer fumaba como chimenea, Alicia era muy criticada por sus compañeros de trabajo, le decían: como tu siendo una mujer tan joven, andas con un anciano, y ella decía que le gustaba el trato que Jacinto le daba, que además nunca escatimaba en obsequios, y que eso la hacía muy feliz.
Una mañana se levantó Jacinto, y se sintió indispuesto, tenía una espantosa cefalea, opto por llamar a sus hermanas y les dijo: me siento realmente mal, tengo como un presentimiento, como si algo fatal fuera a sucederme, cuando Cristina y Susana trataron de calmarlo, le dicen: mira Jacinto, no tienes nada, es solo tanto trabajo, o tal vez la edad, ya eres una persona de edad avanzada y aunado a la preocupación que tienes, porque ha de ser muy complejo, el tener una descendencia de treinta y siete, entre hijos y nietos; y Jacinto le decía a sus hermanas: pues si soy mayor, pero todavía me siento fuerte y joven.
Y esa misma mañana se fue Jacinto al trabajo, como era su costumbre, cuando a medio día llego la novia, que además de fumadora le gustaba mucho el dinero, ella le preguntó a la empleada del mercado por Jacinto, la misma que fue a la trastienda a llamarlo, pero el antes de salir a recibirla, se hecho el acostumbrado sorbo de petróleo, porque sabía que como siempre, eso le quitaría el malestar, sin darse cuenta que se le había derramado un poco de combustible en la ropa, cuando el de pronto se acerca , a Alicia para saludarla, ella traía consigo el cigarro que acababa de prender, y aun traía el cerillo ardiendo en la mano, el pobre de Jacinto al acercarse, se le encendió la ropa como yesca y en segundos parecía una antorcha, ella en lo que pedía auxilio, Jacinto termino en cenizas, el destino le había cobrado la factura, de una vida desordenada e irresponsable.

AUTORA: Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados. Febrero del 2013

MUY AGRADECIDA

LATINO POEMAS, GRACIAS POR OTORGARME LA CUARTA

ESTRELLA DEL RANGO INCONDICIONAL, UN GRAN HONOR Y

FELICIDAD ESTAR CON USTEDES, DESDE EL AÑO 2010,

ESPERO PRONTO ENCONTRARME CON LA MAXIMA QUINTA Y

ULTIMA ESTRELLA.

GRACIAS TRABISDEMENTIA, UN GRAN SALUDO HASTA ESPAÑA

MIS ABUELOS...

MIS ABUELOS…

...Pase la frontera de Mexicali Baja California, para llegar a Calexico California
en donde vi, la luz por vez primera, y busque una de las calles
más antiguas, de la ciudad para ver, de nuevo la clásica casa
estilo california en la cual, pase mi infancia, siempre rodeada de amor.

Entre y me dirigí, con paso lento hacia la huerta y escuche en mi recuerdo
El ronronear de los gatos, y ahí aun, erguido el grande y viejo eucalipto
en mi nostalgia…cerré los ojos y pude visualizar
aquel añorado columpio que colgaba de sus ramas.

Que mi abuelo con tanto amor, fabricara un día para mi
en el que paseaba… con la ayuda de el
aun recuerdo, cuando entre risas y gritos
decía…¡¡¡Dale más alto y fuerte abuelito!!!...

Que me gusta sentir, el sol y el aire en mi cara
con el fresco aroma a jazmín…
aun con mis ojos cerrados, pude guiar mis pasos
caminando entre los naranjos, mientras sus flores caían sobre mí

De pronto, escuche que alguien me llamaba
era mi abuela, que me abría sus brazos, mientras los míos pequeños
rodeaban su cuello…ella me estrechaba contra su pecho
susurrándome al oído que había hecho, un pastel para mí.

Enseguida, abrí los ojos y mi llanto no tenia consuelo
subí la mirada al cielo, y le pedí a Dios, que a mis abuelos
los tenga en su santa gloria, que yo egoístamente
los atrape, para siempre en el fondo de mí ser.

HISTORIAMILAGRO

AL PIE DEL VETUSTO ARBOL

AL PIE DEL VETUSTO ÁRBOL.

cierro mis ojos, y me siento al pie del vetusto árbol,
el que tantas veces, me ha cobijado con sus ramas,
dejándome aspirar el suave aroma,
de sus hojas verdes, y su fruto amargo,
le cuento, mis anhelos rotos, y mis desideratas,
atento me escucha, sin decirme nada,
todo lo transmuta, hacia sus raíces,
navego con el viento, acariciando a la luz divina,
y allá, a lo lejos, escucho repicar campanas,
que guían mis pasos, en mis aciagas madrugadas,
su mano me guía, me da su energía,
voy entre el pasto, como levitando,
tomando las mieles, de sus alegrías,
endulzo mi alma, tocando su manto, unida a su sombra,
es mi testigo, mi fiel compañía,
el quita de mí paso, todos los pesares,
sembrando en mi, dicha y alegrías,
regreso al añoso árbol, cansada, aturdida,
escucho el trinar de las aves,
siguen repique y repique, las campanas,
como del pan, que me dan los ángeles,
y bebo del agua, que me ofrecen sus manos.


“Si no sabes, o no puedes llorar, entonces escribe.”

Autora Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados.

DESPIADADA AGONIA

DESPIADADA AGONÍA.

Volaras por amor hasta tu lid,
para arrebatar cuanta pena te aqueje,
grita al mundo, cuando la gore te atrape,
para arañar sin tribulaciones tu integridad,
cuanto has amado, cuanto,
que la tirana y despiadada agonía,
te permita, desvanecer el orgullo disfrazado,
oh temor descabellado,
que la verdad no te duela y aprisione,
huye, huye de todo aquello y aquel que lastima,
no vivas sujeta a un protocolo obligado,
que la disímil educación no sea culpable,
de tu triste derrota, avergonzada,
que los murmullos poco te importen,
mujer salva tu vida de la violencia,
del sufrimiento de tu calvario.

Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
D.R.