Poemas, frases y mensajes de ROMANTICO

A LOS JOVENES DE AMERICA.

Queridos jóvenes de América, estos versos que declamo. Son para decirles; que la vida es de éxitos y fracasos.
Que es fugaz y pasajera, que es veleidosa y traicionera. Y que, quienes no se superan... ¡Amalayando se quedan!
II
Hembras y varones, estudien y aprendan un oficio.
¡Huyan! de las malas compañías y eviten los peligros.
Amen a Dios, pídanle que los ilumine y los acompañe
y reconozcan, los inmensos sacrificios de sus padres.
III
Que trabajan y desvelan, para proporcionarles bienestar.
Que visten ropa usada, para que ustedes puedan estrenar.
Que fuera de a esos, sacrificados y desinteresados seres,
A nadie importa si triunfan o fracasan, si viven o mueren.
IV
Las jovencitas, como las flores de la humanidad que son.
Deben tener muchísimo cuidado, al entregar el corazón.
Un borracho, un drogadicto, un vago, lo deben rechazar,
Porque en vez de alegrías, las sufrir y ¡Las harán llorar!
V
Jóvenes, cuiden sus cuerpos al igual que cuiden sus almas.
No envenenen el corazón con envidias, rencores y venganzas.
No caigan en las tentaciones de cosas y dineros mal habidos.
Y Ayuden a quienes les hayan ayudado ¡Sean agradecidos!
VI
No busquen pendencias y no participen en problemas ajenos.
No prueben drogas, que conducen a manicomios y cementerios. No transiten por los contagiosos caminos, del incurable SIDA.
Y “Todo con medida” Deberá ser la norma que rija sus vidas.
VII
Vuelen hacia las alturas, sin que les importen los sacrificios.
Asciendan a los altos cargos, como águilas y no como reptiles.
Tengan presente; que este mundo pertenece a los triunfadores
Y que en las cumbres, no deben cambiar amigos por aduladores.
VIII ¡No claudiquen! En el gran empeño de mejorar sus destinos.
Reciban lo bueno con alegría y todo lo malo con estoicismo.
¡Luchen! Por sus ideales, por sus ilusiones y por sus anhelos.
Estudien, trabajen ¡Ahorren! Y hagan realidad ¡Sus sueños!

DESENGAÑOS.
Que diferente son, el ayer y el ahora !No se parecen!
A cambio de amor, recibo desprecios con intereses.
Hoy, cual hoja otoñal que tiembla con el leve viento.
Espero el futuro con dudas, recelos y en lo incierto.
II
Qué se hicieron mis padres y Miguel mi hermano.
Mis tías, mí cuñado Antonio ¡Los tiempos pasados!
Dónde están los amigos y aquellas bellas mujeres.
Se terminaron las aventuras, los vinos y placeres.
III
Qué puedo hacer, contra la realidad del pasar de los años.
Los idos, me traen bellos recuerdos; los actuales, desengaños.
Los que cuando más me necesitaron, con cariño les ayudé.
Me dicen: no te obligamos y nada tenemos ¡Que agradecer!

AMANECERES

Todas las mañanas, cuando me despierto.
Doy, infinitas gracias, al Rey del Universo.
Sin cirios que hayan velado a un ser querido.
Sin un nocturno dolor, que me haya afligido.

Escuchar puntual avecilla, que anuncia el nuevo día.
Ver el firmamento, que el sol con su luz, todo lo ilumina.
¡Poderme levantar! Cuando millones no podrán hacerlo,
por no tener piernas, por estar enfermos o haber muerto.

Una nueva fecha, que en realidad es una nueva existencia.
De aspirar la fragancia de la vida y de admirar su belleza.
De hacer matutinos y rutinarios ejercicios, caminar, trotar.
Comprobar que estoy bien, que la noche fue para descansar.

Y muchísimo disfruto, de lo maravilloso del nuevo amanecer.
Porque se, que tristemente en ignorado día, ya no podré ver.
Ni carros, ni gente, ni oiré voces, ni podré decir una oración.
Porque ya estaré lejos, viviendo ¡En los jardines del Creador!

UN MUNDO.

Quisiera un mundo, de otra manera y distinto,
sin problemas, angustias, zozobras y tranquilo.
Donde la justicia no fuera sorda, muda y ciega
y donde no hubiesen, ni asesinatos ¡Ni guerras!
II
Donde todos tuviésemos pan en abundancia.
Donde no existieran ni odios ni venganzas.
Donde los gobernantes, no fueran ignorantes
y no permitieran, que corran ¡Ríos de sangre!
III
Un mundo de paz, de amor y de comprensión.
Donde no reinaran las envidias ni el rencor.
Donde las vidas fueran ¡De alegrías y gozos!
Y donde nos amáramos ¡Los unos a los otros!

LA CALLE DE LA VERDAD

La Calle de la Verdad, es la calle al cementerio.
Porque solo el que pasa, ya en su propio sepelio.
Sabe, si lo que aquí se dice del mas allá es cierto.
Sabe, si va camino del cielo o va para el infierno.
II
Ríos de lágrimas, corren por la Calle de la Verdad,
de deudos, que tristes lloran a los que no volverán.
Luto, dolor, recuerdos y tardíos arrepentimientos;
Caminan en los entierros cortejando a los muertos.
III
Todo quedó atrás: amores, rencores, envidias.
Ilusiones, desengaños y los afanes de la vida.
Todo dejaron atrás, nada se pudieron llevar,
otros serán, los que de sus fortunas gozaran.
IV
Los ataúdes pasan, de lujosísimos a indigentes.
De nada sirve, en las tumbas no son diferentes.
Gastar tanto en enterrar, eso es pura vanidad, con una sabana basta, para viajar ¡Al mas allá!