Poemas de sombríos :  JUNTO A MÍ.
JUNTO A MÍ

La noche hizo pesadilla de mi sueño,
y allí estabas tú, y alli estaba yo.
Tú, perdiéndote en uno de esos bares
en lo que solía perderme yo.

Ahogando penas al fondo de un vaso
por haber asesinado parte de mi vida.
Mi borrachera reclamaba un descanso...
Me fui por cualquier camino a casa,
y te quedaste aniquilando la madrugada.

Cuando el sol partió mi frente,
desperté enredado entre sábanas.
A tientas marqué los diez números
que darían a mi oído con tu voz,
para escucharte decir que mi ausencia
pudiste reemplazarla con otro nombre.

Yo seguía clavando el cuchillo
en aquel cuerpo que no quería morir.
Las lágrimas nublaban mi visión,
y sólo escuchaba los aullidos estridentes
de quien no quería abandonar sus siete vidas.

Por fin, cuando ladró el despertador,
la noche y sus calles se hicieron habitación.
Una gata descansaba a los pies de mi cama
y tú no habías dormido junto a mí.
Poeta

Poemas de sombríos :  YA SÉ QUE ESTÁ DORMIDO
Ya sé que está dormido

Yo siento a mis muertos
JOSE WATANABE


Ya escuché el candor de los segundos, de los terceros
Del hijo que se queda y se despide.
Ya llegó el cuarto con su rosario
El quinto con sus condolencias
El sexto con su oración para el viejo
El séptimo ya pálido se desvanece demasiado
Y el octavo que mide largo / ancho
Sonríe porque comerá hoy
Porque trabajara para la muerte.

Ya trajeron los cantos del mar
La música de las montañas
El cirio del cielo y el rostro de la tierra.

Y los tienen unidos para despedirlo
Para preguntar
¿A dónde ira?
Ya llaman a los hombres
Los que cargaran el árbol que ha caído
Y nos duele porque deja sombra
Porque deja palabras a medias
Aprendidas / olvidadas
Se recordarán cuando los cementos cubran su tumba.

Ya amamos al viejo
A su sombra inmóvil
A su pintura frágil
A su otro espíritu
Que no temblaba en la noche
Que no ignoraba el sueño
Que no decía adiós.

Poeta

Poemas de sombríos :  HABRÉ DE MORIR DE PIE
HABRÉ DE MORIR DE PIE

Habré de morir de pie
De frente, de cara al sol
Sin temor de abrir los ojos
Cuando cien rayos de furia
Quemen mi piel
Abran mi pecho
Y me opriman el alma.

Entonces, ¡Viviré hoy!
Para que las furias todas
Se apoderen del canto triste
Canto melancólico que sale de mi pecho
Es acaso que no prefiero morir en vuestras manos
Para no subir sobre el mar
En un duelo de alma triste.


Sabes
Ya de morir no quisiera nada
Porque nací para ser un ángel
Que abre su tierra, para vivir la vida.

Es que ya son mis penas
Crucificadas olas en mi alma
Será un sorbo de tu vino
El amable licor que acaricia
Mis muchos pesares.

Quizás son los tabacos de mis abriles
El hervidero de mis martirios.
Y el oír de los muertos
Que gritan ¡Valor y más batalla!

Quien sino la muerte que habita los adentros si hablar
Sin respirar.
Acaso son esquirlas
Los golpes de la vida
Pedazos de cóleras humanas
Que yo más quisiera tener habitando en mis adentros
Para no olvidar mis venganzas

Dímelo
¿Me haz visto llorar ayer?
Porque he llorado y no ha costado nada.

Será que hay viernes quemados como hoy
Que nos dejan lagrimas
Que allí
A los lejos
Mi madre algún día, las vio pasar
Cuando ellas agoraban
Un duelo en sus pisadas.

Sabes
Habré de morir de pie
Y a no le temo a nada.

Poeta

Poemas de sombríos :  ANTE MIS OJOS
ANTE MIS OJOS

Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba
[email protected]

Se desliza el viento
Por aquellos cabellos,
de púrpura y miel,
hay luces y sonidos;
parpadean mis ojos
en el universo de estrellas
fugaces;
se detiene el tiempo
se escuchan las voces,
de aquellos fantasmas
fantasmas feroces
inimaginables, que ayer se durmieron
en aquel silencio de agonía perdida
con triste mirada…
y se desvanecen cabellos dorados
sonrisas perdidas, fingiendo alegría
de dolor y espanto…
todo lo que pasa
ocurre en instante,
instante de tiempo,
se pierde en el aire,
ante lo invisible, del viento y del aire,
aquella escena, tétrica de espanto,
y ante la mirada de esos bellos ojos,
se apagan las luces, se vuelve a la calma
imagen soñada o imaginada
que surgió ante mis ojos.
Poeta

Poemas de sombríos :  Ódiame más
Ódiame más
Ódiame más de lo que yo te odio
si odiarme es tu obediencia hazlo con el vigor de la vida,
porque al odiarme así en el odio te fastidio,
este estímulo tan fuerte cicatriza mi herida.

Déjame mojarme en la charca de tu rencor
porque tu veneno al tocarme se disipa,
esta inquina que siento embriaga como el licor,
haciendo parecer tu encono nada más una chiripa.

No sientas piedad por mí, si nunca te la he pedido.
¡Castígame hasta que el alma reviente!
Quiero impresionar a mi corazón herido
soportando este tormento, sabiendo lo que se siente.

Mezclaré cada una de mis lágrimas
con las gotas de tu morboso veneno
y lo beberé taza a taza,
aunque al probarla de grima me muera
quizás eso me haría sentir ameno.

Julio Medina
28 de marzo del 2012
Poeta

Poemas de sombríos :  Juego no, sabio es el amor

Sabio es el amor
pero los amantes distorsionan todo
y el amor en unos se vuelve una obligación;
la locura ciega de sentir lo oculto
que llega de ninguna parte
y se dificulta el seguir
por que quien quiere
trata de ser sabio
y queda en el intento.
El enigma no se descifra
las fichas están puestas
juegan apostando todo
sin dejar un resto para las dificultades
y pierden sin razón
porque hicieron mal su apuesta
y el amor es juego de sabios, no de ignorantes.
Las cargas se hicieron pesadas
y cualquiera las puede soportar
más no aquellos que jugaron al amor
y perdieron fuerza y corazón
quedando sin coraje
de lo que es sabio y se pierde por la inercia del desamor.



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Poeta

Poemas de sombríos :  Ases en la manga.
La casa ardía, cariño,
y era lógico quemarse.
El sueño duró
lo que tardó la pesadilla
en destruir la calma.

Las bestias tortuosas
de tu inconsciente
estaban pastando
en mis jardines.

Vaya!, quién diría
que era yo el que sufría
y ahora pone condiciones.
No es bueno, amor, inventar
reglas si no conoces el juego.

No somos los mismos
que quedaron al otro
lado de esta ausencia.
Es empezar de nuevo
evitando la fascinación.

Pero juguemos otra mano
aunque la suerte desganada
sea esquiva e inconquistable.
Aunque algunas cartas
y estos ases en la manga
nos hagan sentir solos,
y no lo estemos en verdad.

Poeta

Poemas de sombríos :  Juez y parte
Has vertido una tristeza
en el tintero amargo de mi inspiración,
donde mojo esta pluma y te describo
el sabor agrio de esta nueva pena.

Y ahora que la habitación
se ha plagado de lobos hambrientos,
habrá que ocultarse bajo las sábanas
y esperar a que disipe esta neblina.

He vuelto al lugar de donde
nunca debería haber escapado.
Una sonrisa o mil promesas
pueden volverte un fugitivo.

Te doy las gracias,
porque todavía me queda tu nombre
para llamarte si me pierdo.
Todavía queda sangre
para cortarse las venas
y que algo tenga sentido.

Hace falta un dios
para volverse ateo,
para tener con quien pelear
por este destino descosido,
que viste con harapos,
que huele a perfume barato,
a empleado de oficina.

Pobre de mí, que creía
en una justicia para dos.
Es imposible enfrentarte
cuando oficias de juez y parte.

Poeta

Poemas de sombríos :  Lástimas que lastiman.
Qué lástima esta lástima que lastima,
y la ausencia de un dios en mi pascua.
Huérfana de fe y llena de pesadas cruces,
que duelen cada vez que quiero creer.

Qué pena que mi dios no suba a los cielos,
sino a los techos a mirar el hogar perdido,
un manto azul oscuro cubierto de estrellas,
que nunca lo pudo salvar de tantas almas.

Qué dolor que mi dios no sea omnipotente,
que él tema más de mi forzado ateísmo,
que yo de su total y condenador castigo
que hace arder mi alma entre llamas eternas.

Pero tengo un Jesús pequeño, de bolsillo,
que a veces le rozan las pelusas y estornuda.
Que me mira como pidiéndome una ayuda,
que me habla para romper el hastío del otoño.

Mi Jesús cree en mí más de lo que yo creo,
pone el rostro cuando otros muestran sus garras.
Paga mis deudas y nunca me pasa la cuenta,
saldamos diferencias en el fondo de un vaso.

Sufrimos cada cena como en la última cena,
cuando ya no quedan panes que multiplicar.
Los peces ya no abundan en los mares-cielo,
y su precio en el mercado es más que elevado.

Qué pena que la fe sea un negocio para pocos,
esos que levantan templos a su dios verdadero,
que si es verde, de papel y de cien, perfecto,
y si viaja escondido en doble fondos, mejor aún.

Qué suerte que mi Jesús pequeño se contenta
con mis palabras de tanto en tanto y mis lágrimas,
que brotan cuando duermo angustiado y le pido
que haga de mis sueños un refugio a tanto daño.

Poeta

Poemas de sombríos :  Caminante frustrado
De caminar por la vida
y conocer lo hipócrita de la sociedad;
incluyéndome.

Ateo sin convicción
creyendo en el creador
dios sumiso
más dudando en todo ser humano.

Mal poeta
forajido y resentido
reflejado en mi nula rima
por no consentir con mi forma de vida; escribo.

Odio a los políticos de turno, mercaderes de momento
detesto a las doctrinas adoradoras de dinero
a las perversiones sexuales
y a toda droga destructiva.

Risas fingidas en mentes confundidas
aquí no hay escape ni salida
toca seguir acomodándose a toda situación perversa
y dejar de creer en lo moral, que no existe.

Soy un ciego que creía en la decencia
siendo un extraño
perdido en el universo.

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Poeta