Poemas :  Jueves Santo / Carlos Esteban
Jueves Santo / Carlos Esteban

Es jueves “santo”: Tú y yo pecamos y pecamos bien, pecamos de lo bello, pecamos por convencimiento, pecamos por que dios así lo quiere…
Pausado, suave, convencido voy y murmuro tibiamente en tu cuello,
voy deletreándote las distintas palabras para definir amor en todas las lenguas de pueblos pobres, mi ardiente lengua resbaladiza por tu piel suave,
venerable, de milagro y pecadora conmigo.

Dios (sí es que existe) venera indudablemente nuestros desnudos cuerpos,
nuestra carne regocijándose, estamos volviendo al paraíso,
a la lucha por lo justo en cada beso que se hace verso en nuestra carne acelerada, en nuestras sonrisas que hacen nido para fornicar.

Acariciamos todos los centímetros de nuestros cuerpos de dios, con la yema de los dedos hacemos con nuestras rodillas un mar de olas intensas y de navegaciones de noche perpetua, tus manos llegan hasta mi espalda que carga la cruz de la lujuria, mis manos llegan hasta donde tiene la puerta del inicio de la vida misma,

con nuestras miradas construimos un evangelio de arrumacos prohibidos, cuando mi barbilla y labios muerde suavemente tus muslos, tu creas un gemido que parecerían las trompetas del fin del mundo.

Estoy convencido que cuando husmeo por tus nalgas ni el mismísimo diluvio me podría hacer apartarme de ellas, tus besos son la salvación para los pecadores como yo, nuestro sudor es un rosario de humedad que hace tanto bien al mundo.

¡Santa Madre del amor que curas todas mis penas del mundo!
¡Santa Compañera que tocas mis brazos, te aferras a mis piernas y besas mi miembro!
¡Cordero de lucha que soy yo y toco la delicia de los bordes de tus senos y la desolación de tu pelo!
¡Oh venerable desolación de jueves “santo” en que los dos nos excitamos en la cama de la pasión y deseo que se desborda en cada ritmo de nuestros trotes con el colchón viejo!

No creemos en dios, pero lo veneramos cuando hacemos el acto sublime del amor.
Quizás la doble moral de la vecina se incomode con nuestros gritos de pasión,
pero sabes compañera de muslos húmedos:
¡Tu y yo somos un carajo de amor y de pecado!
Tu y yo somos nada mas y nada menos que la salvación para el amor…..
Poeta

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