Aquí arriba no tengo
nada más que a la espiga;
ancianos, que laboran
los campos del recuerdo;
la casa donde solo
mi soledad habita;
el aire, sano, puro
y el plácido silencio.
Aquí arriba es abajo,
según decís vosotros,
pero yo no comparto
los dictámenes vuestros.
Placeres y riquezas
conozco a lo que obligan:
aquí arriba es arriba
por lo bien que me siento.
Respiro sus perfumes,
escucho sus sonidos,
camino hasta sus cumbres,
retorno cuando llego;
y espero que concluya
mi vida en estos pagos,
al lado del arado
mis surcos escribiendo.
Del libro "Vivir con vida", a la venta en:
http://www.egrupos.net/userAd/49298/14450