Amor / Carlos Esteban
Amor / Carlos Esteban
Voy levemente despintando con mis manos sediciosas
los pliegues de tu geografía, fundando sensiblemente
un paraíso de justicia, besos perpetuos, sonrisas no perecederas.
Con tus manos apacibles escribes y hablas
un lenguaje que jamás había sentido
y de la sombra de capullo hermosísimo que te acompaña sale victoriosa la vida y el ave azul de tu vientre de Mujer rebelde.
Tu sexo sublime es un grito de tibieza en mis ojeras
el deseo que escurre de nuestros cuerpos finos
tiene como mensaje definido: La Revolución.
Y como arma implacable de lucha: El Amor.
Mientras tú no dejes de luchar y sonreír,
yo no dejare de andar construyendo primaveras, aunque no lo sepas o te hagas la indiferente...
Porque lo tuyo y lo mío es del verbo: Amor
El borde de tus labios es como el sol cuando amanece,
tu vientre de Mujer que lucha es como miles de olas de mar entre mis manos, tus pies son dos remolinos de suavidad y aire enloquecido,
tus caderas son dos dulces naranjas para los desdichados como yo,
tu sexo es la primavera y las sonrisas de niños jugando por la calle,
tus senos suaves son el refugio para el desequilibrio del capitalismo.
Mujer que eres compañera, hermana, madre, maestra, Mujer toda y todas eres poesía, poesía luminosa.
En nuestras manos entrelazadas empieza la Revolución, construimos dulcemente al amor…
De las historias de ciudad / Carlos Esteban
En alguna de las luces de ciudad que se ven desde la montaña se escribe:
-No me gustan tus problemas (Mujer)
-A mí tampoco, pero son fantasmas en los ojos(Hombre)
-No son míos y no tengo porque lidiar con ellos (Mujer)
-Haces bien en irte, (aunque no lo quiera así) haces bien en irte.......
Jueves Santo / Carlos Esteban
Jueves Santo / Carlos Esteban
Es jueves “santo”: Tú y yo pecamos y pecamos bien, pecamos de lo bello, pecamos por convencimiento, pecamos por que dios así lo quiere…
Pausado, suave, convencido voy y murmuro tibiamente en tu cuello,
voy deletreándote las distintas palabras para definir amor en todas las lenguas de pueblos pobres, mi ardiente lengua resbaladiza por tu piel suave,
venerable, de milagro y pecadora conmigo.
Dios (sí es que existe) venera indudablemente nuestros desnudos cuerpos,
nuestra carne regocijándose, estamos volviendo al paraíso,
a la lucha por lo justo en cada beso que se hace verso en nuestra carne acelerada, en nuestras sonrisas que hacen nido para fornicar.
Acariciamos todos los centímetros de nuestros cuerpos de dios, con la yema de los dedos hacemos con nuestras rodillas un mar de olas intensas y de navegaciones de noche perpetua, tus manos llegan hasta mi espalda que carga la cruz de la lujuria, mis manos llegan hasta donde tiene la puerta del inicio de la vida misma,
con nuestras miradas construimos un evangelio de arrumacos prohibidos, cuando mi barbilla y labios muerde suavemente tus muslos, tu creas un gemido que parecerían las trompetas del fin del mundo.
Estoy convencido que cuando husmeo por tus nalgas ni el mismísimo diluvio me podría hacer apartarme de ellas, tus besos son la salvación para los pecadores como yo, nuestro sudor es un rosario de humedad que hace tanto bien al mundo.
¡Santa Madre del amor que curas todas mis penas del mundo!
¡Santa Compañera que tocas mis brazos, te aferras a mis piernas y besas mi miembro!
¡Cordero de lucha que soy yo y toco la delicia de los bordes de tus senos y la desolación de tu pelo!
¡Oh venerable desolación de jueves “santo” en que los dos nos excitamos en la cama de la pasión y deseo que se desborda en cada ritmo de nuestros trotes con el colchón viejo!
No creemos en dios, pero lo veneramos cuando hacemos el acto sublime del amor.
Quizás la doble moral de la vecina se incomode con nuestros gritos de pasión,
pero sabes compañera de muslos húmedos:
¡Tu y yo somos un carajo de amor y de pecado!
Tu y yo somos nada mas y nada menos que la salvación para el amor…..