ulises

Poemas, frases y mensajes de ulises

Selección de poemas, frases y mensajes mais populares de ulises


Ven a bailar conmigo

Yo busco la armonía,
para bailar alrededor de tu cintura.
Por eso miro del universo su pintura,
que un dulce valls dibuja:
¡Ves como gira la tierra sobre su eje!
Sin que por ello deje,
de rodear a la estrella que la embruja
en una elipse de amor, una burbuja,
que me trae cada día,
el compás de nuestra danza, vida mía.

Dulce danza de amor,
sobre la pista, que es la vida encontrada
al encontrarte, la dicha regalada
por amarte, por beber,
del manantial que brota de los sueños
por tu alma diseños.
Ven a bailar conmigo, quiero ser,
el astro en que gravite tu querer,
la fuente de tu ardor,
del cuadro de tu vida, su color.

Cicatrices

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Vienes en mis noches,
no logro evitar que alimentes
con vanos reproches,
pasados que nunca existieron
en este presente,
aunque fueron míos.
Y viven allí en mi interior,
con sus desvaríos,
creando falacias que duelen,
pero no están vivas.
Sembrando semillas que engendran
la duda que esquivas.

Siempre estarás dentro.
Vendrás a traer tus dolores
con tus fríos vientos.
Dolores de aquellos colores
que nunca elegí,
de aquello que pudo haber sido.
Y por mí o por otros,
no logró existir.

Existe un pasado que fue
y muchos que laten.
Aquel me ha traído el presente,
los otros se baten,
por ser un futuro.
Creando en mi mente deseos,
anhelos y sueños,
que guían mis pasos.
Y me hacen volver a elegir,
sin darme ni cuenta,
glorias y fracasos.

Una parte

Hoy siento que mi alma es pasajera,
de un viaje universal que se está haciendo.
Y sé que ahora veré de otra manera,
todo cuanto a mi lado va naciendo.

Ya no puedo sentirme indiferente,
ante todo cuento la vida trae y tiene.
Y quiero que palpite en mí la mente:
Que corazón, el término razón contiene.

Naturaleza fractal, soy una parte,
de la cadena que forma tu secuencia,
tan pequeño en el total, tan importante,
si por todo, todo es, la consecuencia.

Nada es ajeno a mí, está en mi vida.
Y así lo he de sentir, instante a instante.
Cuando el día me dé su bienvenida,
buscaré tu calor, estrella errante

Crisálida

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Comenzó a tejerse desde el corazón,
cuando lo oculté para que no se viera;
y se fue hilvanando quimera a quimera,
atendiendo sólo a la sinrazón,
escuchando sólo la razón primera:
ocultar mi alma tras de un armazón.
Y que nada lograse que otra vez sufriera.

Y busqué la seda de muchas maneras.
A mí alrededor, fue gente tan válida,
quien tejiendo conmigo la cápsula cálida,
fueron construyendo para que tuviera
mi gran escondite, la nueva reválida.
Y así de esta forma porque no sintiera,
acabé viviendo como una crisálida.

Y ahora, oculto tras esta envoltura,
soy sólo interior en un mundo aislado.
A veces oigo voces en el otro lado,
voces que reflejan risas o amarguras,
palabras que en mi son sólo pasado.
Que ya nada siento de aquella locura,
o es que nada siento de nada animado.

Pero en el oriente, cuando el sol se inquieta
por nacer y tomar en el cielo altura,
al trasluz del capullo veo una figura.
Y me vuelve un nudo que mi pecho aprieta.
¡Hay alguien que mira por una abertura!
¡Hay alguien que quiere aumentar la grieta!
Y sacarme de esta cómoda amargura.

¡Sigue! ¡No te rindas! ¡Rompe esta falacia!
Que el mundo no es mundo sin lluvia y tormenta,
sin frío y calor, sin amor o afrenta.
Sin sus acomodos y sus acrobacias.
¡Ven! Araña mi máscara con tanta eficacia,
y deja desnuda mi alma, que sienta,
que sólo con vida la vida se sacia.

Derechos de Autor (Fe)

Derechos de Autor (Fe)
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Hay algo que tengo dentro
que siempre me lleva a Ti,
y las razones no encuentro.

No sé de donde partí,
pero hubo un epicentro
y un resplandor que sentí.

¿Por qué creo lo que creo?
No me sirve la razón.
Más allá de lo que veo

hay algo en mi corazón,
que sin ningún devaneo
sabe que no es sinrazón.

Y me hace sentir la vida
como un camino sin fin,
donde no habrá despedida.

Pues de uno a otro confín,
al emprender la partida
lo haré junto a un ser afín.

El hombre pide respuestas:
¿existe o no el Creador?
Y nunca vemos que éstas

están en nuestro interior,
donde al terminar sus gestas
dejó Derechos de Autor.

4 versos

En el universo veo,
un mundo desconocido.
Y en el verde de tus ojos,
un universo escondido.

El acertijo

Pregunté a las dos niñas de mi vida,
intentando que sonase relevante,
¿cómo poder esconder un elefante
que estuviese en una gran avenida?

Como vi que no obtenía solución
contesté con mi voz más elegante:
pues llenando la avenida de elefantes.
Y creí que ahí acababa la lección.

Pero entonces fue que al fin logré entender
que este mundo también tiene un acertijo.
Y la vida, por sutil, juega a esconder,

la gran dicha, de la que buscas el alijo.
Sin que veas, aunque no dejes de ver,
que ha llenado de grandes dichas su cortijo.

Coplas al corazón

Coplas al corazón
[img width=300]http://tuscartasdeamor.com/wp-content/uploads/2014/01/amor-imposible.jpeg[/img]

¡Oh corazón, mi corazón!
Vuelve a darme tus latidos
musicales.
Que este mundo de razón
va olvidando los sentidos
naturales.

Déjame ver las estrellas
con unos ojos pequeños,
asombrados.
Que quieran buscar en ellas
un mundo que aún tenga reinos
encantados.

Volver a sentir que siento
el aire que en los pulmones,
se desboca.
Formando parte del viento,
que nada en los atolones
de su boca.

Llorar por amaneceres
que despierten los sentidos
hechizados.
Provocando mil placeres
que en alma eran latidos
olvidados.

Bañarme en un mar azul,
junto a peces de colores
a mi lado.
Y volar entre ese tul
que son nubes de vapores
evocados.

Sentirme parte de todo
amando cada momento
de la vida.
sabiendo que en cualquier modo
sólo es real si la siento
compartida.

¡Corazón, mi corazón!
No seas reloj que calibre
sólo tiempo.
Se motor de la emoción,
del sentir que me haga libre,
mi sustento.

Musicales

Si en mi corazón tu beso,
tengo preso,
y no lo dejo salir.
Es porque si se escapara,
él dejara,
para siempre de latir.

Si vieras que mis silencios,
son el precio,
por siempre pensar en ti.
No me los reprocharías,
pues sabrías,
mi callado frenesí.

Poema del sembrador

Poema del sembrador
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La maestra estaba triste,
aquella breve llamada
puso su alma en despiste.
Y aunque el corazón resiste
a veces viene la nada.

En diez minutos tendría
clase de matemáticas,
pero darla no podría.
Esa tarde no daría
ni una clase temática.

En su lugar a los niños
les contaría una historia,
que le contó con cariño,
su padre con muchos guiños,
y que guarda en su memoria.

Se la relató aquel día
cuando se marchó su hermano.
Y la historia describía
a un sembrador que elegía
para la tierra sus granos.

Teniendo el aula notoria
los niños en su interior,
sin ninguna moratoria
comenzó a contar la historia,
la historia del sembrador

"Cada año en primavera
sembraba en su campo el trigo
con semillas que eligiera
del año anterior y hubiera
guardado y dado el abrigo.

Solía pensar que tenían
tanto fruto en su interior
cuando en la tierra caían.
¡Que hermosa espiga darían
hermosa espiga de amor!.

Desde el principio cuidaba
las semillas al brotar,
trigo verde en su alborada,
y amarillo cuando estaba
su espiga para cortar.

Espigas que con el viento
desde lejos se veían
ondear sin un lamento,
que jugar era el momento
mientras hermosas se hacían.

Y cuando aquel mar de trigo
era del color del sol,
y siendo el sol su testigo,
para el sembrador amigo
la cosecha era su rol.

Tras la siega era la trilla
el trabajo que esperaba,
que separar la semilla
no era tarea sencilla,
que en la era realizaba.

Las espigas desgranadas
serían el alimento
de domésticas manadas,
y al año en cada jornada
supondrían su sustento.

Del grano harían la harina,
alimento que los hombres
en tantos otros combina.
Que es oro en ricas cocinas
y es el anhelo de pobres.

Pero había otra labor
que el sembrador realizaba:
con dulzura y gran fervor
de cada espiga de amor
un grano siempre guardaba.

Eran granos destinados
para volver a la tierra,
los frutos tan deseados
aunque fueran apartados
aunque tanta vida encierran"

Los niños con atención
a la maestra escuchaban
siete años son un don
y a un cuento o una canción
gran interés le prestaban.

Y luego con su dulzura
alguna pregunta hacían:
¿Qué grano con gran premura
el sembrador con ternura
entre otros elegía?

La maestra no tenía
siempre todas las respuestas
y contestar no podía,
si ella misma sugería
aquellas mismas propuestas.

Entonces la directora
del colegio, entró en la clase,
y en su papel de rectora
sin esperar otra hora
quería dar un mensaje.

Y el mensaje trataría
de un alumno que no estaba.
Y hace un mes que no venía.
Y a ver su mesa vacía
el aula se acostumbraba.

De Manuel era la mesa,
de sus padres la llamada
que supuso la sorpresa,
a la maestra, ahora lesa,
al empezar la jornada.

Y la directora hablaba.
Y a la mesa de Manuel
la profesora miraba.
Y sentía ensimismada
que se erizaba su piel.

Pequeño y hermoso veía,
que en la mesa de Manuel,
aquella mesa vacía,
un grano de trigo había
de un dulce color de miel.

Yo quiero

Yo quiero ver la dicha y la ventura.
Y asombrarme al mirar a las estrellas.
Y dejar que retorne la locura,

de aquellas noches bellas;
de la magia de sueños y de juego,
de rayos y centellas,

cuando siempre el adiós era hasta luego.
Y el mundo era tan grande ante los ojos
del niño que miraba con el ruego,

de cumplir los antojos,
de contar cada día por las dichas,
de borrar en el mundo las desdichas,
y endulzar los enojos.

Si lograse ser mayor y ser un niño.
Y volver a sentir como sentía,
cada mano cogida, cada guiño

de un mundo alrededor que me quería.
Entonces no vería complicado
ser profeta en esta tierra de alegría,

que la dicha es tener a nuestro lado
el cielo, el mar, las flores y la gente.
Y en el pecho un corazón latiendo urgente,
que te mantenga para siempre enamorado

Para ti

Muy dentro de mí,
guardo las palabras
que eran para ti.

Hoy son hojas secas
de un árbol herido,
que en sus ramas viejas
conserva los nidos,
hechos de madejas
de sueños dormidos.

Pero en primavera,
cuando el sol es llama,
y la brisa llega,
hay verde en sus ramas,
porque alguien en ellas
con cantar reclama.

Dulce colibrí
que anida en sus nidos.
Su cantar feliz,
me dice al oído,
que tú estás aquí
soñando conmigo.

Y dentro de mí,
renacen los besos
que son para ti.

Retales

De la rosa de tu amor,
sólo tengo las espinas.
Y le doy gracias a Dios;
Seguiré esperando el día
en que me toque la flor.

- . -

Tus labios son el tormento
que traen mi melancolía.
No les niegues el momento
en que un solo movimiento
me darían la alegría

- . -

Cada día que despierto
es regalo para verte.
Tesoro será la noche
que sea para tenerte.

- . -

Yo veo el mar en tus ojos,
por eso los miro así.
Y tú sonríes y dices:
no hay un mar, hay frenesí.

- . -

Ven junto a mí en el camino,
que llego a una encrucijada.
Y quiero que tú me digas,
¿Cuál es camino de ortigas?
¿Cuál es camino de hadas?

Dejaré de no reír

Dejaré de no reír
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Dejaré de no reír, que es la risa,
el néctar que nos queda de la infancia,
que el mundo va secando con su prisa.
Que mantenga mi alma esta fragancia,
y reír cuando mire a las estrellas,
por saber que un principito en la distancia,
ríe feliz con su rosa en una de ellas.

Ríe el niño en su alegría,
y es su sonrisa tan bella,
que es al alma la armonía.

Ríe la joven doncella,
si la agasaja el amor
que en sus pupilas destella

Ríe el loco en el fragor,
cuando su mundo imagina
que todo es de otro color.

Y ríe la bailarina,
al recibir los aplausos
que el éxito vaticinan.

¿Quién no quiere a los payasos
cuando nos hacen reír?
¿Quién no anda tras los pasos

de un mundo que ha de venir
en el que la alegría sea
lo que poder elegir?

Que suba en mí la marea
de una risa que contagia.
Que quien me mire en mi vea

que el universo presagia.
que al mundo, del Creador ,
es la risa la gran magia.

Yo sólo quiero el favor:
dejemos de no reír,
que el mundo será mejor.

La razón de mi vida

La razón de mi vida
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La razón de mi vida,
que nubla mi razón,
es querer siempre estar
contigo, corazón.

Si al despertar yo veo,
tu cara sonreír,
nada me falta y siento
lo bello que es vivir.

No necesito el aire.
Que es mi respiración
sentir que junto al mío
late tu corazón.

Si alguna vez te alejas,
y no te puedo ver,
que nadie me despierte,
que yo te soñaré.

Y soñaré tus sueños,
que sueñan con el mar,
llegando a las orillas,
de un nuevo despertar.

Sueños

Sueños
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Quiero soñar, no me quitéis los sueños,
si sueño que en un sueño yo he nacido,
y así en mi vida soñar es su sentido,
la fuerza donde habitan mis empeños.

Y seré loco para aquellos que me rigen.
Y seré poco para aquellos que me midan.
Pero daré tanto amor cuanto me pidan
que para el amor soñar es el origen.

Y así soñar y amar serán mis días,
los días tan felices que he soñado.
Junto a la tierra, tus manos y las mías.

Que nunca un despertar enajenado,
aparte de mi alma esta alegría,
que me brindó un sueño enamorado.

Hoy es sin ti

Hoy es sin ti
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A Angel, mi amigo.
Demasiado pronto...

Hoy es sin ti.
Y duele tanto.
¿Quién ha cambiado
en grito el canto?
¿Cómo termina
en sufrimiento,
lo que fue dicha
otro momento?
La vida nos enseña
a todos el matiz:
el hoy tan triste es parte
de aquel ayer feliz.

Hoy es sin ti.
Y te echo de menos.
Si sólo puedo
hablarte en sueños.
Y siento en mi alma,
un gran espanto,
que ni siquiera,
ahoga el llanto.
Y al final queda
este vacío,
que es hoy sin ti,
amigo mío.

Hoy es sin ti.
Pero hay un siempre.
Aunque ahora
no estés presente.
Hay un lugar,
yo no sé donde,
que rige el tiempo
que hoy te esconde,
y a su capricho
traerá el pasado,
y hará un futuro,
y será a tu lado.

Y estoy aquí.

Y estoy aquí, en el teatro de la vida
improvisando un papel que no se ha escrito.
No sé cuantas hojas tendrá este manuscrito,
o en qué acto interpretaré la despedida

¿Será drama o comedia? ¿Cuántos personajes
deberán compartir conmigo el escenario?
¿Quién será amigo o quien será adversario?
¿Qué decorados tendrá? ¿Cuántos lenguajes?

Pero sé que el espectáculo ha comenzado,
y que soy el guionista de cada escena.
Y que tan sólo un corazón apasionado

logrará una obra inmortal, si la acaba llena
de asombro, esperanza, bondad y el gran legado
de salir siempre a bailar en la verbena.

Aniversario

No son sólo tus ojos
los que me hechizan.
Que nada hay más bonito
que tu sonrisa,
si en un momento,
me traslada a otro mundo:
tu firmamento.

Diecinueve veranos
miles de días.
Escuchando en las noches
las melodías,
tan seductoras,
que mi dicha es oírlas
hora tras hora.

Tu perfume es mi aire
apasionado.
Vapores de los sueños
que hemos soñado.
De amaneceres,
que traen en su colores
nuevos placeres.

Déjame que te abrace
y que te bese.
Que todo mi ser quiere
que tú lo apreses.
Dulce prisión,
donde habitará siempre
mi corazón.

Coplas a mi niñez

Yo busqué en mi corazón,
los flashes de mi niñez,
los recuerdos,
que no guardó la razón,
que esquiva la candidez,
de los sueños.

Y volví a sentir los besos
que con cariño me daba
la señora,
mi abuela que hasta los huesos
su vida nos dedicaba,
hora a hora.

Sentí querer ser mi hermano,
que por mayor era sabio
y hechicero,
y cogido de su mano,
era inmune a los agravios,
y los miedos.

Vi la sonrisa en la boca,
de la niña que esquivaba,
mi mirar.
Y cuyo nombre en la roca,
del jardín donde jugaba
fui a grabar.

Sentí el estremecimiento
que tuve al ver la primera
luz fugaz,
la estrella que el firmamento,
cruzó como alma viajera,
tan tenaz.

Volví a sentir que soñaba,
borrar el mal de la tierra,
con su ayuda.
Que del mundo se alejara,
el hambre, la peste, la guerra,
y la locura.

Sentí aquel agua tan fría,
del río donde nadaba
los veranos.
Agua llena de alegría,
que mis males se llevaba
tan lejanos.

Ven a buscarme niñez.
Y muéstrame sensaciones,
que he olvidado.
Que al llegar la madurez,
pueda cantar las canciones,
que he cantado.